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Más allá de las pirámides: Egipto busca un hueco en el mapa del turismo de lujo

En los últimos años, Egipto está mirando más allá de las pirámides y sus cruceros por el río Nilo para su vital sector turístico. Con inversiones multimillonarias procedentes del golfo Pérsico, el país busca redibujar su mapa y atraer viajeros en sus proyectos de lujo en sus dos costas, el mar Rojo y el Mediterráneo.

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Isaac J. Martín - EFE
15 de septiembre de 2025 - 10:30 p. m.
El spa talasoterapéutico de Somabay, en el hotel Cascades, a unos 45 minutos de la ciudad egipcia de Hurgada y uno de los pocos en la región de Oriente Medio.
El spa talasoterapéutico de Somabay, en el hotel Cascades, a unos 45 minutos de la ciudad egipcia de Hurgada y uno de los pocos en la región de Oriente Medio.
Foto: EFE - Isaac J. Martín
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“El turismo en Egipto ha tenido el estigma de limitarse a las pirámides. Y si nos fijamos en lo que Egipto ofrece, va mucho más allá del turismo histórico”, afirma Mo Shehata, director de proyectos y desarrollo de Somabay, un resort situado a unos 45 minutos de la ciudad de Hurgada, a orillas del mar Rojo.

Antes una joya escondida entre las montañas y su mar en calma, esta población, desarrollada por la compañía saudí Olayan, está viviendo desde 2020 un ‘boom’, donde el “lujo está en su ADN, aunque sin ser pretencioso”, dice.

Egipto vive una época dorada turística que no recordaba desde antes de 2011, con las revueltas populares que derrocaron décadas de diferentes dictadores y sacudieron la región.

El país norteafricano atrajo un récord de 15,7 millones de turistas en 2024, superando el récord del año anterior de 14,9 millones, declaró el ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy.

Tras años de dificultades relacionadas con la pandemia, que provocaron una caída de las llegadas de turistas a 3,6 millones en 2020, 8 millones en 2021 y 11,7 millones en 2022, el sector se ha recuperado y sigue avanzando.

En el mar Rojo, el primer destino que empezó a destacar fue El Gouna, creada desde cero por Orascom Development Holding, fundada por el magnate egipcio Samih Sawiris. Pero ahora, Somabay está siendo una referencia.

“Creo que tenemos una gran oportunidad para aprovecharla. Uno de los problemas que hemos tenido en Egipto es la falta de planificación. Por eso, cuando hay algo fuera del sector público, tiende a no estar bien planificado y no se materializa en un destino de lujo de clase mundial. Pero en los últimos años hemos tenido grandes desarrollos del sector privado”, indica Shehata.

“Ahora el mar Rojo tiene el potencial o ya lo está logrando” para convertirlo en una “Riviera del mar Rojo”, explica.

Igual opina Hossam Adib, gerente general del hotel Cascades Golf Resort, SPA & Thalasso en Somabay, que cuenta con el primer campo de golfo sostenible acreditado internacionalmente en Egipto y un spa de talasoterapia, de los pocos en Oriente Medio.

Agrega que hay que buscar “una diversificación completa” en el sector turístico, dado que “no se puede depender sólo del lujo”.

Viajeros de países germanoparlantes son los que más se ven atraídos por estos destinos en el mar Rojo, aunque también del resto de Europa, como España, dice.

La diferencia en la que incide con la costa mediterránea es lo estacional, ya que en el mar Rojo se puede vacacionar todo el año, mientras que en el norte de Egipto se limita a unos tres o cuatro meses.

El golfo Pérsico, el motor financiero

La crisis que Egipto sufre desde 2016 se agudizó con la pandemia, pero sobre todo con la guerra contra la Franja de Gaza iniciada en octubre de 2023, que afectó a los ingresos en el canal de Suez -su principal fuente de ingresos con divisa fuerte junto al turismo- por los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen contra barcos vinculados a Israel.

Pero los países del golfo acudieron al rescate de Egipto en el sector turístico. En febrero de 2024, Emiratos Árabes Unidos firmó con el país árabe un acuerdo histórico valorado en 35.000 millones de dólares para desarrollar Ras el Hekma, en la costa mediterránea, lo que algunos ya llaman “el pequeño Mykonos”, donde la cultura de la fiesta entre aguas turquesas no ha cesado durante este verano.

A esto se añade el anuncio de la semana pasada de la filial egipcia de la emiratí Emaar Misr y la saudí City Stars de 18.500 millones de dólares para construir Marassi Red Sea, el que se espera que sea el proyecto más grande en el lado egipcio del mar Rojo.

La española María Sánchez, cofundadora de Maison Pyramide, empresa que gestiona la comunicación de varios proyectos de lujo en el país, asegura a EFE que “todas las miradas están en Egipto”.

“El lujo todavía no se ha solidificado como tal, pero por ciertas cuestiones, porque ha habido muchos altibajos a nivel socioeconómico, político y social”, afirma, aunque añade que ahora la oferta turística es “mucho más elevada de la que había antes”.

Antes la percepción era de que Egipto es “un país de vacaciones barato, en el que vas para ver las pirámides, Lúxor, Asuán... Pero ahora dicha oferta se ha diversificado masivamente”.

“Sí, ahora se empieza a ver un poco el lujo. Antes era imposible verlo”, sentencia.

Por Isaac J. Martín - EFE

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