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Colombia, con su riqueza natural y cultural, se posiciona como un destino destacado para el turismo sostenible en América Latina, gracias a su compromiso con la conservación de ecosistemas vitales y el bienestar de las comunidades locales que cada año se ha vuelto más fuerte de ver. En el corazón de este esfuerzo se encuentran los Parques Nacionales Naturales (PNNC), que administran 65 áreas protegidas dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). De estas, 37 tienen vocación ecoturística, 27 están abiertas al público y 17 trabajan en actualizar o formular sus Planes de Ordenamiento Ecoturístico.
Esta vocación ecoturística es clave, ya que el ecoturismo no solo busca preservar el patrimonio natural del país, sino también fomentar el desarrollo económico de las comunidades locales. Al visitar estas áreas protegidas, el turista contribuye directamente a los esfuerzos de conservación liderados por la entidad y, asimismo, respalda el trabajo de las comunidades, que desempeñan un papel esencial al ofrecer servicios como alojamiento, guianza y gastronomía. Estas actividades, en colaboración con los parques, no solo protegen los ecosistemas, sino que también mejoran la calidad de vida de quienes los habitan.
Si está planeando sus viajes para 2025, aquí le presentamos cinco parques recomendados por Parques Nacionales Naturales de Colombia. Esta entidad, encargada de gestionar y conservar las áreas protegidas del país, realizó un especial compuesto por videos, podcasts, notas de prensa, entrevistas y fotogalerías, disponible en su página web, para destacar la incomparable biodiversidad de estos lugares y las experiencias sostenibles que ofrecen. Visitar estos parques es una oportunidad para aprender sobre la riqueza cultural de las comunidades que habitan sus alrededores y conocer iniciativas de turismo responsable que buscan un equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad ambiental.
Parque Nacional Natural El Tuparro
El Parque Nacional Natural El Tuparro, ubicado en la Orinoquía dentro del departamento de Vichada, es un ejemplo de la biodiversidad colombiana que se extiende por 548.000 hectáreas. Su paisaje se caracteriza por extensas sabanas verdes atravesadas por importantes ríos como el Tomo, Tuparro, Tuparrito y Caño Maipures, además de contar con formaciones rocosas cristalinas que son vestigios del antiguo macizo de Guayana, consideradas entre las montañas más antiguas del continente. El parque debe su nombre al Río Tuparro y alberga el raudal de Maipures sobre el río Orinoco, sus vistas son tan únicas que Alexander von Humboldt lo llegó a calificar como la “Octava Maravilla del Mundo” en 1800.
La riqueza biológica del parque es amplia, siendo hogar de más de 320 especies de aves y cinco especies de primates, incluyendo el vulnerable capuchino de frente blanca (Cebus albifrons). Entre su fauna destacada también se encuentra el cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius) y las toninas o delfines rosados de agua dulce. La vegetación incluye importantes especies como la palma Maximiliana regiae, fundamental para la supervivencia de algunos primates. Esta notable biodiversidad llevó a que el área fuera declarada inicialmente como territorio faunístico en 1970, para luego ser establecida como Parque Nacional Natural en 1980, y posteriormente reconocida como monumento nacional y zona núcleo de una Reserva de la Biosfera en 1982.
Para acceder a este paraíso natural, los visitantes generalmente parten desde Puerto Carreño hacia Garcitas en un trayecto de aproximadamente tres horas. Una vez en el parque, uno de los principales atractivos es el sector Maipures, al cual se llega navegando por el río Tomo hasta su desembocadura en el Orinoco. Durante este recorrido, los visitantes pueden apreciar el Cerro Thomas, el punto más elevado del parque, y tienen la oportunidad de interactuar con las comunidades locales, como los kurripako, quienes mantienen vivas sus tradiciones artesanales.
Otro punto destacado es la Laguna del Mirador, un lugar ideal para ver el amanecer y apreciar los cinco ecosistemas protegidos del área. Este mirador ha sido un atractivo turístico clave desde que el parque fue declarado territorio faunístico.
Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos
El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, establecido en 1960, marca un hito histórico al ser la primera área protegida de Colombia, abarcando una superficie de 7,134.93 hectáreas distribuidas entre los departamentos de Huila, Caquetá y Cauca. Ubicado en el Macizo Colombiano, este parque se encuentra estratégicamente rodeado por otras áreas protegidas como los Parques Nacionales Naturales Alto Fragua Indi Wasi y Serranía de los Churumbelos Auka Wasi, formando un corredor ecológico que conecta la Amazonia con las cordilleras Central y Oriental.
La riqueza natural del parque es extraordinaria, protegiendo diversos biotopos que incluyen bosques húmedos subandinos, andinos y páramos húmedos. Entre sus tesoros naturales más notables se encuentran extensas áreas de robledal andino, incluyendo el Quercus humboldtii y el Colombobalanus excelsa, una nueva especie de roble descubierta en el parque en 1979. La biodiversidad del área es impresionante, albergando más de 260 especies de aves, pumas, monos maiceros y una variada fauna que encuentra refugio en este santuario natural.
Los visitantes pueden vivir una experiencia completa, ofreciendo a los aventureros la oportunidad de explorar 1,200 metros de cuevas de formación calcárea, incluyendo las famosas cuevas El Indio, El Hoyo y la Cueva de los Guácharos, que se encuentran a 92 metros bajo tierra. El recorrido, que requiere una caminata de casi 4 horas desde el Alto La Mensura hasta el Centro Operativo del sector Cedros, permite a los visitantes realizar senderismo, espeleísmo, observación de aves y camping.
Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya
El Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya representa una joya natural del Eje Cafetero colombiano, específicamente de la Cordillera Central. Ubicado en el corregimiento de La Florida, Vereda La Suiza, se caracteriza por su clima húmedo de montaña, encontrándose a una altitud que oscila entre los 1.750 y 2.276 metros sobre el nivel del mar. Algo importante de su ubicación es que está dentro del corredor de conservación de la cuenca alta del río Otún, por lo que lo conecta con otras áreas protegidas importantes como el Parque Nacional Los Nevados, el Parque Regional Natural Ucumarí, y los Distritos de Conservación de Suelos Campoalegre y Barbas Bremen.
La riqueza natural del santuario se manifiesta en su biodiversidad, donde aproximadamente el 90% de su territorio está cubierto por bosques naturales en diferentes estados de sucesión y bosques maduros. El paisaje se complementa con pequeños humedales y plantaciones forestales, creando un mosaico de ecosistemas que albergan una notable variedad de especies. La vegetación característica de la selva húmeda andina, frecuentemente envuelta en neblina, le otorga un carácter enigmático y misterioso al lugar, mientras que su topografía variada permite observar especies emblemáticas como la palma de cera, además de una gran diversidad de aves, mariposas y pequeños mamíferos.
Para los visitantes, el Santuario ofrece una experiencia única de conexión con la naturaleza a través de tres senderos ecoturísticos principales: El Humedal, Bejucos y El Río, que pueden recorrerse en compañía del personal de Parques Nacionales Naturales durante el horario de pasadía (de 8 am a 5 pm). La experiencia en el santuario es envolvente, pues los visitantes están rodeados de los sonidos de las aves y del agua corriendo del río Otún, además, esto está acompañado por el aroma fresco del bosque y la belleza del paisaje.
Parque Nacional Natural Utria
El Parque Nacional Natural Utría, ubicado en la costa norte del Pacífico colombiano en el departamento del Chocó, representa uno de los ecosistemas más diversos del país. El parque abarca desde bosque húmedo tropical hasta estuarios, manglares y arrecifes coralinos, incluyendo más de 10,000 hectáreas de océano con fondos marinos y litoral. Esta diversidad de hábitats crea un paisaje dinámico que se transforma con las mareas, especialmente en los esteros del manglar, donde la vida terrestre y marina se alternan en un fascinante ciclo natural.
La riqueza biológica del parque es verdaderamente excepcional, siendo hogar de aproximadamente 35,000 especies de plantas superiores y cuatro de las siete especies de mangle identificadas en Colombia: el piñuelo, rojo, negro y blanco, con predominancia del mangle piñuelo en los suelos consolidados por sedimentos fluviales. Esta área protegida sirve como santuario para numerosas especies migratorias, incluyendo las icónicas ballenas jorobadas que viajan desde la Antártida, tortugas marinas, aves migratorias y diversas especies de peces como la aguja ensenadeña.
Si desea visitarlo, el parque dispone de diversas actividades ecoturísticas como el careteo en el muelle, el buceo alrededor de barcos hundidos donde habitan meros y peces globo, el avistamiento de aves terrestres y playeras, y el senderismo por rutas como el Sendero Estero Grande, que atraviesa diferentes ecosistemas en su recorrido de 1.5 kilómetros.
Parque Nacional Natural Chingaza
El Parque Nacional Natural Chingaza, establecido en mayo de 1977, está ubicado en la Cordillera Oriental de los Andes al noreste de Bogotá. Este Parque Nacional Natural es uno de los más relevantes tanto histórica como culturalmente, ya que su origen está profundamente vinculado con los pueblos Muiscas y Guayupes, quienes fueron sus guardianes ancestrales. A ellos les siguieron comunidades campesinas que habitaron la región hasta hace menos de cuatro décadas.
La riqueza biológica de Chingaza es excepcional, con más de 383 especies de plantas documentadas, aunque se estima que la flora total podría superar las 2,000 especies. Los ecosistemas predominantes son los bosques altoandinos, subandinos y páramos, que sirven como refugio para una diversidad extraordinaria de vida silvestre. Entre las especies más emblemáticas se encuentra el oso andino (Tremarctos ornatus), único oso nativo de América del Sur, que desempeña un papel crucial como dispersor de semillas y mantiene el equilibrio ecológico del ecosistema. Otra especie vital son los frailejones, incluyendo la especie endémica Espeletia uribeii, que cumplen una función vital en la regulación hídrica del ecosistema, capturando la humedad del aire y canalizándola hacia el suelo.
Los visitantes pueden explorar esta maravilla natural a través de diversos senderos, cada uno con sus características únicas. Un ejemplo es el sendero Cuchillas de Siecha, ubicado en el municipio de Guasca, el cual ofrece un desafiante recorrido de 7.5 kilómetros que atraviesa impresionantes formaciones rocosas y permite el avistamiento de la rica biodiversidad del parque. Por otro lado, Las Lagunas Seca y Verde, situadas en el municipio de Fómeque, revelan la historia geológica del área con sus característicos valles en “U” formados por antiguos glaciares, y son fundamentales como nacimiento del Río Chuza, principal afluente del embalse que lleva el mismo nombre.
Para hacer el parque más accesible a todos los visitantes, se ha desarrollado el Sendero de Los Sentidos en el sector de Monterredondo, con un tramo de 110 metros diseñado específicamente para ser universal y accesible.
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