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Con los dedos llenos de greda el jugador acomoda las cuatro mechas alrededor del bocín. Camina hacia el punto de tiro y balancea el tejo de atrás hacia adelante, calculando el lugar exacto de su tiro. Lanza el tejo y segundos después se escucha el sonido del triunfo. El aire huele a pólvora.
Si alguna vez ha caminado por las intrincadas calles de los barrios de Bogotá o ha recorrido los senderos de los pueblos de la región cundiboyacense, probablemente se haya encontrado varias veces con esta escena. Las canchas de tejo han sido durante décadas un lugar que ha reunido generaciones y se ha convertido en un auténtico emblema cultural.
Originario del centro del país, este deporte ha trascendido sus raíces rurales para consolidarse como un símbolo de identidad nacional que fascina por igual a locales y visitantes. Es por esto que si usted busca un turismo que celebre y preserve las costumbres, relatos y tradiciones del país, esta actividad se presenta como una experiencia imprescindible que debe vivir.
¿Por qué el tejo se ha vuelto tan popular para el turismo?
En buena parte tiene que ver con el turismo cultural, que conecta a los viajeros con la esencia de un lugar, permitiéndoles descubrir su arte, tradiciones, gastronomía y costumbres, haciendo que las personas exploren aquello que hace único al destino. En Colombia, el tejo es una representación auténtica de esta experiencia. Este tradicional juego no solo combina diversión y competencia, sino que también refleja el legado cultural del país.
El tejo tiene sus raíces en el altiplano cundiboyacense, donde surgió hace más de quinientos años como una práctica exclusiva de los altos jerarcas indígenas. Inspirado en el sol, este juego comenzó como una representación simbólica de su movimiento parabólico, utilizando un disco de oro que evocaba la trayectoria de la gran estrella entre las cordilleras. Con el paso del tiempo, evolucionó de ser una actividad reservada para la élite a convertirse en un deporte popular que rompió barreras sociales. Así, pasó a formar parte de la vida cotidiana de las clases populares y campesinas, consolidándose como un plan ideal para compartir en familia o entre amigos.
Es tan importante en la cultura nacional que fue declarado deporte nacional por el Senado en el año 2000. Más tarde, con la Ley 1947 de 2019, alcanzó un nuevo reconocimiento al ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación.
Sin embargo, según Daniel Lozano, cofundador de Tejo La Embajada y uno de los principales impulsores de la revitalización de este deporte en los últimos cinco años en la capital, el tejo, como deporte tradicional colombiano, estaba enfrentando un preocupante declive. “La pandemia agravó esta situación, acelerando el cierre de numerosas canchas y poniendo en riesgo una práctica cultural profundamente arraigada en nuestra identidad. Esto se debe a que la generación de nuestros abuelos, que tradicionalmente mantenía viva esta tradición, ha ido perdiendo protagonismo con el tiempo, dejando un vacío generacional”, señala.
Ante este panorama, muchos negocios, como el caso de La Embajada, han asumido un papel clave en la recuperación del tejo, transformándolo en una actividad moderna y relevante, no solo para volver a reavivar esta tradición como un deporte del pasado, sino como un espacio dinámico, atractivo para las nuevas generaciones, y un símbolo de encuentro y orgullo cultural que conecta diferentes personas.
El Instituto Distrital de Turismo de Bogotá ha desempeñado un papel importante en la recuperación del tejo como actividad cultural y deportiva, destacándose con iniciativas como el Encuentro Mundial de Tejo 2023. Este evento, realizado por primera vez, reunió a representantes de siete embajadas internacionales, posicionando el tejo como una experiencia turística única. Países como Japón, India, Perú, España, Reino Unido, Canadá y Venezuela participaron en esta celebración cultural que buscó destacar el valor patrimonial del deporte.
Además, Bogotá hizo historia al convertirse este año en la sede del primer campeonato internacional de tejo, reafirmando su compromiso con la promoción de los juegos tradicionales colombianos. Estas acciones no solo fortalecen la identidad cultural del país, sino que también consolidan a la capital como un destino que ofrece propuestas turísticas innovadoras y auténticas, acercando a locales y extranjeros a las raíces de la tradición nacional.
