Turismo

Curazao: un pedacito de África en el Caribe

Hace 500 años la isla era centro de distribución de esclavos, hoy encanta con sus casas y las huellas de esas culturas.

Redacción Buen Viaje
09 de agosto de 2013 - 11:06 a. m.
Curazao, una isla de las Antillas Holandesas, queda a una hora y 20 minutos de vuelo desde Bogotá o Medellín. Tiene 150 mil habitantes y 444 km cuadrados.  / 123rf
Curazao, una isla de las Antillas Holandesas, queda a una hora y 20 minutos de vuelo desde Bogotá o Medellín. Tiene 150 mil habitantes y 444 km cuadrados. / 123rf

Es inevitable no pensar en Curazo sin dibujar en la mente la imagen de una hilera de casas de colores que se alzan orgullosas frente al mar. Aunque estas construcciones, levantadas hace 400 años y protegidas por la Unesco por considerarse patrimonio de la humanidad, son uno de los tesoros de la isla; este lugar que reposa en la tranquilidad del Caribe guarda muchas más sorpresas para sus visitantes.

Para empezar es escenario de uno de los festivales de jazz más prestigiosos del mundo, que se celebrará el próximo 30 y 31 de agosto y tendrá dentro de sus invitados a Marc Anthony, Luis Miguel, Diana Ross y Oumou Sangaré. Una excusa para aventurarse en este paraíso de 444 km cuadrados, al que el año pasado viajaron más de 10 mil colombianos y que para esta fecha tendrá paquetes especiales que incluyen la estadía, el desayuno y las boletas del evento.

Curazao también es un gran destino para hacer compras. Por ser el lugar en el que se embarcan hacia otros países de la región muchos de los productos que llegan desde Europa, los perfumes franceses, los embutidos, vinos, la relojería suiza y la joyería se consiguen libres de impuestos e incluso más económicos que en Panamá o Aruba.

La gastronomía es otro de sus atractivos. Hay más de 130 restaurantes de comida tailandesa, inglesa, española, americana. Las opciones son infinitas, sin embargo, la recomendación es no dejar de visitar Fort Nassau, un fuerte desde donde se atacaba a quienes intentaban invadir la isla, en cuyas murallas se encuentra un exquisito establecimiento de ambiente colonial para comer.

Finalmente están las playas blancas de aguas cristalinas, cuyas barreras de coral fueron protegidas durante años por la Fundación de Jaques Coustau y que descrestan a cientos de buzos cada año.

Por Redacción Buen Viaje

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