Desde su fundación en 1927, la Federación Nacional de Cafeteros se ha encargado de velar por el bienestar de los caficultores colombianos, y abrir espacios internacionales para que las más de 540.000 familias cafeteras que existen hoy puedan llevar a otros países un producto que por su cultivo, cuidado y producción es considerado uno de los mejores café del mundo.
Que Colombia sea reconocido como un país cafetero no es vano, de los 32 departamentos que hay, en 23 se cultiva café, y los procesos que los caficultores han aplicado hacen que el café colombiano no tenga comparación. En la finca de Hugo Acosta, caficultor de Arbeláez, Cundinamarca, una parte del cultivo de café se hace con sombrío, para dar ciertas características de sabor y calidad del producto; y también directamente bajo el sol, que garantiza una producción mayor pero con un calidad diferente.
Foto: MIGUEL CRUZ