“En todas estas estrategias hemos participado, pues nuestro enfoque es democratizar el tejo, acercándolo a segmentos de la población que anteriormente no lo consideraban una opción de entretenimiento. Buscamos posicionarlo como más que un simple juego: lo hemos convertido en un punto de encuentro social, un espacio donde los amigos pueden conectar, divertirse y sentirse orgullosos de su herencia colombiana. Este cambio de perspectiva es crucial para garantizar la supervivencia y relevancia del tejo en el contexto contemporáneo”, aseguró Lozano.
Camilo Rodríguez, administrador del Polideportivo San Felipe, también ha sido un actor clave en el esfuerzo por popularizar el tejo como actividad cultural en Bogotá. “Un aspecto fundamental que hemos reforzado es el turismo. Contamos con alianzas estratégicas con agencias de viajes que nos envían visitantes extranjeros, provenientes de países como Estados Unidos, Alemania y Australia, interesados en conocer la cultura del tejo. Nos enfocamos en mostrarles todo lo que este deporte representa, su historia de más de 500 años y su profundo arraigo en nuestra identidad”, comenta.
Aunque el Polideportivo San Felipe es una propuesta relativamente nueva, con apenas dos años de existencia, Rodríguez destaca que se trata de una herencia familiar. Su padre, con más de 40 años de trayectoria en el circuito del tejo, ha sido una influencia decisiva. “Hemos crecido siempre rodeados de esta tradición, y nuestro objetivo es no solo preservarla, sino también compartirla con el mundo”, concluye.
¿Cómo funciona esta propuesta?
Lozano explica que la estrategia se basa en la colaboración con las principales agencias de turismo, lo que les ha permitido diseñar experiencias únicas dirigidas tanto a turistas internacionales como nacionales. Estas iniciativas ofrecen una inmersión completa en la cultura del tejo, trascendiendo la simple práctica deportiva para destacar su riqueza histórica y su valor como símbolo de identidad colombiana.
Tejo La Embajada, por ejemplo, se ha consolidado como un punto estratégico dentro del ecosistema turístico de Bogotá, siendo reconocido oficialmente por la Vitrina Turística de Anato como uno de los lugares más emblemáticos de la capital. Además, el pasado martes 3 de diciembre, el Concejo de Bogotá otorgó la Orden Civil al Mérito José Acevedo y Gómez en el Grado Cruz de Plata a Daniel Lozano Sanz, empresario y promotor cultural, en reconocimiento a su destacada labor en la revitalización y promoción del tejo como deporte nacional. Este homenaje también resalta su contribución al fortalecimiento del desarrollo cultural y turístico de la ciudad, posicionando al tejo como un símbolo de identidad y orgullo colombiano.
“Nuestras rutas turísticas van más allá del simple juego del tejo; están diseñadas para ofrecer una experiencia cultural integral. Proponemos una inmersión sensorial que incluye la degustación de auténtica gastronomía colombiana, como la tradicional lechona, y la oportunidad de probar licores ancestrales como el viche, además de cócteles creativos preparados con ingredientes locales. También apoyamos a pequeños productores promoviendo la cerveza artesanal de microempresarios colombianos, priorizando siempre la producción nacional. En cuanto al tejo, buscamos preservar su esencia tradicional. Los participantes juegan de la manera más auténtica, utilizando greda, mechas de pólvora y tejos de metal, asegurando una conexión directa con las raíces de este deporte emblemático”, explicó Lozano.
Agregó, de hecho que la popularidad del tejo ha venido en aumento para los extranjeros, pues a diferencia de otros deportes o juegos tradicionales, el tejo no existe en otras partes del mundo, lo que lo convierte en un atractivo turístico único. Los viajeros modernos, cada vez más conscientes y selectivos, buscan experiencias culturales auténticas que les permitan conectar profundamente con la esencia de un lugar, más allá de los circuitos turísticos convencionales.
“Lo que buscamos es que los visitantes no se sientan desorientados. Por ello, tenemos toda una experiencia diseñada pensando en ellos: personal bilingüe que puede interactuar y explicar cada detalle, menús y cartas en español e inglés, videos explicativos que desglosan las reglas y técnicas del juego, una infraestructura moderna y facilidades de pago con tarjeta de crédito. La propuesta va más allá del entretenimiento superficial; se trata de crear un puente cultural donde la diversión y el aprendizaje se entrelazan íntimamente”, puntalizó Lozano.
