Los balcones de las emblemáticas casas coloniales de la Belén de América se adornan cada año con flores típicas de la región de muchos colores, que recuerdan una vez más que la Semana Santa está a punto de empezar.
Los propietarios de negocios del centro histórico, dando cumplimiento al decreto impartido por la Alcaldía, un par de días antes comienzan a prepararse y a pintar las fachadas de un blanco inmaculado, para continuar con el legado de la tradición de la celebración de la Semana Mayor que ya cumple 455 años y que sólo fue interrumpida en 1983, cuando un terremoto sacudió Popayán.
Los turistas que decidan visitar la Ciudad Blanca se encontrarán con el evento magno que ha sido declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad: las procesiones de Semana Santa, únicas en América Latina.
Desde 1537 las celebraciones congregaban a miles de nativos, a quienes se les inculcaba la fe religiosa. Una de esas manifestaciones eran precisamente las procesiones presididas por el Clero, que resultaron siendo la reproducción de las que se hacían en Europa en la Edad Media, particularmente en España.
Durante casi cinco siglos los cargadores han llevado sobre sus hombros esta tradición basada en valores familiares y sentido de pertenencia a la comunidad.
En el Domingo de Ramos se realiza una procesión en honor al santo Ecce Homo, patrono de la ciudad, la cual parte desde la iglesia de Belén hasta la catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Durante el trayecto los feligreses recorren un trazado en forma de cruz que cubre unas 23 cuadras del centro histórico de la ciudad.
En el recorrido los elementos fundamentales son los pasos que están compuestos por imágenes sobre plataformas, adornadas con sitiales, arreglos florales, cirios y artículos de orfebrería. La pieza artística esencial del ritual es la imaginería que representan personajes y escenas de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El Jueves Santo, partiendo de la iglesia de San Francisco, se hace la procesión con el Santo de la Veracruz, que tiene incrustada una astilla de la cruz donde fue crucificado Jesús.
El Viernes Santo el silencio es reverente, con la puesta en escena majestuosa y los atuendos elegantes de los asistentes. Ese día la procesión sale en absoluto silencio de la iglesia Santo Domingo, los monumentos se adornan con flores moradas como símbolo de penitencia, los hombres con martillos, cinceles y otras herramientas representan a quienes bajaron de la cruz el cuerpo de Cristo, que más adelante reposará en el santo sepulcro decorado con incrustaciones de marfil y carey.
Quienes decidan pasar unos días en esta acogedora ciudad, además de apreciar las fachadas del centro histórico, las calles y las aceras cuidadosamente reparadas tendrán la posibilidad de disfrutar de una variada y rica oferta cultural.
Justamente en estas fechas comienza el 49 Festival de Música Religiosa en el teatro Guillermo Valencia. Al evento asistirán músicos de distintas nacionalidades mostrando lo mejor del talento en la composición de la música de cámara.
Disfrutar de la gastronomía también será otro placer del que no se podrán privar quienes pisen tierra caucana: las famosas empanaditas de pipián, los tamales, la carantanta y aplanchados de doña Chepa, con 70 años de tradición.
Paralelo a la celebración de las actividades sacras se realizará la VIII Muestra Artesanal en diferentes puntos de la ciudad, donde se evidenciará la habilidad manual para elaborar diferentes objetos.
Semana Santa en Mompox
La principal característica que hace a la Semana Mayor en Mompox única en Colombia es que participan activamente las siete iglesias coloniales que existen en la ciudad.
Además, la procesión del Viernes de Dolores, llamada también del Desprendimiento o Paso Robado (celebrada el viernes anterior al Domingo de Ramos) son marchadas, lo que les da la imponente y solemne belleza rítmica que las caracteriza.
La procesión empieza a la medianoche del viernes, cuando la multitud de feligreses llega a la iglesia de San Francisco a golpear fuertemente las tres puertas de la edificación hasta que sean abiertas.
La gente entra al templo y se roba el paso. Luego, los ladrones lo llevan a un lugar previamente determinado. Allí permanece hasta las 2:00 de la madrugada, cuando es recogido por los nazarenos que lo cargan en una marcha redoblada, al compás de la música compuesta especialmente para la ocasión, con destino a la iglesia de Santo Domingo, en donde, entrado el amanecer, se oficia la misa.
El Jueves Santo comienza cuando el nazareno trompetero va de iglesia en iglesia haciendo los tres toques. Los demás hacen el mismo recorrido al llegar al altar, rezan y salen como entraron sin darle la espalda al templo.
La solemnidad del Viernes Santo es esperada por todos por tratarse del paso del Santo Sepulcro. Ésta es muy disputada, ya que se necesitan cerca de 60 nazarenos, de los cuales sólo 12 son visibles al público, el resto van debajo de la preciosa joya artística, traída de París en 1880.
Delante de este paso marchan los Caballeros de Cristo, hombres vestidos de riguroso luto que en sus manos llevan cirios. Detrás del Santo Sepulcro se ubican las mujeres también de luto, pero ellas van caminando al lado de la hermosa imagen de la Dolorosa.
Así termina el recorrido por distintas maneras de manifestar la fe y el credo religioso que se expresan en los departamentos del Cauca y Bolívar, famosos por protagonizar dos de las semanas mayores más auténticas y tradicionales del país.
Para visitar en Popayán
» Parque de Caldas.
» Panteón de los Próceres.
» Rincón Payanés.
» Morro de Tulcán.
» Museo Arquidiocesano de Arte Religioso.
» Torre del Reloj.
» Casa Museo Mosquera.
» Museo Guillermo Valencia.
» Puente del Humilladero.
» Casa Museo Negret.
» Coconuco.
» Parque Nacional Natural Puracé.
» Paraninfo Francisco José de Caldas.
» Iglesia de San Francisco.
» Iglesia de Santo Domingo.
» Basílica de Nuestra Señora de la Asunción.
» Capilla de Belén.
» Museo de imágenes de la Semana Santa.