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Destino guerrero

Huacachina, Perú, un destino para abrir los sentidos

A veces, un atardecer en el desierto es todo lo que necesitamos para ser felices. La inmensidad de la Huacachina nos lo recuerda. El único oasis natural del continente, ubicado en el sudoeste de Perú, es ideal para los amantes de la aventura, los buenos sabores y la naturaleza.

María Alejandra Castaño Carmona
07 de febrero de 2019 - 08:12 p. m.
Huacachina, Perú, un destino para abrir los sentidos

Hay momento de completa plenitud. Lugares, tiempos, espacios que se unen para formar momentos perfectos. Instantes donde no necesitamos nada más, y la profunda satisfacción, que también podríamos llamar felicidad, hace que hasta caigan algunas lágrimas, de pronto para despertarnos, y devolvernos a la realidad.

Un atardecer en el desierto de la Huacachina tiene ese poder, la inmensidad, el silencio, los colores del cielo, la suavidad de la arena, respirar despacio luego de caminar por las dunas, sonreír porque llegamos a una de las partes más altas, un mirador natural de 360 grados: a un lado el oasis, al otro la inmensidad. Ese desierto del suroeste de Perú nos quita las palabras, se impone en nuestras emociones y sentimos que no necesitamos nada más.

De pronto también es por la leyenda, que cuenta que una princesa incaica de ojos verdes y melodiosa voz llamada Huacca China (la que hace llorar), se enamoró de un joven guerrero que tiempo después murió. Al enterarse de la noticia, la princesa fue al lugar donde había conocido a su amor. Mientras lloraba, a través de su espejo de mano descubrió a un joven que la miraba. Cuando éste intentó acercársele, la joven salió corriendo. En su huida, su ropa se rasgó formando los arenales y las dunas, el espejo se le cayó rompiéndose en pedazos y formando la laguna. La princesa se convirtió en sirena y en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.

Sus melodías seguramente se mueven al son del viento que transporta la arena de las dunas de un lugar a otro. Mientras el agua esmeralda, medicinal, para algunos, alimentada por corrientes subterráneas, y totalmente rodeada de palmeras, da una sensación de encanto y misterio.

La laguna Huacachina, ubicada en medio del desierto de la región, a cinco kilómetros al oeste de la ciudad de Ica, no dejan de conquistar a turistas de todo el mundo. Entre otras, por el video promocional de los nuevos iPhone de Apple, y la afirmación del diario británico The Telegraph, como uno de los 21 destinos más impresionantes del mundo, el único de la lista en América Latina.

Ica, capital del departamento que lleva el mismo nombre, y reconocida por ser el hogar del pisco, está ubicada a 300 kilómetros aproximadamente, desde Lima. Todos los días salen buses, que, luego de cerca de cinco horas desde la capital de Perú, lo dejan en ese pequeño paraíso en medio del desierto, ideal para practicar deportes de aventura, pues la dosis de adrenalina también es clave en este viaje de emociones.

En este desierto podrá realizar sandboard o pasear en carros tubulares a través de las dunas; la oferta es amplia, los precios varían dependiendo del tiempo y las actividades. Y a pesar de que Ica es un destino económico, no olvide negociar el valor inicial, siempre podrá ser un poco más barato de lo que le ofrecen.

Lo que no es tan fácil de negociar, pero las opciones son amplias y variadas, es el hospedaje. Hay hoteles de lujo o familiares, hostales y casas para todos los gustos. Uno de los recomendados es Desert Nights Ecocamp Camping, tiendas de campaña, en medio del desierto, con piscina al aire libre, variado desayuno, personal atento y la inolvidable vista. A pesar de que hay que compartir baño, la limpieza, amplitud y comodidad, no dejarán que se sienta incómodo.

Por otro lado, la gastronomía de la región como la carapulcra: papa seca sancochada y guisada con carne de cerdo y gallina, ají panca, ajos y otras especias; las tejas: dulce tradicional de la región hecho con limón seco y relleno de higos o pecanas, manjar blanco y con una cobertura de caramelo de azúcar; acompañado siempre con el tradicional pisco y sus más comunes preparaciones: chilcano, pisco sour o capitán; también le servirá para vivir un viaje especial, donde las emociones son lo que siempre guardará en su corazón.

Emociones que también podrá sentir en su paladar. Ica es famosa por sus vinos y piscos, y una de las mejores opciones para conocer su proceso y degustar sus sabores, es recorriendo algunas de sus bodegas. Hay muchas alternativas, la Bodega Vista Alegre, la Bodega Ocucaje y decenas artesanales, son algunas opciones. Tacama, sin duda, es la imperdible del tour, además de ser la bodega más antigua de Suramérica, este lugar, conocido por la excelencia de sus vinos, espumosos y piscos, es ideal para pasar un día inolvidable gracias a su ubicación, arquitectura, historia, actividades y recorridos.

Hay instantes en los no necesitamos nada más. Sentirnos queridos, admirar los colores de un atardecer, sentir la brisa recorriendo nuestro cuerpo, y la palpitación de nuestro corazón que nos recuerda que estamos vivos. En Ica, sin lujos, en un oasis en medio de un desierto, podemos ser felices, así sea por unos segundos que se quedan guardados para siempre. Viajar para seguir coleccionando momentos, como decía Eduardo Galeano, recordar: del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón… y sonreír.

En breves

Moneda

Sol

Un sol son 950 pesos colombianos aprox.

Dónde dormir

Desert Nights Ecocamp Camping

Dónde comer

La Olla de Juanita

Un recomendado

Tacama, la primera viña de Perú

Visa

No aplica

Idioma

Español

Diferencia horaria

No aplica

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