La compañía de libranzas Elite International Americas informó que las cooperativas, que originan los pagos con que se satisface a los inversionistas, propusieron devolver el capital que se adeuda en ocho años, propuesta que la empresa calificó de “inaudita e inaceptable”.
Según un comunicado, “Elite está pagando los flujos a sus clientes tal y como están siendo recibidos por parte de los operadores, es decir está realizando pagos parciales bien sea porque los operadores no giraron la totalidad, no lo realizaron en la fecha y hora correspondiente o no están girando todos los días como les corresponde”.
El anuncio se da semanas después de que ocurrió el incumplimiento de 45 días de plazo que había solicitado Elite para pagar a sus clientes inversionistas y de que la Superintendencia de Sociedades ratificó el sometimiento a control a Elite. Según la Súper, las políticas contables de la empresa no correspondían con los estándares internacionales de contabilidad. (Lea Supersociedades ratifica sometimiento a control de la firma Elite).
La Supersociedades, luego del inconformismo que se ha desatado en los últimos meses por falta de información clara para el público y hasta captación de dinero por parte de algunas empresas del sector de libranzas, le puso reglas a ese negocio, a través de un decreto. (Lea Ponen reglas al negocio de libranzas).
Casi al tiempo, en relación con uno de los casos más sonados, se ordenó la liquidación judicial como medida de intervención de los bienes, haberes, negocios y patrimonio de la firma de libranzas Estraval, otras seis sociedades y 22 personas naturales.
En el caso de Estraval y otras empresas, el ente de control encontró que se “realizaban operaciones aparentemente legales a través de la compraventa de cartera. No obstante, la información recabada permitió concluir que Estraval recibió recursos que no correspondían a una venta real de libranzas, porque nunca se les asignaron los créditos que habían comprado o porque, en varias ocasiones, se le vendió el mismo pagaré a más de un inversionista, entre otras irregularidades.
En consecuencia, no existió “una justificación financiera razonable de la rentabilidad pagada y prometida al cliente, situación que (…) implica la configuración de hechos objetivos de captación de recursos del público”, comunicó la Supersociedades.
Al igual que en el caso de Elite, Estraval fue en un inicio sometida a control. Luego la Superintendencia abrió investigación por incumplimientos en el registro de la situación del grupo empresarial en el registro mercantil, lo que resultó en multas. Posteriormente, Estraval entró en reorganización y finalmente en liquidación judicial.