¿Qué ocurrió entre la detención y la muerte de rapero de Girardot?

Brayan Lozano había desaparecido el 22 de abril en Girardot (Cundinamarca) y su cuerpo lo hallaron una semana después en el río Magdalena, en Honda (Tolima). Testigos dicen que la última vez que lo vieron con vida estaba bajo custodia policial. Autoridades dicen que el joven se les escapó.

Juan David Moreno Barreto
09 de mayo de 2017 - 03:00 a. m.
Amigos y familiares de Brayan Stiven pidieron que no se juzgara a la víctima por su apariencia. / Archivo particular
Amigos y familiares de Brayan Stiven pidieron que no se juzgara a la víctima por su apariencia. / Archivo particular

En la puerta de Girardot (Cundinamarca), sobre el puente Mariano Ospina Pérez, decenas de personas se agolparon para esperar el coche fúnebre que transportaba los restos mortales de Brayan Stiven Lozano Rojas. El joven había desaparecido el sábado 22 de abril, después de una fiesta en el sector de la carrilera, y su historia trascendió cuando su cadáver lo hallaron el 27 de abril, con varios hematomas, en Honda (Tolima). 

Con pancartas, en las que les exigen a las autoridades la verdad sobre lo sucedido, una procesión de peatones y motociclistas, vestidos de blanco, escoltaron el cuerpo de Brayan Stiven, de 22 años, hasta el cementerio. No hubo tiempo para las exequias, tampoco para un acto religioso. Algunos de los presentes, quienes estaban con él el día de su desaparición, reiteraron que la última vez que lo vieron estaba bajo custodia policial. (LEA: Brayan Lozano, la última vez que lo vieron estaba bajo custodia judicial) 

Los hechos ocurrieron ese sábado cuando Brayan Stiven salió de su casa rumbo al bar Oklahoma. Desde ese día su paradero se convirtió en un misterio. Los amigos del joven, que lucía el cabello largo y era reconocido por vestir al estilo rapero, les aseguraron a sus familiares que una patrulla de la Policía se lo había llevado en el momento en que estalló una riña frente al bar. “Él no participó en la pelea. Solo fue llevado por la policía porque estaba en un alto estado de embriaguez”, dijo su hermana Sandy Lozano, quien añadió: “En un video de seguridad se ve cuando quiso ingresar al bar (por segunda vez, porque ya había entrado antes). Pero no lo dejaron entrar y ahí fue cuando dieron aviso a las autoridades y se lo llevaron. No se supo más de él”.

Sus familiares insisten en que en la mañana del domingo fueron al Comando de la Policía a preguntar si en las últimas horas habían detenido a un joven de pelo largo, que vestía jean azul y unos tenis blancos con negro. Sin embargo, les respondieron que ningún joven con esas características estaba en la estación.

A partir de ese día, los familiares de Brayan Stiven iniciaron una búsqueda por hospitales y en la morgue, pero no obtuvieron respuesta. Los amigos del joven les insistían que la policía debía tener razón de su paradero. Fue así como volvieron al Comando y, según cuentan, un uniformado les aseguró que un hombre con esas características había escapado cuando iba a ser conducido a la estación.

Finalmente, los parientes del joven recibieron el 27 de abril una llamada en la que les aseguraban que en el municipio de Honda (Tolima) un pescador había encontrado el cuerpo sin vida de un joven que tenía la misma ropa de Brayan Stiven.

La mamá lo reconoció, pero le llamó la atención que su cabeza estuviera rapada y que tuviera varios hematomas en el cuerpo. “¿Qué fue lo que sucedió? Para nosotros, eso es un misterio”, explica David Rodríguez, amigo de la víctima.

La Dirección de la Policía envió a Girardot una comisión de la Inspección General de la institución para investigar de manera interna el caso y determinar lo sucedido. Pero de manera extraoficial las autoridades han insistido en su versión: el joven huyó cuando iba a ingresar al Comando.

“No juzguen por las apariencias”

Decenas de personas exigieron, con camisetas blancas y pancartas, que no se estigmatizara a Brayan Stiven por su vestimenta o por el hecho de ser representante del hip hop. “Por ser rapero no me llamen ñero. No visto elegante, pero soy un caballero”, vociferaron los jóvenes, quienes aseguraron que la víctima era una persona pacífica que se destacó en el municipio por participar en actividades culturales de la Alcaldía.

“Él tenía un grupo de rap cristiano, llamado Los Discípulos, y con sus letras les pedían a los pelados que no cayeran en las drogas y que se alejaran de la delincuencia. Las canciones que dejó así lo demuestran”, agrega Sandy Lozano.

Sus amigos coinciden en que él poco salía, que no era un hombre de fiesta. “Su pasión era la música. A través de ella quería darle lo mejor a su familia”, dice David Rodríguez.

Su familia espera que Medicina Legal le entregue el acta de defunción de Brayan Stiven. Ese resultado sería la pieza clave para determinar por qué el joven terminó en el río, con la cabeza rapada y con aparentes signos de violencia.

Por Juan David Moreno Barreto

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