Turismo

Emprendimiento turístico: Una puerta para descubrir Colombia

Avistamiento de aves y turismo de aventura, espiritual y cultural son los principales focos que les interesa desarrollar a los emprendedores, quienes tienen un objetivo en común: mostrar un país lleno de colores, magia y diversidad.

MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ
24 de abril de 2018 - 06:46 p. m.
Emprendimiento turístico: Una puerta para descubrir Colombia

Con el histórico anuncio de la firma de la paz, uno de los sectores que vieron una oportunidad inmensa para mover la economía fue el turismo, que por años estuvo relegado y, además, guardó para sí esos paisajes llenos de colores, su privilegiada diversidad y el encanto de los sonidos que nacen del tiple, la bandola, el arpa, el acordeón, la guitarra o una marimba de chonta. También exquisitos sabores y personas amables dispuestas a contar miles de historias para el mundo. En su momento, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lanzó la campaña “Es el momento de Colombia, seguro te va a encantar”, una iniciativa que busca rescatar la oferta turística de las regiones azotadas por la guerra.

Según la viceministra de Turismo, Sandra Howard, se trata de “construir una nueva realidad y llegar a destinos emergentes para capacitarlos e identificar sus potencialidades para el turismo”. Hoy, después de 22 meses del anuncio, lo que está pasando no tiene precedentes. El turismo internacional hacia Colombia crece casi tres veces más que el promedio mundial, según la OMT (Organización Mundial del Turismo), y más de ocho veces el promedio de las Américas. “En 2017 recibimos 3,2 millones de viajeros extranjeros no residentes, 24,7 % más que en 2016, y no sólo de mercados tradicionales como Estados Unidos, sino de otros que vienen presentando crecimientos importantes, como el europeo y el asiático”, destaca Felipe Jaramillo, presidente de Procolombia.

Estos logros son el resultado de un trabajo en equipo entre el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Procolombia y Fontur, así como otros actores, quienes han desarrollado estrategias para formalizar y fortalecer el potencial de la industria, enfocándose en las zonas más afectadas por el conflicto, como Chocó, San José del Guaviare, Putumayo y Guainía. Detrás de este trabajo también están la disposición, la pasión y las ganas de salir adelante de varias personas que en el turismo, más allá de encontrar un beneficio monetario, descubrieron una forma de vida que les permite mostrar al país con sus matices a quienes estén dispuestos a disfrutarlo y recorrerlo.

Este es el caso de Alejandro Valiente Gómez, el director de publicidad del emprendimiento Arriberos E.A.T. Agencia de Viajes y Ecoturismo, de La Boquilla, en Cartagena, quien relata que hace 11 años, cuando se dio una mortandad de peces en su comunidad, quedó sin el sustento de su familia. Pero no solo él, sino sus vecinos pescadores, que también debían buscar un nuevo trabajo. En medio de la dificultad y concentrados en la belleza de los manglares, ocho amigos apostaron por crear una agencia de viajes que en los cinco primeros años “no nos dejaba nada de ganancias, porque todo lo invertíamos. En cambio, aprendimos de turismo y cuidado del medioambiente. Tuvimos la fortuna de contar con el apoyo de varias instituciones para poder avanzar, como el PNUD, quienes nos enseñaron desde cómo llevar un libro de cuentas hasta gestionar y ejecutar proyectos”, destaca el emprendedor.

En la misma ruta, Claudia Inés Montoya creó Apreservar, una asociación para apoyar a los prestadores de servicios turísticos y hoteleros para que gestionen proyectos que impacten de forma positiva a la comunidad. Una de las propuestas más recientes es el sendero ecoturístico de Capurganá, que va en un 80 % de construcción y contará con estaciones de descanso y lugares para comprar alimentos típicos de la región y artesanías. Esta iniciativa se dio en el marco del programa Turismo y Paz, en el municipio de Acandí, “y representa una oportunidad para mejorar nuestra calidad de vida y empoderar a la comunidad”, dice la directora de la asociación.

Estos emprendimientos generan una cultura de turismo que va inspirando a los más pequeños a valorar la riqueza natural con la que cuenta el país, y así fortalecer una conciencia de turismo sostenible. Un ejemplo de ello es el programa Colegios Amigos del Turismo (CAT), que se creó en 2005 para que los niños de 0 a 11 grados se conectaran con la realidad turística del país. Hasta el momento, 233.000 jóvenes y 950 docentes se han capacitado y 125 estudiantes de los CAT se encuentran estudiando turismo gracias al apoyo del Ministerio mediante becas, y quedan 36 cupos para empezar estudios en el segundo semestre de 2018, cuya inversión asciende a los $3.019 millones.

“Es muy emocionante ver cómo niños del Meta se saben los nombres de las especies de su territorio y tienen conocimientos de guianza profesional. Esta es la semilla para esos emprendedores que mañana van a seguir aportando al turismo”, señala María Amalia Vásquez, directora de Calidad del Mincomercio. Es una semilla que ya está dando sus frutos. Según cifras del Registro Nacional de Turismo, hasta hace cinco años había 14.000 prestadores de servicios y hoy ya suman 27.000. Esto refleja que los emprendimientos en turismo están aumentando y se clasifican en su mayoría en turismo de naturaleza, cultural, gastronómico, recorridos ecoturísticos, y que son una fuente sostenible para vivir. “Después de cinco años ya tenemos nuestras ganancias, logramos comprar 20 botes, generamos empleo a las personas de la comunidad y también las apoyamos para que empiecen sus emprendimientos en turismo y puedan cumplir sus sueños como lo hicimos nosotros”, puntualiza Alejandro Valiente, de la Agencia de Viajes y Ecoturismo, Arriberos E.A.T.

Por MARÍA ALEJANDRA MORENO TINJACÁ

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