Turismo
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'¡No problem!'

Este frase parece ser el lema de la segunda ciudad más importante de Jamaica, que además de la calidez de su gente, ofrece una variedad de actividades para divertirse y relajarse en familia.

Juan Diego Ramírez Carvajal / Montego Bay, Jamaica
17 de enero de 2012 - 10:07 p. m.

No es necesario empacar relojes. Allí parecen no existir. Un amable nativo lánguido y con rastas le dirá pausada y flemáticamente una frase que dará prueba de eso: “No problem”. Estampada en casi todas las camisetas que venden en tiendas turísticas, es el eslogan de Montego Bay, segunda ciudad de Jamaica después de su capital, Kingston. Miles de turistas, provenientes en su mayoría de Norteamérica, visitan esta bahía en busca de una amplia gama de actividades familiares, gastronómicas y de vida nocturna. Hacer de todo o no hacer nada.

Desde el punto más alto de la bahía, la hacienda Richmond Hill, construida en 1800 en una montaña con melaza, Montego Bay parece detenerse. Su arquitectura es similar a la parte histórica de Cartagena. De hecho, también padeció el comercio de esclavos a principios del siglo XIX. Su aspecto geográfico no dista del de Colombia. La siembra de caña de azúcar y de café hace que los paisajes sean similares a los del Valle del Cauca y del Eje Cafetero.

Disímil es su idiosincrasia, la cultura del jamaiquino que hace gala al estereotipo que el mundo creó sobre ellos gracias a Bob Marley. Morenos delgados con sombreros para sus rastas, influenciados por las frases más célebres de los clásicos de reggae. Se ven banderas de Jamaica por doquier, al igual que imágenes de Marley y del atleta campeón del mundo Usain Bolt. Patriotismo y reggae exacerbados.

Casi siempre, se escucha una canción de ese género en la plaza de Folmouth a través de unos parlantes gigantes. Siglos atrás, Folmouth fue la principal exportadora de azúcar en el mundo y actualmente cuenta con una terminal portuaria para la llegada de los enormes cruceros. Son las tres de la tarde de un lunes cualquiera. Un niño como de 6 años, sin camisa —aún sin rastas— se sube a una tarima y empieza a bailar. Lo siguen casi todos los que están recostados sobre las paredes de los antiguos negocios que rodean la plaza. Los movimientos son lentos. El ambiente de fiesta es eternamente latente.

La Montego turística

En los alrededores de Montego abundan lujosas y también históricas haciendas, como Rose Hall, conocida por la leyenda de la malvada matriarca Annie Palmer, quien asesinó a tres esposos y cuya tumba —fue asesinada por su amante, un trabajador de su hacienda productora de caña de azúcar—, reposa en el patio del lugar. La historia dice que su espíritu aún divaga por las habitaciones de madera.

Cerca de esta imponente mansión se encuentran Greenwood Great House, museo viviente cuya decoración colonial sigue intacta, y Bloomfield Great House, recomendada para probar la culinaria local. Allí se escogen langostas vivas de un tanque antes de consumirlas. Estos lugares construidos sobre la montaña tienen algo en común: la espectacular vista desde las fachadas.

Si el pasado lo aburre, entonces puede asistir en julio al Reggae Sumfest y en enero al Festival de Jazz y Blues, eventos que atraen a miles de visitantes. O simplemente vivir una experiencia extrema en el parque de diversiones Chukka, montándose en un flotador gigante y dejándose llevar por la corriente de un frío río. En este divertido lugar también puede montar en Buggies o hacer canopy. Los amantes de los deportes extremos deben practicar rafting sobre aguas cristalinas, en donde siempre hay turistas disfrutando de los trampolines naturales.

Montego Bay es un gran destino turístico en cualquier época del año, especialmente en los últimos meses y desde diciembre llegar desde Colombia es más fácil gracias a nuevas rutas como la Copa Airlines, vía Panamá, que sale todos los martes y domingos a las 9:06 a.m., o a los vuelos charter de Satena.

La ciudad, la segunda más habitada de la isla y la de mayor afluencia de turistas, tiene el clima perfecto: brisa y calor soportable, pues no hay humedad. El ron, las mujeres y la vida nocturna, un plan para no perderse. Lo dijo un funcionario del Ministerio de Turismo de Jamaica: “Más de la mitad de los visitantes del país regresan”.

A la hora de viajar

- No le de pena pedir rebaja en los almacenes. Los jamaiquinos son muy atentos con los turistas y por lo general les ofrecen buenos descuentos cuando lo solicitan.

- Aunque los jamaiquinos se comunican entre ellos en su propio dialecto, el papiamento, con los extranjeros hablan en inglés y cada vez en más hoteles hay personal que domina el español.

- Si es alérgico al picante, tenga cuidado. Casi toda la comida que sirven en los restaurantes tiene este ingrediente, así que al ordenar debe solicitar que se lo quiten.

- En Jamaica se maneja por la izquierda, por eso en caso de rentar un carro y cada vez que se cruza una calle hay que prestar atención para evitar accidentes.

- La moneda que se utiliza es el dólar jamaiquino y hay billetes de 50, 100, 500, 1.000 y 5.000. Un dólar americano equivale a 70 locales. La recomendación es llevar dólares americanos desde Colombia y cambiarlos en el aeropuerto.

- Por el clima, la mejor época para visitar Montego Bay es a finales de año.

Por Juan Diego Ramírez Carvajal / Montego Bay, Jamaica

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