Turismo

Puerto Vallarta: la joya del Pacífico mexicano

Un recorrido por sus playas, parque de aventura, su malecón, historia y su rica gastronomía y licores. Un destino imperdible si quiere estar alejado del mundanal ruido.

Olga Lucía Barona Torres
12 de noviembre de 2019 - 01:43 p. m.
Una pequeña muestra panorámica de Puerto de Vallarta.  / Olga Lucía Barona
Una pequeña muestra panorámica de Puerto de Vallarta. / Olga Lucía Barona

En Puerto Vallarta se respira amor y belleza. Su nombre, incluso, ha servido de inspiración para varias canciones románticas. Una de ellas —la más famosa— es La guirnalda, de Rocío Dúrcal, un clásico dentro de su rico palmarés.

“Hoy mi deseo es

Estar en esa barca

Volver a estar en el Edén

Del Puerto de Vallarta”.

Y sí; es literalmente un edén. Es uno de los 125 municipios del estado de Jalisco, en México, un destino ideal para disfrutar de las aguas del Pacífico. Su belleza natural nos hace soñar. No en vano es uno de los lugares más visitados de ese país.

En Puerto Vallarta, los amantes de la naturaleza se deleitarán con una flora colorida y una fauna variada con venados, tigrillos, iguanas, guacamayas, gaviotas y pelícanos.

Sus playas se caracterizan por ser exóticas, muy exóticas. Las Caletas, por ejemplo, es una bahía paradisíaca cubierta de una verde jungla y una espectacular playa a la que solo se puede llegar desde el mar. Es el sitio ideal para alejarse del ruido, el comercio y el turismo clásico abarrotado de viajeros. Es como estar “enterrado en una selva”, pero con los placeres propios del mar.

Allí, en sus aguas, podrá hacer buceo, snorkeling con lobos marinos, paddle board, kayak y caminatas guiadas; además podrá disfrutar de un maravilloso spa en la cima de una colina, un orquideario, aviario, santuario de ciervos, yoga, clases de cocina y mucho más.

Aventura extrema

Este romántico puerto también es un destino ideal para los amantes de los deportes extremos. Allí encontrará el Vallarta Adventures, un parque natural escondido en la selva, en el que la diversión y la adrenalina no tienen límite.

Para calentar motores puede hacer el tour de la tirolesa. Tras recorrer exóticos paisajes selváticos, puede escalar en rappel, deslizarse por el tobogán de agua, cruzar puentes colgantes y disfrutar una emocionante serie de tirolesas.

Y si le queda adrenalina, no dude en volar en un túnel del viento, donde podrá vivir los efectos de la gravedad cero. En esta cama de aire puede flotar y sentir mariposas en el estómago y no propiamente de amor. Anímese a hacerlo, se ve miedoso desde afuera de la cápsula, pero no lo es (imaginen si lo logré yo).

El Malecón

Puerto Vallarta, claro, saca pecho con el hermoso Malecón que lleva su mismo nombre. Es un clásico corredor de un kilómetro a lo largo de la playa. Es reconocido como el monumento histórico más importante de la región, en donde se concentran además varias actividades culturales y artísticas de pintores, músicos, cantantes, actores, mimos y bailarines. Las construcciones históricas de su centro fueron consideradas Patrimonio Cultural de Jalisco en 2018.

Para chuparse los dedos

Y el destino no sería de ensueño —como efectivamente lo es— si no prueba su rica gastronomía. Y claro, el plato elegido no podría ser otro que sus tradicionales tacos. Para ello, se recomiendan el tour del taco, en los típicos puestos callejeros, donde —a cómodos precios— encontrará de todos los sabores y colores, con combinaciones de diferentes carnes e ingredientes, como vegetales, queso y demás. Si no le gusta el picante, no se preocupe; viene aparte y se aplicará a su gusto.

Y para cerrar la noche, la cereza en el pastel. Un delicioso y fuerte trago de agave, una bebida tradicional que producen en nueve estados del país, elaborada a partir de la destilación del corazón del maguey, con cierto sabor amaderado. Delicioso por demás.

Sitio recomendado: La Lulú Raicillería + Cocina, en donde puede —además de comer ricos tacos— beber la raicilla, que es el destilado del agave más representativo del occidente de Jalisco. Todos sus productos son naturales y cultivados por ellos mismos.

Puerto Vallarta, una joya, un destino para su tranquilidad, para alejarse del mundo y, por qué no, para evocar el romanticismo de aquella Guirnalda.

*Invitación del Fideicomiso de Turismo Puerto Vallarta (Fidetur).

Por Olga Lucía Barona Torres

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