
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Cuatro municipios del Caribe colombiano se suman a la ruta turística nacional con nuevas experiencias que combinan cultura, historia, arte comunitario y sostenibilidad. Se trata de El Banco, Santa Bárbara de Pinto, Sitionuevo (Nueva Venecia) y San Basilio de Palenque, protagonistas del proyecto Destinos con Color, una iniciativa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en alianza con Fontur y la Fundación Pintuco.
Este programa busca impulsar el turismo comunitario y la reactivación del turismo fluvial en la cuenca del río Magdalena, con intervenciones físicas, fortalecimiento de capacidades locales y la creación de rutas turísticas únicas basadas en la memoria, los saberes tradicionales y la participación activa de mujeres y jóvenes.
Cuatro rutas, cuatro maneras de conocer el Caribe
Uno de los ejes centrales del proyecto fue la creación de cuatro recorridos turísticos con identidad local, diseñados en diálogo con las comunidades y con fuerte protagonismo femenino:
- Los Colores de la Cumbia (El Banco): una inmersión en el universo musical de la región, donde el canto y la danza son herencia viva, especialmente conservada por las mujeres.
- El Color de las Tradiciones (Santa Bárbara de Pinto): una experiencia que invita a descubrir los oficios ancestrales, la vida rural y el sentido comunitario.
- Tras las Huellas del Agua (Nueva Venecia): una travesía por este territorio anfibio, en el corazón de la Ciénaga Grande de Santa Marta, donde la cotidianidad flota sobre el agua.
- Palenque Viva, Retratos de Nuestra Memoria (San Basilio de Palenque): un homenaje al primer pueblo libre de América, su legado de resistencia, su lengua criolla y su arte popular.
Cada ruta fue diseñada para dignificar la historia local y convertir la visita en una experiencia de aprendizaje, conexión y reconocimiento cultural.
El componente visual y físico del proyecto también fue clave. En total, se revitalizaron más de 31.000 m² de fachadas y se pintaron 37 murales que expresan el alma de cada comunidad: sus colores, su gente, sus historias. Además, se instalaron cinco espacios comunitarios con mobiliario urbano que ahora funcionan como puntos de encuentro para locales y visitantes.
También se realizaron talleres de formación, ferias de emprendimiento y actividades de promoción turística, con enfoque en sostenibilidad e inclusión. Esto permitió fortalecer liderazgos locales, impulsar emprendimientos y consolidar el turismo como motor de desarrollo económico y social, especialmente para mujeres y jóvenes.
Según datos del Ministerio, la inversión fue de más de $5.000 millones, beneficiando directamente a 1.900 personas y con un impacto estimado en más de 91.000 habitantes.
Más que una intervención turística, el proyecto buscó reconstruir vínculos entre identidad, memoria y oportunidades. En regiones históricamente golpeadas por el conflicto, como Palenque o Nueva Venecia, el turismo emerge como una vía para la reconciliación y el empoderamiento colectivo.
“Hoy celebramos que el río Magdalena y sus orillas vuelven a llenarse de vida y esperanza. Este proyecto demuestra que el turismo es una herramienta para dignificar comunidades, recuperar la memoria y abrir caminos de paz”, afirmó la ministra Diana Marcela Morales Rojas.