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Explorar un volcán activo puede parecer una hazaña extrema, pero no es imposible. En Guatemala, la cumbre del volcán Acatenango, a 3.976 metros de altura, ofrece una vista privilegiada del imponente volcán de Fuego, que entra en erupción con asombrosa fuerza, iluminando el cielo con su lava. La travesía para presenciar esto es exigente, pero la recompensa es inigualable: un paisaje sobrecogedor y la emoción de estar frente a una de las maravillas más poderosas de la naturaleza. No es de extrañar que muchos viajeros se pregunten: ¿cómo es la experiencia de llegar hasta su cima?
El Acatenango no solo es el tercer volcán más alto de Guatemala, sino también parte de una impresionante cadena montañosa. Su cumbre forma, junto al volcán de Fuego, un conjunto conocido como “La Horqueta”, una conexión geológica que ha dado origen a un paisaje de gran valor natural y volcánico. Con más de 200.000 años de historia y rastros de antiguas erupciones, este estratovolcán desafía a quienes buscan vivir una experiencia única de senderismo y aventura.
Ubicado entre los departamentos de Chimaltenango y Sacatepéquez, este volcán ofrece una de las panorámicas más espectaculares del país. Y es que desde su cima, es posible admirar otros volcanes emblemáticos de Guatemala, como el Fuego, Santa María, San Pedro, Tolimán, Atitlán, Agua y Pacaya, siempre que las condiciones climáticas lo permitan. Aunque hoy es considerado inactivo, tuvo erupciones registradas en el siglo XX, entre 1924-1927 y en diciembre de 1972.
¿Cómo es subir a este volcán?
El ascenso al Acatenango está clasificado como difícil, requiriendo entre 5 y 9 horas para llegar a la cima dependiendo de la condición física de los excursionistas. Su principal punto de acceso es la Aldea La Soledad, nombre que proviene de la hija del antiguo terrateniente. A pesar de la exigencia del trayecto, quienes se preparan adecuadamente son recompensados con vistas panorámicas de la cadena volcánica guatemalteca y del cráter del volcán de Fuego, cuyas fumarolas ofrecen un espectáculo impresionante.
Debido a la altitud y las condiciones cambiantes del volcán, es fundamental una preparación cuidadosa antes de emprender la travesía. Lo primero y más esencial es contratar un guía local experimentado, quien no solo trazará la ruta más segura, sino que también proporcionará información valiosa sobre el terreno. Este ascenso no es recomendable para principiantes, niños con problemas de salud o personas sin buena condición física, ya que el esfuerzo prolongado puede provocar fatiga extrema, dolores musculares y dificultades respiratorias. Sin embargo, con el equipo adecuado y una planificación consciente, la experiencia puede convertirse en una de las más desafiantes y gratificantes en Guatemala.
Antes de planificar su visita, es fundamental verificar tanto las condiciones climáticas como la actividad volcánica reciente. El clima en la montaña puede cambiar drásticamente, y las temperaturas en la cumbre suelen descender significativamente durante la noche, por lo que no se recomienda acampar directamente en el punto más alto, sino en las zonas designadas para campamento. Además, es imprescindible consultar las plataformas oficiales de monitoreo volcánico antes de cualquier ascenso y seguir las indicaciones de guías certificados y cuerpos de socorro para garantizar una experiencia segura.
Esta precaución cobra aún más relevancia debido a la reciente actividad eruptiva del Volcán de Fuego. Las autoridades guatemaltecas anunciaron la reapertura de las rutas de ascenso al Volcán Acatenango el 10 de marzo de 2025, tras haberlas cerrado una semana antes por el incremento en la actividad volcánica. Sin embargo, sigue estrictamente prohibido visitar o permanecer en “El Camellón”, la cresta que conecta ambos volcanes, debido al constante riesgo de caída de material incandescente y exposición a gases tóxicos, incluso en períodos de baja actividad.
Ante estos riesgos, contar con guías experimentados es esencial para garantizar un ascenso seguro y bien planificado. Empresas turísticas como OX Expeditions y Antigua Tours organizan excursiones guiadas que incluyen el equipo básico y el transporte desde Antigua Guatemala, un excelente punto para aclimatarse antes del ascenso.
La travesía comienza con una expedición de dos días al Volcán Acatenango. El primer día inicia temprano en Antigua Guatemala, donde, tras una breve sesión informativa, los excursionistas parten en bus hacia el punto de inicio, a una hora de distancia. Desde el primer tramo, la caminata sorprende por su intensidad, con un ascenso exigente que pone a prueba la resistencia física desde los primeros minutos y anticipa el reto de las siguientes cinco horas. A lo largo del trayecto, se realizan paradas estratégicas para recuperar energías, mientras el sendero atraviesa diversos ecosistemas.
