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Si está buscando una experiencia auténtica en los Llanos de Colombia, donde la naturaleza salvaje se encuentra con la tradición ganadera y la hospitalidad llanera, la Reserva Natural El Encanto de Guanapalo es un destino imprescindible. Ubicada en el corazón de Casanare, esta iniciativa de turismo de naturaleza nace del deseo de una familia de conservar su legado centenario y compartirlo con el mundo.
“la Reserva Natural del Encanto de Guanapalo, conformada por tres reservas naturales de la sociedad civil que antiguamente formaban parte de un solo hato ganadero llamado “El Encanto”. Esta propiedad, que pertenecía a nuestro bisabuelo, ha sido un hato ganadero por más de cien años. Con el paso del tiempo y las herencias familiares, la tierra se fue dividiendo entre los descendientes, pero nosotros, como primos, decidimos unirnos para crear este proyecto conjunto”, dijo Carlos Arturo Zambrano, uno de los creadores del proyecto.
Cuenta que aunque el proyecto se constituyó oficialmente en 2018, sus raíces se remontan a 2016, cuando comenzó a notarse un creciente interés, especialmente por parte de turistas extranjeros, en destinos remotos y experiencias alejadas del turismo masivo. Agencias de viajes especializadas empezaron a buscarlos para ofrecer propuestas únicas a sus clientes. Al mismo tiempo, la Cámara de Comercio de Casanare identificó la necesidad de fortalecer el turismo como una alternativa económica en una región tradicionalmente centrada en la ganadería y el petróleo. Esto motivó, junto con la gobernación, el impulso de un proyecto orientado a desarrollar el potencial turístico del departamento.
Para desarrollar su concepto turístico, la familia no se quedó quieta y es que estudiaron ecosistemas con turismo consolidado, tomando como principal referente al Pantanal brasileño, una región reconocida por sus recorridos de avistamiento de vida silvestre, donde es posible observar jaguares, caimanes, chiguiros, babillas y anacondas.
“Este destino atrae a turistas rusos, europeos y americanos, especialmente durante los inviernos en Europa, quienes buscan experiencias en entornos naturales. A partir de este modelo, adoptamos varios elementos logísticos, en particular la combinación de fincas ganaderas o agropecuarias con actividades turísticas, sin dejar de lado la producción tradicional. Este enfoque nos permite ofrecer a los visitantes una experiencia que integra la observación de fauna silvestre con el conocimiento de la cultura y las tradiciones locales”, aseguró el experto
¿Qué ofrece el emprendimiento?
El Safari Llanero es una experiencia única que permite a los visitantes explorar las sabanas inundables de Casanare a través de recorridos especializados para el avistamiento de vida silvestre y aves. Esta propuesta turística ofrece múltiples modalidades de exploración, cada una diseñada para brindar una perspectiva diferente del ecosistema llanero.
Los visitantes pueden elegir entre diversas formas de recorrer el territorio: caminatas ecológicas, cabalgatas tradicionales, paseos en canoa por los caños y ríos, y travesías en vehículos especializados. Los vehículos 4x4 han sido adaptados siguiendo referencias brasileñas, transformándose en camionetas de platón equipadas con asientos cómodos que permiten un avistamiento óptimo de la fauna silvestre. Adicionalmente, se utilizan tractores que remolcan carros adaptados, conocidos como “zorrillos”, similares a los utilizados para el transporte de ganado, pero acondicionados para el turismo.
“El Safari va más allá del simple avistamiento de fauna, integrando la rica cultura y tradición llanera en cada experiencia. Los antiguos criollos, cuya vida giraba en torno a la ganadería y la equitación, han sido capacitados a través de organizaciones como el SENA y Fundación Panaca para profesionalizarse como guías de naturaleza e intérpretes culturales y ecosistémicos", dijo Zambrano
El experto resalta que esta transformación ha dado lugar a un modelo de turismo comunitario donde los habitantes locales se convierten en los verdaderos anfitriones de la experiencia. No solo actúan como guías especializados, sino que también participan como personal de apoyo, cocineras y encargados del mantenimiento, asegurando que los beneficios del turismo se distribuyan directamente en la comunidad.
“Los hatos, propiedades ganaderas de más de 1,000 hectáreas, han adaptado sus instalaciones siguiendo estándares turísticos sostenibles. Cada habitación cuenta con baño privado, y las casas operan como unidades autosostenibles equipadas con paneles solares. A pesar de la modernización, se preservan elementos tradicionales como las cocinas de leña, manteniendo la armonía con el entorno natural y la autenticidad cultural”, aseguró.
Algunos de sus planes turísticos son:
Plan de Día (Pasadía)
- Duración: 9:00 AM a 6:00 PM
- Incluye: Almuerzo criollo preparado en cocina de leña y dos recorridos (uno en modalidad de caminata y otro a caballo o en vehículo 4x4)
- Precio: $384.000 pesos por persona
Plan Completo con Hospedaje
- Duración: Hasta tres noches
- Incluye: Hospedaje, alimentación completa y experiencias diarias personalizadas
- Precio: Aproximadamente $2.100.000 pesos por persona
“Nuestras experiencias se fundamentan en principios de turismo responsable y sostenible. Todas las experiencias son completamente personalizadas, lo que significa que cada grupo, ya sea de dos, cuatro o seis personas, cuenta con un guía vaquero exclusivo que los acompaña durante toda la experiencia. Esta modalidad de turismo no masivo es una decisión consciente y necesaria. Los grupos reducidos minimizan el impacto negativo en los ecosistemas y garantizan mejores oportunidades de avistamiento de fauna, ya que los animales no se sienten amenazados por la presencia humana”, afirmó.
