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Países europeos cambian las advertencias a turistas que viajan a EE.UU.

Varios países europeos han actualizado sus advertencias de viaje a Estados Unidos.

25 de marzo de 2025 - 06:30 p. m.
Ni una autorización ESTA válida ni una visa estadounidense válida constituyen un derecho a ingresar a Estados Unidos.
Ni una autorización ESTA válida ni una visa estadounidense válida constituyen un derecho a ingresar a Estados Unidos.
Foto: EFE - Sarah Yáñez-Richards
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Las advertencias de viaje hacia Estados Unidos han generado preocupación entre varios países aliados, que han actualizado recientemente sus recomendaciones. Alemania, el Reino Unido, Francia, Dinamarca, Finlandia, Noruega y, más recientemente, Canadá han expresado inquietud por los cambios en las políticas migratorias y de control fronterizo. Entre los principales motivos de alerta se encuentran el endurecimiento de las restricciones de visado, el control migratorio y las nuevas directrices federales que afectan especialmente a personas transgénero y no binarias.

"La ESTA (Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje) o la visa no garantizan la entrada en el país. Son las autoridades de inmigración al llegar las que toman la decisión definitiva. Las autoridades noruegas no se pueden meter en esa decisión", señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores noruego.

¿Qué es el ESTA y por qué los gobiernos están actualizando sus advertencias?

El Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA) es un sistema automatizado diseñado para evaluar la elegibilidad de viajeros que desean entrar a Estados Unidos bajo el Programa de Exención de Visa (VWP). Es esencialmente un requisito de seguridad previo al viaje que permite a las autoridades estadounidenses verificar anticipadamente si un viajero puede ingresar al país.

Esta autorización de viaje tiene una vigencia de dos años o hasta la fecha de vencimiento del pasaporte, lo que ocurra primero, y permite múltiples ingresos al país. Sin embargo, es crucial entender que un ESTA aprobado no garantiza automáticamente la entrada a Estados Unidos. Los viajeros pueden permanecer hasta 90 días consecutivos en cada visita, y deben solicitar una nueva autorización si cambian su pasaporte, nombre, ciudadanía o si ocurren cambios significativos en sus circunstancias personales.

La principal diferencia entre el ESTA y la visa radica en su complejidad y alcance. El ESTA es un permiso electrónico más simple y rápido de obtener, diseñado específicamente para ciudadanos de países del Programa de Exención de Visa que viajan por turismo o negocios por períodos cortos. Una visa, en contraste, es un documento más complejo que requiere una entrevista consular, evaluación más detallada de las circunstancias del viajero y puede permitir estancias más largas o propósitos de viaje más variados, como trabajo, estudio o residencia. Mientras el ESTA es un trámite en línea de bajo umbral, la visa implica un proceso de evaluación más riguroso y personal.

En este contexto, las nuevas recomendaciones de países europeos advierten sobre limitaciones en el proceso de solicitud tanto del visado como del formulario ESTA, ya que solo se incluyen dos opciones de género (hombre o mujer). Esto responde a normativas estadounidenses que reconocen únicamente el sexo asignado al nacer, en cumplimiento de un decreto firmado durante la administración de Donald Trump.

Un ejemplo es Dinamarca y Finlandia que han emitido advertencias dirigidas específicamente a viajeros con identidades de género diversas. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca recomienda que quienes tengan un pasaporte con la designación de género X o hayan cambiado de género se comuniquen con la embajada estadounidense antes de viajar para recibir orientación sobre cómo proceder.

Alemania y Reino Unido ha ampliado sus advertencias más allá de la cuestión de género, alertando sobre otros factores que pueden derivar en sanciones severas. Entre ellos, señalan que antecedentes penales en Estados Unidos, proporcionar información falsa sobre el propósito del viaje o exceder el tiempo autorizado de estancia, incluso por un margen mínimo, pueden resultar en arresto, detención o deportación.

