Los bancos UBS y Credit Suisse confirmaron que la adquisición de este último por parte del primero se ha consumado este lunes, menos de tres meses después de anunciarse esta operación para evitar la quiebra inminente del que era el segundo banco de Suiza, arrastrado por un movimiento de pánico entre los inversores.
El Gobierno suizo instó a UBS a comprar Credit Suisse, considerado un banco de riesgo sistémico para la economía nacional, y para ello ofreció una garantía de unos 9.000 millones de euros, mientras que el Banco Nacional de Suiza puso sobre la mesa más de 200.000 millones de euros en préstamos de diversa naturaleza.
La nueva entidad tendrá un valor de mercado de 1,54 billones de euros, el tamaño del PIB español o prácticamente el doble del PIB suizo.
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Los inversores reaccionaron positivamente a la noticia esta mañana, lo que se reflejó en la apreciación en torno a un 1,1 % de las acciones de UBS, mientras que el índice de la Bolsa de Zúrich en el que cotiza progresaba solo un 0,47 %.
Simultáneamente, los títulos de Credit Suisse subían un 1 % y cotizaban en 0,82 céntimos de francos suizos (0,84 euros).
Hace un año, las acciones del banco se cotizaban en 6,3 francos suizos, hace tres años en 9,7 francos y hace cinco en 15,7 francos, a pesar de que ya en ese entonces su imagen sufría un considerable deterioro por su mala gestión y los escándalos en los que se vio envuelto.
La jornada bursátil de hoy es la última en la Bolsa de Valores de Zúrich para Credit Suisse, que en paralelo saldrá también de la de Nueva York, donde cotizaba a través de las llamadas American Depositary Shares (acciones depositarias).
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UBS y el Gobierno suizo firmaron hace tres días un contrato de garantía estatal por un valor de 9.000 millones de francos (9.200 millones de euros) contra las eventuales pérdidas que podría provocar esta transacción, aunque esta ayuda solo se hará efectiva una vez que el propio banco comprador haya sufrido una pérdida de hasta 5.000 millones de francos.
La garantía se aplica a un portafolio específico de Credit Suisse que representaría el 3 % del total de activos de UBS al término de la adquisición y que está formado por productos derivados, productos estructurados, créditos e instrumentos no estratégicos, que no formaban parte de la actividad esencial de Credit Suisse.
Según los analistas suizos, ese portafolio estaría valorado en unos 50.000 millones de euros y podría generar pérdidas en torno al 10 % de ese importe, lo que el propio UBS se ha comprometido a absorber.
Los términos de la compra y el tamaño del gigante bancario que creó generan preocupación en Suiza. El Parlamento lanzó una comisión de investigación, algo inusual en el país. A la vista las complejas operaciones a las que se enfrenta, UBS aplazó más de un mes, hasta el 31 de agosto, la publicación de sus resultados trimestrales.
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