En Colombia, 78% de las 100 empresas más importantes hacen reportes de responsabilidad corporativa, eso significa un aumento de 1% con respecto a 2013, cuando el país participó por primera vez de la Encuesta de Responsabilidad Corporativa, llevada a cabo por la firma KPMG.
Este estudio global analiza las 250 compañías más grandes del mundo según ingresos y las 100 empresas más importantes (también por ingresos) en los 45 países en los que se realiza la encuesta. El objetivo es abordar el estado de los reportes de las empresas en cuanto a cantidad, calidad y las tendencias que se puedan identificar.
Con los resultados de Colombia, el país se encuentra en tercer lugar en América Latina, superado por Brasil, que cuenta con un 85% de empresas que reportan, y Chile, que tiene 80%. Por debajo se encuentran Perú (68%) y México (58%).
A nivel global, el país con más alto índice de reportes es la India, que llega casi a 100%, y en último lugar está Kazajistán, con alrededor de 30%.
Uno de los aspectos más relevantes para el estudio es el reporte de emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual ha cobrado más importancia después del acuerdo alcanzado en París, Francia, en diciembre de 2015, durante la Conferencia sobre Cambio Climático COP21.
Al respecto, KPMG a nivel global encontró que una de cada cinco compañías de alta emisión de carbono no hace reportes al respecto, al tiempo que cerca del 50% incluyen su información de emisión de carbono en el reporte anual financiero o en reportes integrados.
Por otro lado, las empresas de Estados Unidos y Asia del Pacífico son las que menos reportan. Europa, por su parte, es la región que más lo hace.
María Teresa Agudelo, del área de Sostenibilidad de KPMG, explica que se puede observar una tendencia en las compañías colombianas de dejar de ver las estrategias de sostenibilidad como algo puramente filantrópico para concebirlo como un factor que puede tener efectos sobre los negocios. “Se vuelve una herramienta de gestión en la medida en que una disminución de gases de efecto invernadero implica eficiencia energética, optimización de los recursos y menor impacto en las comunidades donde operan”.
COP21, el mundo y Colombia
Es de recordar que en París, los participantes se comprometieron a trabajar para evitar un aumento superior a 2 grados centígrados en la temperatura global antes de que termine el siglo.
Carlos Manuel Herrera, vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la Andi, destaca del acuerdo que por primera vez todos los países, tanto potencias como países en vía de desarrollo, están comprometidos con actuar frente al cambio climático.
En un evento organizado por KMPG, en donde se dieron a conocer los resultados del estudio sobre responsabilidad corporativa, Herrera se refirió a análisis independientes sobre lo propuesto en COP21 según los cuales los países desarrollados, “que tienen la mayor deuda histórica, propusieron metas por debajo de sus capacidades”. Asimismo, opinó que “los países desarrollados se niegan a reconocer que ellos causaron los problemas porque eso implicaría indemnizaciones”. Resalta, sin embargo, que un gran avance del acuerdo es reconocer la importancia de la adaptación al cambio climático, en vez de puramente la mitigación.
Pero a pesar de que desde la Andi afirman que Colombia es un país “supremamente limpio”, debido a que por ejemplo las emisiones per cápita son tres veces menores que en México o seis veces en comparación con Estados Unidos, Mauricio López González, director de Pacto Global en Colombia, asegura que en el país aún falta mucho por hacer. Se refiere a realidades escandalosas como que desde el último fenómeno de tipo climático, entre 2009 y 2010, al actual fenómeno de El Niño, Colombia ha desforestado cerca de un millón de hectáreas.
López asegura que el mayor aporte que Colombia podría hacer de cara al cambio climático es frenar la deforestación, poniendo especial cuidado al mercado de la madera ilegal y cerrando la frontera agraria y minera. La misma recomendación se ha hecho desde comisiones de expertos como la Misión para la Transformación del Campo, cuyas recomendaciones, según ha dicho el Gobierno, se han tenido en cuenta para proponer una reforma al sector rural. La Misión recomendó una deforestación cero a 2030 (Lea ¿Qué es la Misión para la Transformación del Campo y qué propuso?).
Pese a que Herrera, de la Andi, hizo un llamado a no imponer más obligaciones sobre las empresas y tener en cuenta que en Colombia cerca de 96% son pymes –por lo que sería desproporcionado exigir pesados planes de mitigación y mediciones de huella de carbono-, López enfatizó en que no se trata de cargar de obligaciones a los empresarios más pequeños sino apropiarse de la idea de que el cambio climático atañe a todos.