
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El turismo de aventura en Colombia vive un momento decisivo. Actividades como el rappel, el parapente y el canotaje dejaron de ser exclusivas de expertos y hoy atraen a viajeros que buscan experiencias intensas y auténticas.
En ese panorama, el Valle del Cauca destaca como uno de los destinos más estimulantes: un territorio donde la adrenalina se mezcla con la diversidad natural. Y es que quienes llegan se encuentran con un escenario que invita a explorar desde el aire, el agua o la roca, ya sea volando sobre montañas, enfrentando ríos caudalosos o descendiendo paredes que exigen técnica y concentración.
Pero, ¿qué es lo que hace del Valle tan especial para este tipo de nicho turístico?
Según Miyerlandi Torres, secretaria de Turismo del Valle del Cauca, en conversación con El Espectador, la combinación de pisos térmicos, condiciones naturales privilegiadas y una oferta turística especializada ha impulsado a la región a posicionarse como la capital colombiana de los deportes extremos.
“En este territorio convergen el calor del Pacífico y las montañas de los Farallones, lo que crea una diversidad de paisajes que permite practicar múltiples disciplinas: Roldanillo como referente mundial del parapente; el Lago Calima como uno de los mejores escenarios de kitesurf y windsurf en América Latina; y ríos, montañas y selvas ideales para rafting, senderismo, ciclomontañismo y escalada. Todo está conectado desde Cali y respaldado por operadores y competencias internacionales”, destacó.
Un destino único para salir de viaje
Hay que decirlo: aunque San Gil sigue siendo un referente histórico del turismo de aventura en Colombia, la emoción que ofrece el Valle del Cauca tiene un sello propio que nadie puede negar. Sí, en Santander se popularizaron los deportes extremos hace ya varias décadas, pero hoy la tendencia se ha extendido por todo el país, y nuevos territorios —entre ellos el Valle— han incorporado estas actividades a su oferta turística de manera sólida y estratégica.
“El Valle, tiene una ventaja difícil de replicar: en distancias muy cortas, combina deportes de aire, agua y montaña, gracias a la variación de sus pisos térmicos. Esa versatilidad, sumada a infraestructura accesible y a eventos de alto nivel, le otorga al departamento una competitividad única en Latinoamérica”, aseguró Torres.
La secretaria añade que la región está construyendo una identidad propia basada precisamente en esa diversidad que la distingue. “Mientras San Gil se especializa en actividades de río y montaña, el Valle integra experiencias de aire, agua, selva y mar en distancias muy cortas”. Ese enfoque, afirma, le permite al departamento ofrecer una combinación difícil de encontrar en otros destinos del país.
Sin embargo, lo más importante es que este crecimiento no viene solo, pues está acompañado por un esfuerzo institucional para garantizar que las experiencias sean seguras, reglamentadas y de calidad.
Por ejemplo, cuentan con cada área designada y reglamentada para que los turistas sepan que buscar y cómo están legalizados:
- Los operadores de deportes de aventura: Para funcionar deben contar con Registro Nacional de Turismo (RNT) activo y cumplir las Normas Técnicas Sectoriales diseñadas para garantizar la seguridad en actividades como parapente, rappel o canotaje.
- Guías de turismo: profesionales formados que deben tener su propio RNT y estar carnetizados. Su responsabilidad es el acompañamiento técnico y la seguridad del visitante durante la actividad.
- Escuelas o clubes deportivos: se rigen por la legislación del Sistema Nacional del Deporte. Requieren personería jurídica como club, deben estar inscritas ante los entes deportivos municipales o departamentales y afiliadas a la federación correspondiente.
“Tenemos esto bien definido porque confundir estas figuras no solo es un error común, sino que puede afectar la calidad y la seguridad de una actividad que, en el Valle del Cauca, está alcanzando un nivel de profesionalización que lo consolida como uno de los destinos más robustos del país en turismo de aventura”, aseguró.
Diciembre como fecha importante
Por otro lado, para Torres, diciembre es un mes decisivo en la dinámica turística del Valle del Cauca. Solo en 2024, el departamento recibió 1.217.091 viajeros, una cifra que da cuenta de la magnitud del flujo de visitantes. Por eso, la estrategia actual busca ir más allá de los planes tradicionales y motivar el recorrido por rutas comunitarias, senderos entre bosques de niebla y cañones poco transitados, ampliando la experiencia turística hacia territorios menos explorados.
