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En campaña por la paz, liberales y Cambio Radical están en guerra

La manzana de la discordia fue el reclamo que hizo el vicepresidente Germán Vargas Lleras por la contratación de obras de parte de la Gobernadora del Meta, Marcela Amaya, quien es liberal, los miembros de su partido salieron a respaldarla.

Redacción Política
19 de septiembre de 2016 - 11:59 p. m.
El jueves el vicepresidente Vargas Lleras inuguró el tramo Cáqueza -Chirajara sin la presencia de la gobernadora Marcela Amaya quien se retiró del acto.
El jueves el vicepresidente Vargas Lleras inuguró el tramo Cáqueza -Chirajara sin la presencia de la gobernadora Marcela Amaya quien se retiró del acto.

La campaña del plebiscito por la paz está andando a todo vapor y aunque los funcionarios de Gobierno están jugados por el sí, son evidentes las diferencias entre los partidos políticos de la Unidad Nacional (La U, Liberal y Cambio Radical). El motivo es claro, ya no hay reelección y cada una de las colectividades está pavimentando el camino a la Casa de Nariño. Por ahora, el único candidato claro es el vicepresidente Germán Vargas Lleras quien es blanco de los ataques del liberalismo.

El último episodio de la disputa que se verá más claramente antes de un año en la arena electoral, es el alborotó que se formó luego de que el vicepresidente Germán Vargas Lleras le reclamara a la gobernadora del Meta, Marcela Amaya, por el presupuesto para las obras de la malla vial del departamento. Amaya se molestó por el reproche, acusó a Vargas Lleras de matoneo y se armó la de troya.

Salió el codirector del Partido Liberal, Horacio Serpa, quien afirmó: “Bien por la doctora Marcela al no dejarse del vice. Este cometió un abuso de autoridad para hacer un show político”. Como el vicepresidente no puede participar de esos debates, salió uno de sus escuderos, el presidente de Cambio Radical, Rodrigo Lara, quien respondió: “Serpa defiende un modelo de política tradicional, la repartija política de puestos y prebendas. Por eso fracasan una y otra vez”.

También entró al ruedo el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, quien salió a defender a la gobernadora Marcela Amaya, asegurando que el Gobierno tiene plena confianza en la transparencia de su gestión. Amaya es la continuidad la del exgobernador Alan Jara, hoy director de la Unidad Víctimas. Cristo, Serpa, Amaya y Jara tienen algo en común: son del Partido Liberal.

En el caso específico de la gobernadora Amaya, las denuncias son delicadas: un primo de su esposo, Iván Alberto Pérez, es el gerente de la empresa MC Construcciones, que tiene contratos por $400 mil millones.

Esta empresa también habría recibido $1.8 billones en contratos entre 2014 y 2015 a través de 263 consorcios y uniones temporales. Iván Alberto Pérez también fue secretario de Vivienda durante. (Leer: Vargas Lleras denunció que gobernadora de Meta entregó contratos al primo de su esposo).

Más allá del enfrentamiento, lo que se está viendo es el preámbulo de la lucha por la presidencia de la República y una clara disputa entre Cambio Radical y el liberalismo. Ya tuvo un primer capítulo, la pelea por la alcaldía de Bogotá, en la que Cambio ganó con Enrique Peñalosa y los rojos vieron la derrota en cabeza de Rafael Pardo.

En las elecciones regionales fueron claras las denuncias de Serpa contra Vargas Lleras por presuntamente usar el presupuesto de infraestructura para favorecer a sus candidatos a alcaldías y gobernaciones y así pavimentar el camino a la presidencia de la República. Las cuentas no les fallaron a los liberales, pues Cambio Radical no solo ganó en Bogotá, tuvo 14 gobernaciones y 7 alcaldes de capitales. Una base nada despreciable si de presidenciales se trata.

Una dura disputa. Fuera de los micrófonos, aseguran desde Cambio Radical, ha sido evidente el intento de evitar que Vargas Lleras sea candidato. “El ministro Cristo trató de inhabilitar al Vicepresidente en el trámite de la reforma de equilibrio de poderes. También se supo que hubo lobby liberal, con el que pretendían que en el fallo de la Corte Constitucional que declaró ilegal la reelección de Uribe, se prohibiera aspirar a la presidencia a quien haya sido vicepresidente”, afirmaron. (Lea: ‘La reelección de Uribe fue inconstitucional e ilegal’)

Vargas Lleras se va desmarcando. Aunque cumple la orden del presidente de respaldar el plebiscito para la paz, caso pelea con la gobernadora del Meta, Marcela Amaya, y por ese camino, con el Partido Liberal. Un tire y afloje fijado para las presidenciales.

Por Redacción Política

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