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Históricamente, el concepto de Jeep ha estado asociado a la vida militar. Después de todo, estos vehículos nacieron para vencer las condiciones de cualquier campo de batalla que la Segunda Guerra Mundial pudiera ofrecer. Setenta y cinco años después de la fabricación del primero de estos autos, la marca quiere conmemorar su aniversario con una nueva versión del icónico Wrangler.
Aunque todavía se trata de un modelo conceptual, el fabricante norteamericano anunció que todo está listo para comenzar el ensamblaje del Wrangler 75º Salute, e incluso dio a conocer algunas de sus características. Pero antes de entrar en esos detalles, vale la pena destacar su diseño exterior, que funciona como homenaje e interpretación moderna del Willys MB, con el que comenzó la historia de Jeep.
Se trata de un modelo basado en el Wrangler Sport 2016, aunque sin las dos puertas, el techo y, por supuesto, los pilares que lo sostienen. Además cuenta con un esquema de color verde oliva similar al de los vehículos militares que lo antecedieron. De esta manera, el cascarón del concepto busca volver a la fuente y darle prioridad a la funcionalidad sobre la forma.
Esta filosofía también se hace sentir en otras características que reflejan a los vehículos de guerra de antaño, como las ruedas de acero de 16 pulgadas, equipadas con neumáticos militares no direccionales de 32 pulgadas, ofreciendo a los conductores la libertad para aventurarse a explorar cualquier terreno. Cierres de capó, un neumático de repuesto instalado en la parte trasera, defensas de acero con ganchos de remolque y un interior compuesto por asientos bajos de lona, detalles en madera e insignias conmemorativas de bronce completan el combo de este todoterreno.
El corazón del Wrangler 75º Salute, que toma su nombre del saludo usado por los integrantes de las fuerzas militares cuando se llevan la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien, es un Pentastar V-6 de 3,6 litros, equipado con transmisión manual de seis velocidades. Este rasgo permite entender por qué el auto tendría los 285 caballos de fuerza del Wrangler Sport 2016, que comparte el mismo mecanismo.
Con tantas características similares, y teniendo en cuenta que el Salute va a ser construido en Toledo (Ohio), donde se han producido los Wranglers durante décadas, es de esperar que el nuevo Jeep también traiga frenos ABS, faros antiniebla de alta eficiencia y placas de deslizamiento para proteger las partes esenciales de cualquier tipo de daño. Sin embargo, y teniendo en cuenta que lo que se busca es funcionalidad, habría que esperar futuros anuncios de la marca para conocer detalles sobre el sistema de entretenimiento y otras características del interior y la consola central.
Hoy es poco lo que se sabe sobre la llegada de este nuevo Wrangler a las vitrinas del mundo. Tampoco se ha confirmado una fecha de inicio de producción. Lo único cierto es que su arribo a las líneas de ensamblaje está confirmada, pues, como lo explicó el vocero de Jeep a nivel global, Mike Manley, esta es una celebración de la historia y el patrimonio militar de la marca.