“Diciembre es una de las temporadas más dinámicas para el turismo en el Valle del Cauca y este año esperamos un movimiento excepcional. Se proyecta la llegada de 985.844 visitantes, divididos en 57% nacionales, 37% viajeros internos y 6% extranjeros, con ingresos cercanos a 252 millones de dólares. Algo que esperamos con gran optimismo”, aseguró.
El departamento está completamente preparado para recibir a quienes llegan, no solo con alumbrados navideños en los 42 municipios, sino con una oferta de aventura consolidada y en crecimiento. De hecho, de acuerdo con el SITUR Valle, los destinos con mayor afluencia serán Cali, Buga, Calima, Cartago y Palmira, con una ocupación hotelera estimada entre el 51% y el 58%.
Este dinamismo tendrá un impacto profundo en las comunidades. En el Valle del Cauca, la cadena de valor del turismo de aventura está estrechamente conectada con los territorios: la mayoría de los servicios —operadores, guías y prestadores— son personas locales que se han formado para ofrecer experiencias seguras y de calidad.
“Desde la Secretaría de Turismo venimos fortaleciendo estas capacidades a través de procesos formativos y programas especializados. Un ejemplo clave es ValleLab, donde más de 100 agencias del departamento están elevando sus estándares de competitividad y pronto contarán con una plataforma transaccional para comercializar sus servicios de forma directa”, afirmó.
¿Qué debe sí o sí visitar?
Para quienes llegan al Valle del Cauca en busca de aventura, las experiencias imperdibles comienzan en el norte y centro del departamento, donde se vive lo mejor del parapente, los deportes de viento, el buceo avanzado y las actividades en montaña.
A continuación, los destinos clave que conforman esta oferta:
Roldanillo (norte del Valle): la meca del parapente
La combinación de térmicas estables y el amplio colchón del valle geográfico —un terreno despejado ideal para aterrizajes— ha posicionado a Roldanillo en el mapa mundial del vuelo cross country. Con escuelas consolidadas, un calendario competitivo y cielos que permiten volar durante horas, atrae tanto a profesionales como a principiantes.
En diciembre, la atmósfera ofrece uno de sus mejores momentos: aumentan los días “volables” y los despegues se convierten en miradores naturales sobre un paisaje agrícola que parece diseñado para el deporte.
Cordillera Central (La Cumbre–Dapa–Pichindé): el corredor del viento y la montaña
La cresta montañosa, la orientación de los cañones y el gradiente térmico entre la costa y el valle generan un efecto embudo que permite volar prácticamente todo el día.
Pero no solo es territorio de vuelo: su red de senderos y carreteras secundarias atrae a ciclistas de montaña que buscan ascensos exigentes y descensos técnicos. En Dapa (Yumbo), la escalada en roca y el MTB han encontrado un epicentro sobresaliente gracias a formaciones de diabasa y basalto que permiten rutas técnicas basadas en edges y crimps, perfectas para la temporada de fin de año.
Lago Calima (El Darién): paraíso del kitesurf y el windsurf
Con los terceros mejores vientos de América, el lago Calima se consolida como uno de los mejores escenarios del continente para deportes náuticos de viento. Clasificado como el tercer lago a nivel mundial con condiciones óptimas para estas disciplinas, es la cuna del kitesurf y el windsurf en Colombia. A
unque cuenta con bahías calmadas para vela ligera y paddleboard, su encanto principal son las rachas sostenidas que, en temporada, convierten el espejo de agua en un estadio natural. Ha sido sede de la Copa del Mundo de la GKA y mantiene un calendario sólido con eventos como la Multiclases Copa CEAN.
Isla de Malpelo: santuario de buceo de clase mundial
Para aventureros avanzados, el Valle conecta con experiencias únicas como el buceo profesional en Malpelo, una de las reservas marinas más importantes del planeta. Allí, tiburones martillo, rayas águila y paredes submarinas que caen decenas de metros conforman un escenario imponente.
Caicedonia y Yotoco: rafting y canyoning técnico
En Caicedonia, el río Barragán —en el límite con el Quindío— ofrece rápidos de nivel intermedio en pleno paisaje cultural cafetero, haciendo de este uno de los mejores escenarios de rafting del departamento.
Para quienes buscan una experiencia más técnica y vertical, el cañón Chimbilaco (Yotoco) surge como un destino especializado en canyoning, operado por guías certificados. Su recorrido conecta cinco cascadas y charcos de aguas cristalinas, perfectos para nadar, practicar apnea o lanzarse desde formaciones rocosas.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.
