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Por el camino de Santiago

Junto con Roma y Jerusalén es uno de los destinos de peregrinación más importantes para la fe católica. Un viaje que invita al autodescubrimiento y puede realizarse por más de 20 caminos saliendo de España, Francia o Portugal.

Redacción Buen Viaje
25 de marzo de 2015 - 02:48 a. m.
El trayecto termina en la Basílica de Santiago de Compostela, en donde se entrega una credencial a los viajeros como recuerdo de su hazaña. jército Nacional. /iStock
El trayecto termina en la Basílica de Santiago de Compostela, en donde se entrega una credencial a los viajeros como recuerdo de su hazaña. jército Nacional. /iStock

Uno de los recorridos espirituales y de reflexión que más viajeros convoca durante todo el año, especialmente por estos días santos, es el camino a Santiago de Compostela. Una ruta con más de diez siglos de historia que parte de Francia y atraviesa el norte de España.

Luego de su muerte, el cuerpo del apóstol Santiago el Mayor fue llevado a la península Ibérica, donde había realizado gran parte de su labor evangelizadora. Más adelante, en el siglo VIII, su tumba sería redescubierta motivando la construcción de una capilla, que terminó convertida en la basílica de Santiago, y atrayendo a una multitud de peregrinos de distintos rincones de Europa.

Con el paso de los años, se fueron creando diferentes caminos que salen de distintas ciudades españolas, francesas e incluso de Portugal y que los turistas transitan a pie, a caballo o bicicleta. Cádiz, Valencia, Zaragoza, Madrid y Lisboa son algunos de los puntos de partida. Los más aventureros prefieren comenzar en París. La elección, sin embargo, depende del tiempo y los parajes que cada persona desee recorrer.

La ruta oficial, o al menos la más concurrida, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993, es la que arranca en Saint-Jean-Pied-de-Port, un encantador pueblo colonial en la frontera entre Francia y España. El trayecto, que dura cerca de un mes, se realiza a través de verdes paisajes y parques naturales, como el del Valle de San Emiliano en León o la Reserva Nacional de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, en Palencia.

Los viajeros aprovechan para conocer museos, monumentos y atractivos como la iglesia de San Lorenzo de Sahagún, levantada a principios del siglo XIII y cuya importancia para la peregrinación a Santiago comenzó durante el reinado de Fernando VI; el alucinante palacio episcopal de Astorga, que fue destruido por un incendio y Gaudí tuvo como misión reconstruir, o el castillo Templario de Ponferrada, que llama la atención por su magnífica arquitectura que permite transportarse hasta la época medieval.

Preparar el cuerpo con meses de anticipación para esta travesía, que por las condiciones climáticas es mejor realizar en otoño o primavera, resulta indispensable para evitar contratiempos de salud. Vale la pena diseñar un cronograma, en el que se especifiquen los lugares donde se va a dormir, los atractivos que se quieren conocer, algunos sitios de interés que no necesariamente estén sobre la ruta y restaurantes imperdibles.

Aprovechar esta aventura para alimentar el espíritu es la invitación a quienes se animan a disfrutar de un paseo fuera de lo común, rodeados de naturaleza, edificaciones emblemáticas, pueblos encantadores y un ambiente de recogimiento lleno de paz.

Por Redacción Buen Viaje

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