El pueblo boyacense destacado por ONU Turismo gracias a su trabajo comunitario

Sutatenza, un pueblo boyacense con profunda herencia muisca, historia educativa transformadora y paisajes rurales únicos, ofrece una experiencia auténtica de turismo cultural y natural.

Foto: Cortesía MinComercio / Cristian David Cárdenas Pardo - Trenzando tradiciones - Sutatenza, Boyacá

Si estas vacaciones quiere descubrir la esencia del turismo rural colombiano, hay una oportunidad que no puede dejar pasar. Ocho pueblos del país han sido seleccionados para representar a Colombia en la edición 2025 de los Best Tourism Villages, una iniciativa de ONU Turismo que reconoce a las comunidades rurales más destacadas del mundo por su compromiso con la sostenibilidad, la identidad cultural y el desarrollo local. Estos destinos, que combinan tradiciones vivas, paisajes únicos y una oferta turística auténtica, son el reflejo de comunidades que apuestan por mostrar lo mejor de su territorio a través de sus raíces.

Uno de estos destinos destacados es Sutatenza, un pequeño pero significativo municipio ubicado en la provincia del oriente de Boyacá, a 118 kilómetros de Tunja. Su nombre proviene del idioma chibcha: “Suta” significa “bajar” y “Tenza” hace referencia a “Tenzucá”, o soberano, lo que puede interpretarse como “Bajada a la casa del Cacique” o “Detrás del Boquerón”. Esta nombre revela no solo su importancia en el pasado muisca, sino también la riqueza ancestral que aún se respira en el valle. Sus calles empedradas y casas de arquitectura colonial invitan a recorrer el tiempo, ofreciendo un ambiente que conserva la memoria de siglos.

Sin embargo, más allá de su encanto patrimonial, Sutatenza ha dejado una huella profunda en la historia de Colombia gracias a su compromiso con la educación y el trabajo comunitario. Y es que en 1947, la llegada del padre José Joaquín Salcedo Guarín marcó un punto de inflexión en la historia del municipio. Fue él quien fundó las Escuelas Radiofónicas (Radio Sutatenza) y la institución Acción Cultural Popular (ACPO), un proyecto educativo sin precedentes que utilizó medios como la radio, la prensa, libros, cartillas y televisión para formar a miles de campesinos en todo el país.

Esta iniciativa pionera no solo transformó la vida rural colombiana, sino que fue reconocida a nivel internacional como modelo de educación popular, llevando el nombre de Sutatenza más allá de las fronteras.

Si usted desea visitar este pueblo con tanta historia, el municipio ofrece experiencias auténticas de turismo rural, gastronomía boyacense tradicional y celebraciones religiosas como la Semana Santa. Los visitantes pueden explorar senderos hacia cascadas y miradores y sumergirse en paisajes rurales que ofrecen tranquilidad y una conexión genuina con la cultura local y la hospitalidad de sus habitantes.

Cuatro lugares le hará conocer a fondo Sutatenza

Monumento a San Isidro Labrador

En Sutatenza se encuentra un monumento de gran valor simbólico y espiritual: una obra del maestro Luis Alberto Acuña, erigida en honor a San Isidro Labrador y dedicada a Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, fundador de las Escuelas Radiofónicas. Inaugurado por Acción Cultural Popular el 27 de mayo de 1967, este sitio no solo rinde homenaje al legado educativo del sacerdote, sino que guarda sus cenizas en su interior. Alrededor del monumento, esculpidas en piedra, se encuentran las seis ideas que guiaron su vida y su labor, convirtiendo este lugar en un espacio de reflexión, memoria y profundo significado para quienes valoran la historia del desarrollo rural en Colombia.

Museo Radio Sutatenza

El Museo de Radio Sutatenza preserva la memoria de una Colombia que transformó la educación rural a través de las ondas radiofónicas. Fundada en 1947 como parte del sistema educativo de Acción Cultural Popular (ACPO), Radio Sutatenza no fue una emisora convencional, sino un pilar fundamental para el desarrollo social rural del país. Su innovador modelo de Escuelas Radiofónicas permitía que familias enteras se congregaran alrededor de un aparato radial instalado por un Auxiliar Inmediato de ACPO, participando en programas de Educación Fundamental Integral que abarcaban desde alfabetización y matemáticas básicas hasta técnicas agrícolas, salud y valores cívicos. La UNESCO reconoció esta estrategia en la década de 1950 como un medio efectivo para combatir el analfabetismo rural, y su influencia trascendió fronteras al convertirse en referente para emisoras de América Latina, África y Asia.

La Casa Museo de Radio Sutatenza ofrece a los visitantes un viaje único a través del tiempo y el sonido, donde pueden recorrer salas llenas de historia que recrean la experiencia de las familias campesinas que se educaron junto a la radio. Los turistas pueden explorar equipos radiofónicos originales, cartillas educativas, fotografías históricas y testimonios que revelan cómo esta emisora cambió vidas en las zonas más remotas de Colombia.

Río Somondoco

El río que bordea el sur de Sutatenza y marca el límite natural con el municipio de Somondoco es un atractivo poco explorado pero ideal para quienes buscan un plan familiar en contacto con la naturaleza. Durante la temporada seca, entre noviembre y febrero, sus aguas tranquilas y poco profundas crean un ambiente perfecto para pasar el día entre amigos o en familia, disfrutar de un almuerzo campestre y refrescarse en los pequeños pozos naturales que se forman a lo largo de su cauce.

Aunque el terreno es pedregoso, ofrece algunas zonas para bañarse y practicar natación de forma tranquila. Ojo, en época de lluvias, su caudal aumenta considerablemente, por lo que se recomienda evitar actividades recreativas durante esos meses. Este río no solo nutre el embalse de Chivor, sino que también ofrece uno de los rincones más apacibles para disfrutar del paisaje rural de Sutatenza.

Alto de Piedralarga:

A tan solo 3,5 kilómetros del casco urbano de Sutatenza, en límites con la vereda de Ovejeras, se encuentra uno de los miradores naturales más sorprendentes de la región: el Alto de la Piedralarga. Esta formación rocosa, que asciende desde el sur hacia el norte hasta culminar en un peñasco de unos diez metros de altura, presenta curiosas formas que evocan la cabeza de un buey o de una oveja.

Desde lo alto, el paisaje se abre en una panorámica privilegiada que permite contemplar los municipios de Guateque, Guayatá, Somondoco y Macanal, así como el extenso Valle de Tenza, que se extiende en dirección oriental hasta donde comienzan a vislumbrarse los llanos, o hacia el oeste, donde los atardeceres se tiñen de luz dorada. También puede apreciarse la ubicación del embalse de Chivor, el cerro de Somondoco —coronado por una imagen del Cristo crucificado— y los antiguos territorios esmeraldíferos, lo que convierte a este sitio en un destino imperdible para los amantes del paisaje y la historia natural.

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