La situación refleja un cambio significativo en las políticas migratorias, particularmente durante y después de la administración de Donald Trump. Como declaró el Departamento de Estado, “solo emitiremos visas de Estados Unidos con un marcador de género masculino o femenino que coincida con el sexo biológico del solicitante”. Esta política ha generado preocupación internacional, especialmente entre las comunidades LGBTQ+ y organizaciones de derechos humanos, que ven estas restricciones como un retroceso en el reconocimiento de la diversidad de género.

En Islandia, asimismo, la cancillería trabaja con la organización Samtökin ‘78 para emitir consejos dirigidos específicamente a las personas LGTBI+. La ministra de Relaciones Exteriores pidió a esta comunidad extremar las precauciones si viajan a Estados Unidos, según el medio islandés RUV.

Todas estas advertencias se derivan de casos recientes de turistas detenidos en Estados Unidos. Un ejemplo es que en los últimos meses, al menos tres ciudadanos alemanes han sido arrestados en circunstancias que han trascendido en los medios:

  • Jessica Brösche (29 años): ciudadana berlinesa que estuvo detenida durante seis semanas tras ingresar a EE.UU. desde México con sus herramientas de tatuadora, pese a contar solo con un visado de turista.
  • Lucas Sielaff (25 años): visitaba a su novia estadounidense y fue detenido durante dos semanas debido a un error de comunicación con un agente fronterizo.
  • Fabian Schmidt: residente en EE.UU. desde 2007 con una “green card” (permiso de residencia permanente), cuya familia desconoce las razones de su arresto.

En el Reino Unido ha trascendido el caso de Becky Burke, una joven británica de 28 años cuya familia ha contado a la BBC que estuvo retenida 19 días en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) del estado de Washington tras intentar entrar en Canadá desde Estados Unidos.

España, por su parte, tiene actualizadas sus recomendaciones de viaje a EEUU desde finales de enero y no considera hacer cambios por el momento, según el Ministerio de Exteriores.

Efecto a largo plazo

Las políticas migratorias y de viaje en Estados Unidos están experimentando un endurecimiento significativo, afectando incluso a turistas de países tradicionalmente aliados. Según datos de la Administración de Comercio Internacional, en 2024 visitaron el país casi 72,4 millones de personas, con Europa Occidental como la región con más viajeros, superando los 13 millones. Sin embargo, expertos como Pedro Ríos, director del Comité de Servicio de los Amigos Americanos, advierten sobre un cambio preocupante: “En los 22 años que he trabajado en la frontera, nunca he visto a viajeros de Europa Occidental y Canadá encerrados de esta manera”, sugiriendo un ambiente “antiinmigrante mucho más ferviente”.

Las detenciones y restricciones están generando una creciente ansiedad. Organizaciones como la Universidad de California en Los Ángeles han comenzado a enviar avisos a su personal y estudiantes extranjeros, instándolos a considerar los riesgos de viajar, ya que “los requisitos de reingreso podrían cambiar durante su ausencia”. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha manifestado que los viajeros que violen estatutos o términos de visa podrían estar sujetos a detención y expulsión, aunque no han proporcionado detalles específicos sobre los casos recientes de detención.

Las implicaciones de estas políticas son potencialmente desestabilizadoras para las relaciones internacionales. Un informe de Tourism Economics sugiere que los viajes desde Europa Occidental “son susceptibles de caer” debido al daño en la percepción de Estados Unidos, causado por los aranceles anunciados y la aparente postura geopolítica. Mientras tanto, los turistas de países no occidentales, donde se requiere visa, continúan enfrentando dificultades para ingresar al país, lo que refleja una tendencia más amplia de políticas migratorias cada vez más restrictivas y complejas.

A los países europeos también se ha sumado Canadá, que actualizó también sus directrices de viaje para entrar a Estados Unidos. Los canadienses que permanecen en el país vecino por más de 30 días “deben estar registrados ante el gobierno de los Estados Unidos” en lugar de los más de 60 días anteriormente permitidos, advierte el gobierno. El incumplimiento de esta regla podría conllevar “sanciones, multas y enjuiciamientos por delito”.

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