Llegar al campamento base marca un hito en la jornada. Aunque las nubes pueden ocultar momentáneamente el paisaje, con el paso de la tarde comienzan a disiparse, revelando la imponente silueta del Volcán de Fuego. En este punto, los excursionistas tienen dos opciones: algunos emprenden una caminata adicional de 3 a 4 horas para acercarse al volcán en actividad, mientras que otros permanecen en el campamento. Al caer la noche, el espectáculo alcanza su punto culminante: la oscuridad permite apreciar la lava incandescente que emerge del cráter.
El segundo día comienza antes del amanecer, alrededor de las 4 de la mañana, con el ascenso final a la cumbre del Acatenango. Esta etapa es la más exigente de toda la expedición, ya que el terreno de ceniza volcánica hace que cada paso implique un esfuerzo adicional. Con lámparas frontales y bastones de senderismo, los excursionistas avanzan en la penumbra, superando el frío, la fatiga y la altitud hasta alcanzar la cima.
El descenso, aunque menos demandante en términos de resistencia cardiovascular, presenta su propio desafío. La primera parte es casi lúdica, ya que los excursionistas se deslizan sobre la ceniza volcánica, pero conforme avanza el trayecto, la fatiga y el impacto en las rodillas hacen que los últimos tramos sean un reto. De regreso al campamento base, se realiza una breve pausa antes de continuar el descenso final hasta el punto de partida, donde un autobús espera para trasladar al viajero de vuelta a Antigua.
Preparación para subir al volcán
La preparación física previa es indispensable, aquí le decimos algunas recomendaciones para principiantes. Para garantizar una experiencia segura y confortable, la página web del Volcán Acatenango recomienda que es fundamental contar con el equipo adecuado:
- Vestimenta: Ropa térmica e impermeable, capas adicionales para la noche, gorro y guantes.
- Calzado: Botas de montaña resistentes con buen agarre.
- Protección: Protector solar y gafas de sol para mitigar la exposición a la radiación.
- Hidratación y alimentación: Agua suficiente para todo el recorrido y alimentos energéticos.
- Iluminación: Linterna frontal con baterías extras, esencial para quienes opten por acampar.
Además, se recomienda establecer un plan de comunicación claro antes del ascenso:
- Informar a familiares o amigos sobre el itinerario y horarios de regreso.
- Notificar a las autoridades locales sobre la visita planificada y seguir sus recomendaciones.
Un aspecto clave a considerar son las temporadas. La temporada seca, entre noviembre y abril, ofrece mejores condiciones de visibilidad, permitiendo disfrutar de paisajes despejados y del espectáculo natural de las erupciones del Volcán de Fuego bajo un cielo estrellado.
En cuanto a las opciones de ascenso, existen dos modalidades principales:
- Excursión de dos días: Ideal para quienes prefieren un ritmo más pausado y la posibilidad de observar las erupciones nocturnas desde el campamento.
- Excursión de un día: Inicia temprano (alrededor de las 5 a. m.) y dura entre 10 y 12 horas, incluyendo el transporte desde Antigua. Es físicamente más exigente, ya que requiere un ascenso y descenso en una sola jornada.
El respeto por el entorno natural es fundamental durante toda la visita. Se debe depositar la basura en los lugares designados o, en caso de no encontrarlos en la cima, guardarla en bolsas para desecharla adecuadamente al descender. Esta práctica responsable contribuye a la preservación de este paisaje volcánico que forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, donde los volcanes de Agua, Fuego y Acatenango comparten una base geológica común, y cuyas frecuentes erupciones influyen en la actividad sísmica de toda la región, creando un espectáculo natural incomparable que, con la debida preparación y respeto, ofrece una experiencia inolvidable para los aventureros.
Precios para turistas y extranjeros
Según la página web del Volcán Acatenango, los costos de entrada son los siguientes:
- Extranjeros: Q100 (52.000 COP aproximadamente).
- Nacionales: Q25 (13.000 COP aproximadamente).
- Turistas originarios de Acatenango: Entrada gratuita.
Tenga en cuenta que este precio cubre únicamente el acceso al parque. El servicio de guía es obligatorio y tiene un costo adicional. Además, el único método de pago aceptado en el volcán es en efectivo.
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