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Los zapatos son, quizá, los artículos más complicados de organizar en una maleta. Son pesados, ocupan espacio y pueden ensuciar la ropa si no se preparan bien. Pero con un poco de estrategia, es posible llevar lo necesario sin sobrecargar el equipaje.
Antes de decidir qué llevar, conviene hacerse tres preguntas básicas:
- ¿A dónde va?
- ¿Cuánto tiempo estará fuera?
- ¿Qué actividades realizará?
Estas respuestas evitarán empacar pares innecesarios. Y algo fundamental: no dejar la tarea para el último minuto. Una maleta organizada con tiempo siempre será más eficiente y menos estresante.
1. ¿Cuántos pares llevar?
La primera regla es sencilla: menos es más. Lo recomendable es limitarse a tres pares como máximo, de acuerdo con la duración y el tipo de viaje:
- Un par casual: zapatillas cómodas para caminar.
- Un par formal: mocasines o zapatos de vestir para la noche o eventos especiales.
- Un par específico para la actividad: sandalias para la playa, botas de montaña para senderismo o deportivas si habrá ejercicio.
Un consejo adicional: use durante el viaje los zapatos más voluminosos (como botas), así liberará espacio en la maleta.
2. Prepárelos antes de empacar
Los zapatos acumulan polvo y olores, por lo que conviene dejarlos listos antes de guardarlos:
- Limpieza rápida: un paño húmedo o un cepillo de dientes viejo sirven para las suelas.
- Protección: guárdelos en bolsas reutilizables, de tela o incluso en gorros de ducha.
- Control de olores: coloque dentro una bolsita de té, un sobre de bicarbonato o una toallita para secadora.
3. Use los zapatos como espacio extra
Lejos de ser un estorbo, los zapatos pueden convertirse en aliados para ahorrar espacio:
- Guarde dentro calcetines enrollados o ropa interior.
- Coloque cinturones o cargadores envueltos en tela.
- Además de aprovechar cada centímetro, esto ayuda a que conserven su forma.
4. Dónde ubicarlos en la maleta
La manera de organizarlos influye en el equilibrio y en la eficiencia del equipaje:
- Parte inferior: ubíquelos junto a las ruedas para que el peso quede estable.
- Dirección alterna: coloque un zapato al revés del otro para que encajen mejor.
- Espacios planos: sandalias o chanclas se deslizan bien en laterales y esquinas.
5. Manejo de pares voluminosos
Cuando el viaje exige botas o zapatillas gruesas, hay formas de evitar que acaparen todo el espacio:
- Bolsas de compresión: permiten compactarlos eliminando el aire.
- Relleno inteligente: use camisetas o bufandas para que se aplanen.
- Cuidado especial: si son delicados, envuélvalos en papel de seda, burbujas o una tela suave.
6. Métodos recomendados de empaque
Existen varias técnicas para organizar los zapatos dentro de la maleta:
- Suelas hacia afuera: coloque cada zapato en una bolsa y sitúelos con las suelas tocando los bordes de la maleta; la ropa ocupa el centro.
- Al fondo de la maleta: ubique los pares juntos, de talón a punta y con suelas hacia afuera. Así se distribuye mejor el peso.
- Compartimento con cierre: en maletas rígidas con divisor, los zapatos se alinean como en una caja y quedan aislados del resto del equipaje.