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Viajar en avión debería ser una experiencia emocionante: un inicio hacia nuevas aventuras, reencuentros o descubrimientos. Sin embargo, para muchas personas, volar no representa ilusión sino ansiedad. El simple hecho de pensar en despegar, estar a varios miles de metros de altura o atravesar turbulencias puede generar un malestar profundo, conocido como aerofobia.
Pero, ¿qué es este miedo? la aerofobia, es una reacción intensa y persistente ante la idea de viajar en avión. No se trata solo de una simple incomodidad, sino de una fobia en la que el cerebro asocia el vuelo con un peligro inminente, lo que desencadena síntomas como ansiedad, preocupación excesiva, pánico e incluso ataques físicos como sudoración, respiración agitada o malestar estomacal. Para quienes lo padecen, subir a un avión puede representar una amenaza directa, pese a que racionalmente entienden que las probabilidades de un accidente aéreo son mínimas.
Esta fobia es más común de lo que se piensa. Muchas personas sienten que pierden el control durante un vuelo, lo que genera aún más ansiedad. Además, el acceso constante a información sobre accidentes o fallos técnicos, sumado a la necesidad de volar con mayor frecuencia, hace que más personas deban enfrentarse a este temor. Aceptar que no se está solo, hablar del tema y compartir experiencias puede ser un primer paso útil para aliviar la carga emocional que produce este miedo.
A continuación encontrará una guía detallada con estrategias concretas para entender su miedo, tomar decisiones más informadas, y viajar con mayor seguridad y tranquilidad.
1. Entender la situación
Sentir miedo o ansiedad al momento de subirse a un avión es más común de lo que se cree. La aerofobia —o miedo a volar— suele estar relacionada con el temor a lo desconocido, la pérdida de control o experiencias previas negativas. Sin embargo, con algunas estrategias prácticas y preparación anticipada, es posible enfrentar este miedo y tener un viaje más tranquilo.
1. Entienda la situación: Las personas tienden a desconfiar de lo que no conoce. Por eso, lo primero es informarse:
- Recuerde que el vuelo tiene una duración limitada y, por lo general, no supera unas pocas horas.
- Conozca cómo funciona la aviación moderna y los altos estándares de seguridad.
Saber qué esperar puede ayudar a reducir la ansiedad anticipatoria.
2. Prepárese para el jet lag: La Dra. Martha Ramos, médica general y especialista en Salud Familiar y Comunitaria de la red DoctorAkí, explica que otro aspecto que puede generar incomodidad es el jet lag o síndrome de cambio de horario. Este se manifiesta con:
- Cansancio y somnolencia durante el día
- Dificultad para dormir por la noche
- Ansiedad o irritabilidad
Para reducir sus efectos, adapte su rutina unos días antes del viaje, acostándose y levantándose más temprano si viaja hacia el este, o más tarde si va hacia el oeste.
3. Considere apoyo profesional si es necesario: En casos donde el miedo a volar es intenso y limita la vida personal o laboral, puede ser recomendable:
- Consultar a un psicólogo especializado en terapias cognitivo-conductuales.
- Participar en talleres o cursos para superar la aerofobia.
- Usar técnicas de relajación o respiración guiada durante el vuelo.
2. Elija sabiamente
Además del temor general al vuelo, muchas personas con aerofobia sienten especial ansiedad por las turbulencias o la sensación de encierro dentro del avión. Entender cómo ciertos factores influyen en esa percepción puede ayudar a tomar decisiones que reduzcan la incomodidad y aumenten la sensación de control durante el viaje.
1. Elija su asiento con estrategia: La ubicación del asiento influye directamente en la experiencia del vuelo:
- Evite los asientos traseros: La cola del avión es más propensa a transmitir vibraciones y turbulencias.
- Prefiera los asientos sobre las alas: Esta es la zona más estable del avión, ya que está cerca del centro de gravedad.
- Considere las salidas de emergencia o primeras filas: Suelen tener más espacio para las piernas, lo que ayuda a evitar la sensación de estar encerrado.
2. Acepte que las turbulencias son normales: Las turbulencias son comunes y, en la gran mayoría de los casos, no representan un riesgo real. Para manejar mejor esta situación:
- Mantenga el cinturón de seguridad abrochado en todo momento, incluso si las luces están apagadas.
- Evite levantarse o caminar durante las turbulencias.
- Siga siempre las instrucciones de la tripulación, ya que están entrenados para manejar cualquier irregularidad.
Si tiene más dudas sobre las turbulencias, en este artículo le explicamos que es lo que debe saber de ellas.
3. Adopte medidas prácticas para mayor seguridad: Pequeñas acciones pueden marcar la diferencia:
- Vuele temprano: Las turbulencias tienden a ser menos frecuentes en las primeras horas del día.
- Evite objetos sueltos: Guarde correctamente pertenencias pequeñas para evitar accidentes si el avión se mueve.
- No realice movimientos bruscos: Caminar durante una turbulencia puede aumentar el riesgo de caídas o golpes.
3. Viaje con comodidad:
El miedo a volar puede intensificarse cuando la persona se siente incómoda, limitada en sus movimientos o expuesta a estímulos molestos. Además de entender el funcionamiento del avión o elegir bien el asiento, cuidar el bienestar corporal y la concentración mental es clave para mitigar la ansiedad.
