Turismo

Lagosol: otra alternativa de turismo

El complejo, de 45 hectáreas, ubicado en el kilómetro 107 sobre la vía que conduce de Bogotá a Girardot, ofrece un servicio de hotel con precios de caja de compensación. Su modelo de sostenibilidad lo hace el mejor aliado del bienestar integral.

marcela díaz sandoval
02 de mayo de 2018 - 04:02 p. m.
El diseño de Lagosol está enmarcado en un modelo de sostenibilidad. Sus paredes tienen un mineral sika transparente que las hace impermeables.  / Carlos Amaya
El diseño de Lagosol está enmarcado en un modelo de sostenibilidad. Sus paredes tienen un mineral sika transparente que las hace impermeables. / Carlos Amaya

El mundo de los afiliados a las cajas de compensación familiar se divide en dos: los que disfrutan al máximo los beneficios que estas entidades les ofrecen en cuanto a créditos, educación, vivienda, salud y ocio, y los que, por el contrario, desconocen las bondades de ser miembro de una de ellas.

Hasta hace una semana hice parte del segundo grupo. A Lagosol llegué por una invitación, pero volveré por convicción. En el kilómetro 107 sobre la vía que conduce de Bogotá a Girardot se encuentra este complejo de 41 años de historia. La bienvenida corrió por cuenta de un paisaje natural y una temperatura aproximada de 38 °C.

No es un lugar para hacer mucho. Por el contrario, aquí se viene a hacer un turismo contemplativo, a desconectarse del ruido, de la contaminación que genera el combustible, de los exigentes horarios citadinos. Pero por supuesto hay planes para quienes buscan aventura en medio del descanso.

La zona hotelera de Lagosol cuenta con dos piscinas para adultos y dos para niños, mientras el parque —dirigido a quienes adquieren un servicio de pasadía— tiene dos piscinas semiolímpicas y una multifamiliar con un metro de profundidad para que disfruten grandes y chicos. Pasar unas horas aquí es la mezcla perfecta entre la frescura del agua y las altas temperaturas del ambiente.

Otras opciones son disfrutar del lago con bicicletas acuáticas, el salón de juegos (ping pong, billar, rana, hockey de aire, videojuegos, rockola), las canchas de voleiplaya y las amplias zonas verdes donde se hacen actividades de senderismo. Todo esto bajo un espacio natural pensado en un modelo sostenible.

“Nosotros tenemos el certificado de sostenibilidad desde antes de que fuera ley. Es decir, hace seis años. Aquí incluimos un programa de gestión de residuos, el lombricultivo, capacitación del personal en sostenibilidad, buenas prácticas para los proveedores, cultura ambiental y recreación temática para los visitantes”, cuenta Diego Moreno, profesional de mantenimiento.

Dentro de esa larga lista también se destacan cinco aspectos que hacen parte del concepto de bioclima en los edificios: ubicación estratégica, orientación, diseño constructivo, corrientes de aire y los materiales con los que se construyen. “La fachada de las habitaciones no están pintadas. Lo amarillo es pañete a la vista y encima tiene un mineral sika transparente que lo hace impermeable y el color ayuda a controlar la temperatura del exterior”, detalla Moreno.

Pero la magia de este lugar no sólo está en el exterior, donde la inmersión con la naturaleza es tal que es común encontrarse con inofensivas iguanas en el camino, sino también en el interior. Las habitaciones son amplias, iluminadas y bastante frescas. Están dotadas de televisor, una mininevera, clóset, baño y cómodas camas.

La capacidad de huéspedes de Lagosol es de 560 en turismo familiar y más de 300 en turismo corporativo. El lugar está pensado para realizar actividades de ocio, pero también empresariales, gracias a que cuenta con un amplio y moderno centro de convenciones. El paquete empresarial ofrece, entre otras cosas, jornadas de integración, desarrollo de competencias y comunicación.

En cualquiera de los dos casos, los visitantes pueden disfrutar de una variada gastronomía que incluye menú especial, platos a la carta, menú del día y domingos parrillada. Todo esto acompañado de un excelente y amable servicio.

Así es como Compensar genera experiencias memorables para sus afiliados, aportando a la transformación de la comunidad a través del turismo sostenible. Y es así como se vive un fin de semana en Lagosol, poniendo en práctica la frase que dijo el profesor durante la clase de yoga: “Hay que vivir el presente, porque el pasado nos deprime y el futuro nos vuelve ansiosos”.

Por marcela díaz sandoval

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