No obstante, también enfrentan desafíos significativos. Aunque ambos proyectos han trabajado arduamente para posicionar el tejo como una actividad emblemática de Bogotá, aún es necesario contar con mayor apoyo. Según Rodríguez, la prioridad actual es expandir la iniciativa de rutas turísticas, incluyendo la organización de un encuentro entre diversos campos y pistas de tejo. Este tipo de reunión podría convertirse en un punto clave para fortalecer y revitalizar la cultura de este deporte nacional.
“Considero una red de colaboración entre los diferentes actores del mundo del tejo permitiría no solo preservar esta tradición, sino también impulsarla hacia nuevas audiencias, promoviendo su evolución como una experiencia cultural y turística única. Esta estrategia integradora sería esencial para consolidar el tejo como un símbolo vivo de la identidad colombiana”, afirmó Rodríguez.
El encuentro tendría múltiples objetivos estratégicos: compartir experiencias entre diferentes escenarios de tejo, identificar desafíos comunes, diseñar estrategias conjuntas de promoción, intercambiar conocimientos sobre técnicas de juego y gestión de espacios, y crear un frente común para posicionar el tejo como un patrimonio cultural vivo. Además, esta reunión sería una oportunidad para establecer protocolos unificados de seguridad, explorar modelos de negocio innovadores y generar alianzas que permitan llevar el tejo a nuevos públicos, manteniendo su autenticidad y su espíritu tradicional.
“Otro desafío es la regulación distrital actual para establecimientos como nosotros, particularmente en lo que respecta a los horarios de funcionamiento. Actualmente, el decreto distrital limita la operación hasta las 11 de la noche, lo que genera una limitación importante para aquellos establecimientos que buscan ofrecer experiencias de entretenimiento más extendidas y flexibles, y lo más relevante, que tienden a ser nocturnas. Esta extensión permitiría atender a un segmento de público que busca espacios de diversión más prolongados, ofreciendo una alternativa cultural y recreativa que se adapte a los ritmos de vida actuales. Además, representa una oportunidad para fortalecer la propuesta turística y de entretenimiento de Bogotá, permitiendo que estos espacios se consoliden como referentes no solo deportivos, sino también de integración social y cultural”, afirmó Rodríguez.
Lozano a su vez agrega que el tejo ha cargado históricamente con un estigma de ser un espacio de “perdición”, pero estos establecimiento han transformado radicalmente esta percepción. La propuesta es presentarlo como un auténtico sitio de entretenimiento cultural, un espacio donde la diversión va más allá del simple consumo de bebidas alcohólicas. Se trata de una experiencia integral que celebra la identidad nacional, el patrimonio deportivo y la riqueza cultural de Colombia.
“Para enfrentarnos a estos estigmas buscamos llevar el tejo lo más cercano a nuevas generaciones, esto incluye capacitaciones para todos los jugadores, enseñándoles las técnicas adecuadas del deporte, además de añadir elementos gastronómicos como las catas de café y cerveza para que complementen la experiencia, permitiendo a locales y extranjeros sumergirse completamente en una vivencia cultural profunda”, aseguró.
Recomendaciones para los principiantes en el tejo
- Vestimenta y disposición adecuada: Una de las principales recomendaciones para quienes deseen participar en la experiencia del tejo es acudir con ropa cómoda. Aunque no es un deporte de alta intensidad, el lanzamiento del tejo requiere cierta actividad física. Es importante estar preparado para moverse y disfrutar de manera relajada, lo que hará que la experiencia sea más agradable.
- Apertura a una experiencia cultural: El tejo no solo es un deporte, es una inmersión a las tradiciones colombianas. Los participantes deben ir con la mente abierta para explorar sabores, comidas tradicionales, y ritmos musicales que enriquecen el ambiente.
- Aprender: A diferencia de otras rutas turísticas, la experiencia del tejo no solo entretiene, sino que también conecta a los participantes con una tradición centenaria. Es una oportunidad para aprender y divertirse al mismo tiempo, sumergiéndose en un aspecto representativo de la identidad colombiana.
Los expertos concluyen subrayando la importancia de preservar y promover el tejo, resaltando que es responsabilidad de todos no solo mantener viva esta tradición, sino también elevarla a un auténtico símbolo de orgullo, trascendiendo la capital y el centro del país para convertirse en un referente para todos los colombianos.
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