Hablar de Fórmula 1 no es solo hablar de velocidad y competencia, también es hablar de destinos que se transforman por completo para acoger a miles de aficionados del automovilismo. Esta vez, es Austria quien toma el protagonismo. Del 27 al 29 de junio, el país será sede del Gran Premio de Austria 2025, que se disputará en el icónico Red Bull Ring, enclavado en la región montañosa de Estiria.
Este circuito, uno de los más emblemáticos del calendario, no solo reúne a los mejores pilotos del mundo, sino que convierte a la pequeña ciudad de Spielberg en un centro global de turismo deportivo, naturaleza alpina y cultura local. Más allá del rugido de los motores, el evento abre la puerta a una experiencia turística única para conocer el país: desde rutas por viñedos y senderos naturales hasta una gastronomía regional que conquista a visitantes de todo el mundo.
La magnitud del Gran Premio de Austria va mucho más allá del deporte. En su edición de 2024, este evento atrajo a más de 300.000 visitantes durante un solo fin de semana, consolidando a Austria como uno de los destinos clave del turismo deportivo en Europa. Para 2025, las autoridades locales prevén una afluencia similar, con altas expectativas tanto en asistencia como en impacto económico. De hecho, de acuerdo con el Ministerio Federal de Turismo de Austria, el Gran Premio generó ingresos directos superiores a los 45 millones de euros, gracias al gasto en alojamiento, gastronomía, transporte y consumo general. A esto se suma una valiosa proyección internacional, que posiciona a Austria como un país anfitrión de grandes eventos ante millones de espectadores en todo el mundo.
Estos son algunos destinos que debe conocer si está en el evento:
Estiria
Hablar de Fórmula 1 es también hablar de Estiria, conocida como el “corazón verde de Austria”, una región que ha sabido consolidarse como un destino turístico excepcional al combinar la emoción de las carreras con una riqueza natural y cultural inigualable. El Red Bull Ring, ubicado en la ciudad de Spielberg, es un claro ejemplo de esta fusión. Con sus 4.3 kilómetros de longitud y 10 curvas técnicas, este circuito no solo garantiza competencias intensas e impredecibles —gracias al desgaste de neumáticos, el clima montañoso y la altitud—, sino que se ha transformado en el centro de una experiencia turística integral.
Si usted quiere visitarlo para el evento, el estado ha desarrollado ofertas que combinan deporte, naturaleza y cultura de manera innovadora. Estos paquetes integrados permiten a los visitantes disfrutar del Gran Premio junto con experiencias auténticas de la región: desde recorridos por los viñedos del sudeste estiriano, donde se degustan vinos frescos y afrutados en los tradicionales Buschenschenken, hasta caminatas por las rutas del imponente Dachstein que con sus 2,995 metros y glaciares es un ícono alpino.
Además, se pueden visitar joyas culturales como la Kunsthaus de Graz, la Abadía de Admont con su impresionante biblioteca barroca de 70.000 volúmenes, o el histórico Castillo de Riegersburg. Esta estrategia de integración entre turismo y deporte ha dado resultados notables: para la edición 2025 del Gran Premio, la ocupación hotelera en la región ya supera el 95%, y se espera un importante dinamismo en sectores como la gastronomía, el transporte local y las actividades recreativas.
Viena
Viena, conocida mundialmente como “la ciudad de la música” por haber sido hogar de genios como Mozart y Beethoven, ofrece una experiencia turística completa que va mucho más allá de su famosa Ópera Estatal que no puede desaprovechar si está en el país por la Fórmula 1. Y es que estando entre el Danubio y los Alpes, la capital austriaca deslumbra con monumentos icónicos como el majestuoso Palacio de Schönbrunn —residencia de verano de los Habsburgo con 1,441 estancias y declarado Patrimonio de la Humanidad—, la imponente Catedral de San Esteban con su torre gótica de 136 metros, y el histórico Palacio Hofburg que alberga tesoros como la Corona del Sacro Imperio Romano Germánico.
