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Pamplona, entre arte y religión

Desde hace 450 años Pamplona celebra la Semana Santa. Sus procesiones invitan a descubrir el mundo cultural que emerge en la ciudad.

El Espectador
27 de marzo de 2013 - 09:35 a. m.
Pamplona, entre arte y religión

Frío, estrellas y más frío. Y niebla, siempre niebla. Dicen que baja de las montañas para invadir la ciudad. Para invadir esas casas antiquísimas que han sobrevivido al paso del tiempo y de la modernidad. La bruma entra, seguramente, por esos inmensos patios para colarse luego por las diminutas rendijas que separan las puertas del suelo. Pero no es ineludible; no alcanza a penetrar las ruanas ni los sacos ni las bufandas. Porque en Pamplona (Norte de Santander) ya saben cómo evadir esa niebla; ya saben que las noches, a veces, son heladas; y también que son fascinantes.

Sin embargo, eso, en verdad, poco importa. Que el frío intente llegar hasta los huesos no es asunto de trascendencia. Menos aún, si los ojos están distraídos mirando unas figuras enormes que caminan por las calles. Figuras que andan erguidas mostrando sus admirables facciones. Así llevan siglos: bajando, subiendo, doblando cuadras. Y pese a esos eternos recorridos, todavía generan profundo estupor.

Esta vez no será la excepción. Saldrán el 25 de marzo de la Parroquia Mayor. Luego se tropezarán con el puente Chapinero para subir por la calle 8 hasta que se atraviese la carrera 5 y los guíe de regreso al templo. Serán siete días en los que los rituales se repetirán uno tras otro. Y las aceras, como siempre, estarán atestadas de gente. De creyentes y de escépticos. Porque ahí, en Pamplona, esa gélida ciudad a 74 kilómetros de Cúcuta, la Semana Santa es mucho más que un ritual pasajero. Es una especie de hábito con más de 450 años de historia.

Todo empezó, seguramente, cuando llegó Pedro de Ursúa, aquel conquistador ibérico que con el filo de su espada avanzó entre indígenas y zonas selváticas. A ese valle rodeado de montañas arribó en el siglo XVI, y desde entonces, el catolicismo se aferró con fuerza. Se aferró tanto que el lugar vio levantar la primera arquidiócesis tras la independencia. Después, cercado por una buena cantidad de iglesias, se convirtió en el ‘Valle del Espíritu Santo’.

Casi todas esas iglesias son coloniales; son magníficas. Figuras talladas con precisión aparecen cuando uno entra en alguno de los santuarios. Y bóvedas con frescos italianos y esculturas de otros tiempos. Las hay en el Santuario del Humilladero, en la Catedral de Santa Clara, en el Santuario del niño huerfanito, en el Museo de arte religioso.

Muchas serán las que pasearán de nuevo las calles y caminarán sobre los hombros de los nazarenos, todos cubiertos por las túnicas moradas que impiden ver su rostro. Tal vez sus hombros sufran y sus mejillas se tornen lívidas. Pero eso, seguro, no importa. Porque ahí estarán, como siempre, los miles de ojos que viajan para contemplar esas marchas ceremoniosas. Marchas que están a punto de convertirse en un patrimonio cultural inmaterial de la Nación.

Pasar los días santos en Pamplona es más que encuentros religiosos. Quizás —dicen unos—, por la nostalgia que produce la bruma y el frío, la ciudad ha visto crecer admirables artistas. Poetas como Eduardo Cote Lamus y Jorge Gaitán Durán, inmortalizados a punta de versos, son los más representativos. Y, por supuesto, Eduardo Ramírez Villamizar. Su apellido es hoy el nombre del Museo de Arte Moderno de la ciudad, un espacio que además reúne lienzos de Alejandro Obregón, Omar Rayo, Enrique Grau y figuras de Edgar Negret. Por donde se mire, en Pamplona, hay un centenar de artistas colgando de las paredes. Ahí se respira cultura y frío y niebla.

¿Cómo llegar?

Primero hay que viajar a Cúcuta. En temporada alta, un vuelo desde Bogotá puede costar entre $250.000 y $320.000. Desde ahí, se puede ir en carro o tomar un bus hasta Pamplona, cuyo costo no supera los $15.000.

¿Dónde hospedarse?

La ciudad tiene capacidad para recibir alrededor de mil personas. Los precios de los hoteles po noche oscilan entre los $15.000 y los $150.000.

-1549 Hostal. Calle 8B No. 5-84. Tel.: (7) 5680451.

-Cariongo Plaza Hotel. Cra. 5 y calle 9 Esq. Plazuela Almeyda. Tel.: (7) 568 1515.

-Hostal Hontibón. Cra. 4 No. 4-70. Tel.: (7) 568 3393.

Imperdibles

Santuario del Señor del Humilladero: una de las iglesias más antiguas de Pamplona. Allí reposa el Santo Cristo del Humilladero, una figura del siglo XVI tallada en madera.

Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar: ubicado en la Calle 5 # 5-75, en el lugar se encuentra una significativa colección del escultor colombiano. Hay además, obras de Alejandro Obregón, Enrique Grau y Omar Rayo.

Museo de Arte Religioso: alberga una colección de más de mil piezas. Muchas de ellas datan de tiempos de la conquista y la colonia.

Clima: cálido, la temperatura oscila entre los 15°C.

Prefijo telefónico: 7 

Por El Espectador

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