1. Viaje cómodo y evite sentirse atrapado: Estar físicamente cómodo durante el vuelo reduce la sensación de claustrofobia y mejora el estado de ánimo:
- Use ropa holgada y calzado cómodo.
- Lleve una almohada de viaje y una manta ligera si eso le ayuda a relajarse.
- Considere incluir en su equipaje de mano tapones para los oídos y un antifaz, ideales para bloquear ruido y luz.
- Escuche música suave, un pódcast tranquilo o practique ejercicios de respiración lenta y profunda.
2. Prevenga molestias físicas prolongadas: Según Ramos, para quienes tienen condiciones médicas o sensibilidad circulatoria, es importante tomar precauciones:
- Las personas con problemas circulatorios, enfermedades crónicas o mayores de edad pueden usar medias de compresión para evitar trombos. Pero ojo, estas medias no deben usarse sin indicación médica, ya que generan una presión innecesaria en personas sanas.
- Caminar unos minutos en el pasillo durante el vuelo largo o estirar suavemente las piernas en el asiento ayuda a mantener la circulación.
3. Reemplace el miedo por imágenes positivas: El enfoque mental también es determinante. Una forma eficaz de controlar el miedo es visualizar el destino con entusiasmo:
- Imagine las playas, montañas, ciudades o paisajes que va a visitar.
- Anticipe los sabores, colores y aromas de la comida local.
- Piense en las emociones gratificantes de conocer algo nuevo y vivir experiencias memorables.
Al concentrarse en lo que le espera en su destino, la mente se desvía de la ansiedad del momento presente. Este cambio de perspectiva transforma el vuelo en una etapa necesaria para llegar a algo valioso.
4. Mantener la mente distraída
Quienes sienten miedo a volar pueden experimentar una variedad de reacciones: tensión corporal, pensamientos ansiosos o incluso llanto. En esos momentos, la clave está en dejar de centrarse en el hecho de estar en el aire y redirigir la atención hacia actividades que ayuden a distraerse y mantener el control emocional.
1. Distracción: una herramienta poderosa: Mantener la mente ocupada es una de las estrategias más efectivas para reducir el miedo durante el vuelo. Algunas recomendaciones:
- Ver una película o serie en el dispositivo móvil.
- Leer un libro, revista o cómic que resulte entretenido.
- Escuchar música o pódcast relajantes.
- Conversar con la persona del asiento vecino si se siente cómodo.
Estas actividades ayudan a desconectar de los pensamientos negativos y a hacer que el tiempo pase más rápido.
2. Cree rituales personales: Tener pequeños rituales antes y durante el vuelo puede generar una sensación de familiaridad y control. Por ejemplo:
- Escuchar siempre la misma canción durante el despegue.
- Tomarse unos minutos antes del abordaje para respirar profundamente y visualizar un viaje tranquilo.
- Llevar consigo algún objeto reconfortante, como una bufanda suave o una pulsera con valor simbólico.
Estos hábitos refuerzan la idea de que la situación es manejable y que el pasajero tiene un rol activo en su bienestar.
4. Técnicas complementarias que ayudan
- Practique respiraciones profundas: inhale por la nariz durante 4 segundos, sostenga por 4 y exhale por 6.
- Use afirmaciones o frases tranquilizadoras antes y durante el vuelo.
- Prepárese con anticipación: conocer los detalles del vuelo y la aeronave ayuda a disminuir el misterio que rodea a la experiencia de volar.
5. Tenga hábitos saludables
El miedo a volar no solo está relacionado con la ansiedad en el aire, sino también con las molestias físicas que pueden intensificar esa sensación de incomodidad. Por eso, prepararse adecuadamente en los días previos al viaje es clave para lograr una experiencia más llevadera y segura.
Según Juliana Andrea Corredor Angarita, residente de medicina aeroespacial en el Centro Médico Colsanitas del Aeropuerto El Dorado, algunos consejos son:
1. Hidrátese correctamente: La baja humedad en la cabina del avión puede generar deshidratación, lo que a su vez empeora síntomas como fatiga, dolor de cabeza o ansiedad. Para contrarrestarlo:
- Beba suficiente agua en los días previos y durante el vuelo.
- Evite el consumo excesivo de cafeína y alcohol, ya que ambos favorecen la deshidratación.
2. Lleve productos que mejoren su bienestar físico: Tener a mano algunos elementos puede marcar la diferencia en el nivel de confort:
- Solución salina nasal para evitar resequedad en las vías respiratorias.
- Crema hidratante para manos y rostro.
- Bálsamo labial para proteger los labios durante el vuelo.
3. Ajuste su horario de sueño antes del viaje: El cambio de horario puede generar confusión física y mental (jet lag), lo que aumenta el estrés durante el vuelo. Para minimizar este efecto:
- Si viaja hacia el este, acuéstese una hora antes cada noche, días antes del viaje.
- Si viaja hacia el oeste, retrase progresivamente la hora de acostarse.
- Intente dormir bien la noche anterior, sin depender de medicamentos.
4. Seleccione bien sus comidas: La alimentación también influye en cómo se siente a bordo:
- Prefiera comidas ligeras antes y durante el vuelo.
- Evite alimentos muy grasos o gaseosos que puedan causar incomodidad abdominal.
- Las comidas con carbohidratos suaves pueden inducir el sueño si desea descansar durante el vuelo.
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