Pero si usted no es tanto de monumentos, no debe perderse de las excursiones que se ofrecen aquí, pues están conectan cultura, naturaleza y gastronomía de manera única. Un ejemplo son los tours a los viñedos de Wachau, ubicados a solo una hora de la capital que permiten degustar los vinos más famosos de Austria en un paisaje rodeado de castillos y naturaleza exuberante. Otro tour interesante es la excursión a Salzburgo —ciudad natal de Mozart situada a tres horas - que incluye visitas a la casamuseo del compositor, el Museo de Arte Moderno y un recorrido por la región de los lagos.
Río Danubio en bicicleta
El carril bici del Danubio representa una de las rutas cicloturistas más populares de Europa, con más de 2.857 kilómetros que conectan ocho países, desde la Selva Negra alemana hasta el Mar Negro en Rumanía. Esta ruta, que sigue una antigua calzada romana conocida como Donauweg o Vía Istrum, forma parte de la red EuroVelo 6 y ofrece una experiencia única de cicloturismo que combina historia, naturaleza y diversidad cultural. El recorrido atraviesa Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Bulgaria y Rumanía, permitiendo a los viajeros descubrir paisajes cambiantes, desde bosques alpinos hasta llanuras danubinas.
Si es amante del deporte y la naturaleza, no puede dejar pasar la oportunidad de recorrer el tramo austriaco de la Ruta del Danubio, considerado el más desarrollado y emblemático de todo el recorrido. Esta sección se extiende por 326 kilómetros entre Passau y Viena, y ofrece una infraestructura ejemplar: caminos completamente pavimentados, señalización clara, pendientes suaves y una red de servicios turísticos diseñados para ciclistas de todos los niveles.
Linz
Linz es una icónica ciudad, capital de Alta Austria que se ha consolidado como un fascinante punto de encuentro entre tradición e innovación a orillas del Danubio. La ciudad combina su patrimonio histórico —visible en edificios barrocos como el antiguo ayuntamiento (Altes Rathaus) y la vieja catedral (Alter Dom) que rodean la imponente Hauptplatz— con una propuesta cultural vanguardista que la ha posicionado como referente europeo en arte y tecnología. Su herencia industrial, marcada por el característico paisaje de grúas portuarias, ha evolucionado hacia una identidad única donde el arte experimental, la cultura digital y la tecnología se entrelazan de manera extraordinaria, creando un ambiente urbano lleno de energía.
Y es que como ciudad UNESCO de las Artes Audiovisuales, Linz lidera la escena cultural innovadora europea gracias a instituciones emblemáticas como el Lentos Kunstmuseum, que alberga una importante colección de arte moderno en un edificio icónico junto al río, y especialmente el revolucionario Ars Electronica Center, dedicado a explorar la sociedad, la tecnología y la vida del futuro. La ciudad ofrece además experiencias únicas como las vistas panorámicas desde el Pöstlingberg, su mirador natural, y su posición estratégica en la ruta cicloturista del Danubio entre Salzburgo y Viena.
Innsbruck
Innsbruck, la capital del Tirol austriaco representa una fusión entre la grandeza medieval y la innovación arquitectónica contemporánea en el corazón de los Alpes. Situada a 574 metros de altitud junto al río Inn, la ciudad cautiva con su emblemático tejadillo dorado (Goldenes Dachl) construido por el emperador Maximiliano I, que reluce con 2,657 tejas de cobre doradas sobre la histórica calle Herzog-Friedrich-Straße. Su casco antiguo medieval convive con joyas arquitectónicas como el Castillo de Ambras —que alberga obras de Rubens, Van Dyck y Velázquez y la torre gótica de Ottoburg.
Sin embargo, si usted quiere visitarla, la verdadera magia de Innsbruck radica en su capacidad de combinar patrimonio histórico con vanguardia tecnológica y experiencias alpinas. El funicular de Nordkette, con estaciones futuristas diseñadas por la arquitecta Zaha Hadid, se eleva desde el centro de la ciudad hasta los 2,256 metros, ofreciendo esquí en invierno y senderismo en verano, mientras que el Patscherkofel al sur proporciona otra opción recreativa de montaña. La ciudad, que ha sido durante décadas destino de deportes de invierno de clase mundial, sorprende también con atractivos únicos como el zoo alpino situado a 750 metros sobre el nivel del mar, uno de los más altos de Europa.
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