Un destino que sorprende: dos océanos en un mismo día

Entre dos océanos y rodeado de naturaleza, Panamá invita a vivir una experiencia única: ver el amanecer en el Caribe y despedir el día con el atardecer sobre el Pacífico, sin necesidad de visa para la mayoría de viajeros latinoamericanos.

En Panamá, la distancia entre ambos océanos se mide en horas. Su posición geográfica permite cruzar el país de costa a costa en menos de dos horas, atravesando selvas tropicales, lagos y montañas que revelan la diversidad natural y cultural.

El recorrido comienza al amanecer en la provincia de Colón. Portobelo, con sus fuertes coloniales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un escenario histórico para ver salir el sol sobre el mar Caribe y conectar con su esencia tranquila y luminosa.

Muy cerca se encuentran lugares ideales para bucear, como Isla Drake e Isla Buenaventura, donde es posible ver tortugas, corales y peces tropicales. Isla Grande, por su parte, recibe a los viajeros con playas de arena blanca, aguas turquesas y gastronomía caribeña.

Desde el Caribe hasta el Pacífico hay apenas 80 kilómetros. Una opción inolvidable para recorrerlos es tomar el Panama Canal Railway, el tren histórico que sigue la ruta del Canal y ofrece vistas del lago Gatún, las esclusas y la selva tropical hasta llegar a la Ciudad de Panamá.

El día concluye en las costas del Pacífico: desde Playa Coronado, San Carlos o Playa Blanca, o incluso desde la Calzada de Amador en la ciudad, donde el sol se oculta tras el mar y la silueta urbana. Así se vive “un día, dos mares”, una experiencia que define la esencia de Panamá.