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Peugeot 5008, un deportivo de altas proporciones

El renovado SUV de siete plazas le hace honor al emblema que lleva en la parrilla. Con potencia, tecnología y seguridad, la casa francesa presenta un vehículo a tener en cuenta, muy competitivo en precio y consumo.

Estaban Dávila Náder
10 de junio de 2018 - 02:00 a. m.
Cortesía
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Hablar de un SUV siete puestos deportivo, suena como una completa locura. El tamaño necesario para mover a tantas personas no es compatible con la versatilidad, el agarre y la agilidad que se necesitan para ir con seguridad a altas velocidades y divertirse en el proceso. Sin embargo, el ingenio y la tecnología imbuidos en el nuevo 5008 de Peugeot logran romper el paradigma.

Lanzado en febrero de este año, el utilitario es todo lo que se puede esperar de un león, y hasta más. De hecho, sorprende, pues su costo de $117’990.000 se siente muy amigable con el bolsillo si se tienen en cuenta sus capacidades y diseño, y ni hablar de su segmento.

De adentro para afuera, el 5008 puede venir equipado con un motor a gasolina 1,6 turbo, que fue el que pudimos probar y que produce 165 caballos y un torque máximo de 240 nM, o uno 2,0 a diésel, que reduce el caballaje a 150, pero gana en torque con unos 370 nM. Sin importar la versión, hay que decir que se trata de un auto que entrega potencia sin tener que pedirle mucho, un sencillo toque en el acelerador basta, comportamiento que se repite en el freno, igualmente efectivo.

A pesar de lo anterior, los niveles de consumo, al menos en el motor de gasolina, satisfacen. Cinco días de uso constante en ciudad, un viaje a La Calera y por lo menos 180 km recorridos sólo gastaron un cuarto de tanque. Esto, según el computador de a bordo, se resume en un consumo promedio de 8,6 km/l a una velocidad de 17 km/h. El mismo tiene la capacidad de informar el consumo en vivo y demostró que a velocidades constantes, sobre los 40 km/h, se puede llegar a recorrer hasta 23 km/l.

Lo anterior se debe a varias características, siendo la principal que, a pesar de funcionar en varios terrenos difíciles, el SUV es en realidad un 4x2, lo que elimina el peso y el consumo característicos de un 4x4. Así, pesa 1.425 kilos, 35 más que su hermano menor, el 3008, lo que impresiona teniendo en cuenta que pudimos llevar a siete adultos, cada uno en su plaza independiente, sin que ninguno viajara incómodo. Esto gracias a que es 19,4 cm más largo, con una distancia entre ejes optimizada, de 16,6 cm adicionales.

A ese desempeño se suma una suspensión rígida, versátil, con excelente respuesta y estabilidad. Claro, eso significa que puede llegar a ser muy sensible y hasta dolorosa al pasar por un hueco bogotano, sin embargo, los franceses, conscientes de la situación, compensan con un perfil de llanta más grueso de lo usual, que suma en comodidad y minimiza el impacto.

Dicha suspensión, desde la tracción delantera, es parte vital de uno de los sistemas protagonistas del 5008, el Grip Control. Se trata de un selector de terreno capaz de funcionar en condiciones normales, de lluvia o nieve, de barro o arena. Todo manejado desde una perilla frente a la transmisión automática de seis velocidades, que en vez del gatillo tradicional cuenta con un botón independiente para la posición de parqueo y otro para el modo secuencial.

Este último se maneja desde las levas acopladas al volante, que es, por cierto, una de las partes más deportivas y disruptivas del SUV. Llama la atención que, para el tamaño del 5008, el timón hidráulico se siente pequeño y plano en la parte superior e inferior, algo a lo que en principio cuesta acostumbrarse. Por otra parte, es ajustable en profundidad y altura. La suma de todos estos factores redunda en una conducción más intuitiva, entretenida y ergonómica.

Ese es sólo uno de los componentes que aportan al aire lujoso, casi aspiracional, de la cabina. Acabados suaves, colores oscuros, algunos revestimientos en paño brumado, líneas de luz muy discretas en las puertas, los portavasos, el sun roof y el panel de instrumentos, que en vez de botones parece tener interruptores, transmiten una estética muy parecida a la del interior de un jet privado.

El complemento es una pantalla central táctil compatible con los sistemas Apple CarPlay y Android Auto y el sistema i-Cockpit. Este es un panel digital de 12” ubicado sobre el volante y que entrega toda la información del carro en tres modos de visualización: el tradicional, el minimalista, que sólo muestra la velocidad a la que se avanza, y el personalizado. Juntas, las pantallas controlan los sistemas más brillantes del vehículo.

Por un lado, el asistente de parqueo automático, que detecta un espacio de estacionamiento en paralelo y toma el control del volante para hacer las maniobras necesarias. Por el otro, el control de descenso que mide la inclinación y las condiciones del terreno y el peso de la camioneta para bajar las pendientes sola, controlando acelerador y freno.

En conclusión, el 5008 es un SUV interesante y entretenido. Es una camioneta deportiva que incluso desde su estética exterior, con parrilla cromada, líneas pronunciadas, colmillos en las luces frontales y garras de león en las traseras, puede atraer otras miradas, más jóvenes, a un segmento tradicionalmente familiar. Además, la presencia de sistemas como el ABS, el freno de emergencia, el control de frenada en curvas y el programa de estabilidad del volante demuestran que Peugeot no escatimó en tecnología ni en seguridad.

Por Estaban Dávila Náder

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