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La cadena del café es una de las más representativas de Colombia; no solo por su relevancia económica sino, también, por su conexión cultural y social. Este sistema productivo se extiende desde las actividades agrícolas en finca, pasando por procesos de transformación y comercialización, hasta llegar al consumidor final.
Según las zonificaciones de aptitud de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), Colombia cuenta con 6,2 millones de hectáreas aptas para la producción cafetera, equivalentes al 5,4 % de toda el área nacional. Los departamentos con mayor aptitud para el cultivo son Antioquia, Cauca, Huila, Tolima y Santander; entre los principales municipios, están El Tambo, Cauca (80.592 ha), La Plata, Huila (54.461 ha); Pitalito, Huila (47.756 ha); Cajibío, Cauca (47.526 ha); e Ituango, Antioquia (44.435 ha).
“Las zonificaciones de aptitud son un trabajo desarrollado por la UPRA que permite identificar el potencial de la actividad; fortalecemos los ejercicios de planificación y entregamos herramientas para orientar las inversiones de los sectores público y privado alrededor de estas cadenas. El café es uno de los grandes protagonistas del agro colombiano y, con esta información, entregamos insumos a los productores y diferentes actores sectoriales para la toma de decisiones que permitan el desarrollo sostenible de la cadena productiva en el largo plazo”, dijo Claudia Cortés, directora de la UPRA.
El café colombiano se produce en 22 departamentos y 603 municipios, por más de 549.000 familias; actualmente, los pequeños productores con menos de cinco hectáreas representan el 96 % del total y son responsables del 60 % de la producción nacional. En 2023, la producción total del país fue de 10,6 millones de sacos. Si bien es una caída en comparación con años anteriores, este fenómeno responde a diversas variables del mercado nacional e internacional.
Lugares recomendados en Bogotá
Con tan buenas cifras, es evidente que en cada rincón de Colombia debería tomarse buen café, y, aunque esta premisa cada día tiene más fuerza, todavía hay mucho trabajo por recorrer para que en los establecimientos se ofrezca café de calidad. Pensando en esto, en Bogotá sobresalen decenas de lugares ideales para degustar esta típica bebida colombiana. Estas son solo algunas de las alternativas.
Café San Alberto
Es el resultado de una familia cafetera de tradición, que ha emprendido la ambiciosa misión de ofrecer un café de lujo. Según comparten, “su sabor está íntimamente ligado a la Hacienda San Alberto, una tierra bendecida que provee un sabor característico con una identidad única. Un café con gratas notas aromáticas dulces, afrutadas que recuerdan el caramelo y un suave chocolate oscuro. Sobresale su acidez frutal, su cuerpo cremoso y armonioso balance”. Adicionalmente, aseguran que “los paladares más expertos han premiado a Café San Alberto por su espectacular sabor, siendo el café más premiado de Colombia”.
En Bogotá, tienen tres Templos de Café, como ellos lo llaman: uno en Usaquén (cl. 117 n.° 6A-47), otro en Museo del Oro (cra. 6 n.° 15-88) y uno más en el Centro (cra. 7 n.° 16–36).
Catación Pública
Según la descripción de este café, en TripAdvisor, Catación Pública es una empresa tostadora de café colombiano de alta calidad con enfoque en educación. “En nuestro almacén tenemos un lugar de experiencias sensoriales donde encontrarán los sabores de los cafés de Colombia. Allí los podrán tomar y comprar en nuestras diferentes presentaciones. Contamos cómo soporte y sitio de desarrollo un Laboratorio certificado por la Specialty Coffee Association de Estados Unidos (SCA)”, asegura esta empresa caficultora fundada por Jaime Duque. Para probar este rico café en Bogotá, disfrutar de experiencias especiales y aprender más del grano puede ir a la calle 120A n.° 3A-47, en Usaquén.
Libertario
Es una invitación a deleitarse con tantos y tan distintos orígenes, variedades, procesos de fermentación, curvas de tostión y métodos de preparación en el mundo del café. Según comparten en su página web, soñaban con espacios donde las personas se conectan y descubren una variedad de aromas y sabores que los inspiran a vivir una vida fantástica y llena de significado. Tenga en cuenta que el 3 % de sus ventas se destina a la transformación de cultivos cafeteros hacia una agricultura regenerativa que restaure la biodiversidad, la salud de los suelos y la resiliencia de las familias campesinas.
En Bogotá, los coffee shops de Libertario están en la Zona G (cl. 70A n.° 5-37), en la cra. 13 n.° 85-13 y en la calle 122 n.° 17A-56.
Café Cultor
Este lugar, explican en su página web, ofrece un café de calidad excepcional que hila auténticas y poderosas historias detrás de cultivo y proceso a través de sus hub micro-regionales, generando un vínculo inquebrantable con cada uno de los más de 10.000 caficultores.
“Café Cultor por tradición ha sido un espacio de impartir cultura, donde las personas pueden venir y preguntar a los Expertos Baristas de dónde viene cada café, cuál es el nombre del caficultor dueño de esta cosecha, cómo puede tomar, preparar o conocer su café y mil cosas más. ¡Es un servicio de interacción y amistad mutua! Espacios muy relajados y tranquilos donde hay libertad de libre expresión, cada barista tiene su propio estilo y personalidad”, aseguran.
Estos espacios en Bogotá son: una “Librería Wilborada”, en la cl. 71 n.° 10-47, y “Nuestra casa”, en Quinta Camacho (cl. 70a n.° 9-44), un lugar con chimenea, una que genera ambientes para tertuliar, leer, trabajar y más.
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