Zambrano resalta que las personas deberían visitar este lugar porque representa una de las joyas escondidas más extraordinarias de Colombia, especialmente para quienes buscan experiencias auténticas con la vida silvestre. Los visitantes pueden encontrarse cara a cara con manadas completas de chigüiros, esos carismáticos roedores que han conquistado las redes sociales por ser considerados los animales más amigables del mundo, además de observar una impresionante diversidad de más de 300 especies de aves que incluyen búhos de tierra, búhos reales, garzas majestuosas y las corocoras con su plumaje rojo intenso.
“La verdadera magia de este destino radica en sus encuentros más exclusivos y emocionantes, aquellos que requieren paciencia y un poco de fortuna. Los visitantes pueden tener la oportunidad de avistar zorros, osos hormigueros, osos mieleros, anacondas y, para los más afortunados, los esquivos felinos que habitan la región: pumas, tigrillos y jaguares. Aunque estos grandes felinos son naturalmente cautelosos y prefieren mantenerse ocultos, el destino registra entre seis y ocho avistamientos anuales con turistas, una experiencia tan rara que justifica por sí sola el viaje. La región está trabajando en desarrollar rutas especializadas para el avistamiento de felinos, lo que promete convertir a Casanare en uno de los destinos más exclusivos para los amantes de la fauna silvestre en toda Latinoamérica”, finalizó Zambrano.
¿Cómo llegar al lugar?
Para visitar la reserva natural o cualquier otro destino en Casanare, lo primero es llegar a Yopal, la capital del departamento. Esta ciudad cuenta con varias opciones de acceso terrestre y aéreo:
Por carretera:
- La ruta más común desde Bogotá es pasando por Villavicencio, aunque es un trayecto largo, de aproximadamente ocho horas, y se caracteriza por tener numerosos peajes.
- Existen rutas alternas, como la vía Bogotá–Sisga–Guateque–San Luis de Gaceno–Monterrey–Aguazul–Yopal, con una duración estimada de 6 a 7 horas, o la ruta Bogotá–Sogamoso–Pajarito–Aguazul–Yopal. Sin embargo, estas últimas han presentado cierres esporádicos por deslizamientos o daños en puentes, especialmente durante la temporada de lluvias.
Vía aérea:
- La forma más rápida de llegar es por vía aérea. Yopal cuenta con vuelos diarios operados por aerolíneas como LATAM, Avianca y Clic, con más de seis frecuencias diarias. No obstante, debido a la demanda y las limitaciones del transporte terrestre, los tiquetes suelen ser costosos.
Una vez en Yopal, el trayecto hasta la reserva natural toma aproximadamente dos horas por carretera pavimentada, con una distancia de 100 km. El acceso puede hacerse en vehículo particular, en transporte turístico habilitado (placa blanca) o en buses municipales que se dirigen hacia San Luis de Palenque o hacia Hato Corozal, según el punto de entrada. Desde la vía principal que conecta Yopal con la región del río Ariporo, el ingreso final a la reserva implica recorrer entre 6 y 8 km por vías destapadas o trochas a campo abierto.
Si el emprendimiento fuera un animal o un clima...
Según Zambrano, si el emprendimiento fuera un animal, sin duda sería el chigüiro, o capibara, el más representativo de los llanos de Casanare. Es un animal tranquilo, sociable y fácil de observar, especialmente en los esteros, donde suele compartir espacio con babillas y aves que incluso se posan sobre su lomo. Su comportamiento sereno y su cercanía con otros animales reflejan muy bien el espíritu del proyecto: accesible, en armonía con la naturaleza y capaz de generar una sensación de paz en quienes lo visitan. En la reserva, es común ver manadas enteras de chigüiros, lo que convierte su presencia en una de las experiencias más memorables para los visitantes.
“Y si fuera un clima, sería el del llano abierto: cálido, a veces húmedo, pero siempre amplio y generoso. Ese calor envolvente que se siente al nivel del mar, en la sabana infinita, permite contemplar el sol llanero como un disco rojo en el horizonte, casi como si se tratara de un atardecer sobre el mar”, mencionó.
Un dato curioso de la región
“Existen muchos datos curiosos sobre los Llanos de Casanare que revelan su relevancia histórica y cultural. Uno de los más destacados es que esta región tuvo el primer puerto fluvial de Colombia, en Orocué, incluso antes que Cartagena o Puerto Colombia. Por allí ingresaron avances tecnológicos, colonizadores y misioneros, lo que marcó profundamente el desarrollo del país. A través de este puerto llegaron españoles e italianos, cuyas influencias aún se reflejan en los rasgos físicos de muchos llaneros y en expresiones culturales como el joropo, cuya música y zapateo recuerdan al flamenco español”, dijo Zambrano.
Otro motivo de orgullo regional, menciona el experto, es su papel protagónico en la historia de Colombia. Desde Pore, en Casanare, partieron los lanceros llaneros que participaron en la gesta libertadora cruzando los Andes hasta el Pantano de Vargas, contribuyendo decisivamente a la independencia del país.
Datos de contacto
- Email: reservas@elencantodeguanapalo.com
- Número: (+57) 322 510 8816 - 313 209 589
- Redes sociales:@elencantodeguanapalo
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