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El fútbol chino rompió el mercado de pases en Europa. El traspaso de Jackson Martínez al Guangzhou Evergrande por 42 millones de euros, récord absoluto en la liga china, y la compra del brasileño Ramirez por 33 millones de euros al Chelsea, es un paso más en la inflación que vive el fútbol de este país, que ha reventado los precios en el mercado mundial este invierno.
Pero el mercado podría seguir moviéndose, Yaya Touré podría llegar al fútbol del gigante asiático por una cifra de unos 39 millones de euros. Si se confirma su llegada, el marfileño protagonizaría a sus 32 años el segundo mayor traspaso del fútbol chino, detrás del colombiano. La llegada del delantero chocoano pulverizó la operación de Ramires, quien había llegado a China por 33 millones.
Antes de esta temporada Elkeson había protagonizado el mayor fichaje en la historia de la Superliga china, cuando pasó del Guangzhou Evergrande para irse a su gran rival, el Shanghai SIPG, por 18,5 millones de euros. Mientras que el cuarto mayor fichaje, según informó EFE, fue el del marfileño Gervinho, que dejó la Roma a mitad de temporada para irse a un equipo recién ascendido en la liga de este país, el Hebei Fortune, a cambio de 18 millones de euros.
La liga china hasta ahora había apuntado a Brasil. Robinho, Elkeson, Ralf, André Lima, Kléber, Renato Augusto, entre otros han sido los jugadores que han llegado a reforzar a los equipos de este país, pero en este mercado invernal el punto de mira se concentró en el fútbol europeo con cantidades difíciles de rechazar.
El fenómeno ha encarecido también a los futbolistas chinos, cuya cotización se ha disparado incluso si los jugadores de este país son vistos como comparsas de las estrellas extranjeras y la selección nacional china languidece a nivel internacional, puesto que hasta el último ránking Fifa ocupa el puesto 82 por detrás de países como Haití, Chipre o Libia, por nombrar algunos. Pero el número de jugadores extranjeros está limitado en la liga china, lo que eleva automáticamente la cotización de los futbolistas nacionales.
Por ejemplo, el portero Zhang Lu ha sido recientemente el fichaje chino más caro de la historia nacional. El guardameta fue traspasado por 9,85 millones de euros, cantidad que pagó un equipo de la segunda división, el Tianjin Quanjian. Esta hiperinflación en el fútbol chino se debe a varios factores, desde la creciente popularidad del deporte hasta las grandes cantidades que aportan las empresas patrocinadoras, pero se ha disparado después de que en octubre pasado la compañía China Sports Media adquiriera por 1.150 millones de euros el contrato para emitir partidos durante las próximas cinco temporadas.
Esa operación multiplicó de la noche a la mañana por 30 los ingresos televisivos de la liga china, acercándose ya a los precios que se manejan en las grandes ligas europeas. Además, los equipos chinos pagan con puntualidad y se están acercando a las cantidades que se ofrecen en Europa, y así el ghanés Asamoah Gyan, por ejemplo, cobra en el Shanghai SIPG de Sven-Goran Eriksson unos 16,65 millones de euros anuales, cifras solo al alcance de las superestrellas del fútbol europeo.
Derechos de emisión
La compañía China Sports Media adquirió por 1.150 millones de euros los derechos de emisión de las próximas cinco temporadas. Según informó en su momento el diario oficial China Daily, el contrato supone unos futuros ingresos anuales por televisión de unos 230 millones de euros, frente a los 7,1 millones pagados por la temporada 2015.
Aunque aún lejos de los 1.400 millones de euros que suelen aportar anualmente los derechos televisivos a la liga inglesa, la más cara del mundo, o los en torno a 700 millones de euros de la liga española, el contrato firmado en Pekín supone un gran salto de calidad para el fútbol chino. “Es un día histórico, que impulsa nuestra confianza en la liga para convertirla en una de las mejores del mundo”, comentó tras la firma el vicepresidente de la Federación China de Fútbol, Zhang Jian.
El presidente de la Superliga China (CSL), Ma Chengquan, destacó por su parte que la gran inyección de capital se invertirá en programas de entrenamiento a jóvenes jugadores chinos, en la mejora de instalaciones de clubes nacionales y en la instalación de tecnología para perfeccionar las emisiones televisivas.
De acuerdo con China Daily, el cambio en los derechos televisivos va parejo al plan nacional para el desarrollo del fútbol aprobado por el Consejo de Estado (Ejecutivo chino) en febrero de este año. El plan, una de las grandes apuestas del presidente chino Xi Jinping (confeso aficionado al fútbol) tiene entre otros objetivos lograr que el balompié chino mejore su nivel y consiga clasificar a la selección nacional para unos Mundiales, algo que sólo se ha logrado en una ocasión (2002).