Las primeras decisiones de Donald Trump

Los grupos radicales de derecha se han sentido empoderados por el discurso de campaña de Donald Trump.

El Espectador
15 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.
Es muy pronto para saber con certeza cuál será la realidad del gobierno Trump en lo interno y su dimensión internacional. / Foto: AFP
Es muy pronto para saber con certeza cuál será la realidad del gobierno Trump en lo interno y su dimensión internacional. / Foto: AFP

En los últimos días el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció importantes decisiones, y en principio parece descafeinar algunos de los temas más controversiales. Mientras tanto, se han reportado más de 300 incidentes racistas o xenófobos en distintas partes del país. Continúan los interrogantes sobre la era Trump.

Con cálculo político anunció dos cargos esenciales en la Casa Blanca. Reince Priebus, presidente del Partido Republicano y cercano al presidente de la Cámara, será su jefe de Gabinete. Es una figura importante de ese establecimiento al cual prometió combatir. De otro lado nombró a Steve Bannon como su estratega jefe. Este último es conocido por sus posiciones de ultraderecha, muchas de ellas antisemitas, misóginas y e cnontra de los inmigrantes ilegales. Unas de cal y otras de arena.

Una vez pasado el chaparrón inicia las cosas se vayan decantando y las aguas vuelvan a su cauce. El próximo Jefe de Estado ha buscado bajarle el tono a los ataques y las descalificaciones que lo caracterizaron durante la campaña. Ha prometido ser mucho más cuidadoso con el uso de su cuenta de Twitter, medio que utilizó de manera efectiva para pulverizar a sus oponentes. y en las primeras declaraciones ha matizado varios de sus temas más controversiales.

Su exitosa promesa de acabar con uno de los progra bandera de Barack Obama, el Obamacare, que aumentó la cobertura médica a millones de personas, podría ser revocada y aprobada luego con un nombre nuevo, pero manteniendo lo esencial. La aplaudida idea de construir un muro en la frontera con México, y que dicho país lo pague, no parece tener urgencia. Tal vez unas vallas aquí y allá. Uno de sus asesores dijo que había sido una exitosa estrategia de campaña. Frente al encarcelamiento de Hillary Clinton, con el cual la amenazó en los debates presidenciales, dijo que “no es algo en lo que haya pensado mucho, porque quiero resolver la protección sanitaria, los empleos, el control de la frontera y la reforma fiscal”. En principio estas parecen buenas noticias al demostrar que una cosa son las populistas promesas del candidato y otra la realidad del gobernante.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Se ratificó en la expulsión de unos tres millones de inmigrantes ilegales que tienen antecedentes judiciales y justificó su veto a los refugiados sirios. De otro lado, abierta la caja de Pandora de su discurso de campaña, han reaparecido los fantasmas de la xenofobia y el racismo. Cerca de 300 incidentes, que incluyen la muerte a golpes de un estudiante saudí, grafitis con la esvástica Nazi y frases insultantes contra los latinos y los afroamericanos, hasta cantos grabados en video de estudiantes exigiendo la construcción del muro, ha prendido las alarmas. Que el tenebroso Klu Klux Klan, vocero de los supremacistas blancos, anuncie una marcha para expresar su apoyo incondicional al nuevo presidente no es un buen signo. Menos aún que hasta ahora Trump no ha asumido un rechazo frontal frente los incidentes presentados. Los grupos radicales de derecha se han sentido empoderados con su discurso de campaña.

De otro lado, recibió de manera pública a Nigel Farage, quien impulsó el Brexit, enviando un claro mensaje de cuáles serán sus eventuales aliados en materia de política exterior. El movimiento de ultraderecha deMarine Le Pen se está acercando también al nuevo Presidente.

De nuevo, es muy pronto para saber con certeza cuál será la realidad del gobierno Trump en lo interno y su dimensión internacional. No obstante, y a pesar de que ha precisado el alcance de algunas de sus preocupantes promesas, se mantiene un amplio margen de incertidumbre. Los interrogantes se irán despejando hasta que asuma la Presidencia el 20 de enero.

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