Aliadas del cambio

 DERECHO A LA PAZ

Que las mujeres víctimas del conflicto armado sean protagonistas en la construcción de la paz y la reconciliación ha sido una de las banderas de esta organización, que cuenta con más de cinco mil integrantes. A través de la Comisión de Verdad y Memoria de las Mujeres Colombianas, el colectivo ha logrado ambientar la negociación del conflicto desde la perspectiva del género. En busca de salidas a la violencia que enfrentan, la Ruta participó en la formulación de la Ley 1257, que sanciona las formas de violencia y discriminación contra las mujeres, y en la Ley de Víctimas para darles prioridad a las madres cabeza de familia.

DERECHO A LA PARTICIPACIÓN Y LA DEMOCRACIA

“La reivindicación de los derechos de género ha implicado un largo proceso social y cultural. Finalmente, las mujeres han logrado entender que son un ser autónomo y con derechos”, dice Olga Sánchez, quien lleva 27 años respaldando con su equipo a más de 600 colombianas en la defensa de sus derechos ciudadanos. Brindarles herramientas jurídicas y constitucionales para que puedan participar e incidan en la creación de políticas públicas y logren apelar por sus derechos básicos como la salud y el trabajo, son algunos de los objetivos de la organización que ha puesto en la agenda pública las situaciones de injusticia en la que viven algunas mujeres del país a raíz de la violencia y la desigualdad.

DERECHO A LA EDUCACIÓN

La educación es la base del progreso. Por eso desde la década de los ochenta líderes latinoamericanas crearon una red para que todas las mujeres cuenten con opciones de educación formal y no formal que les permita tener una mejor calidad de vida. En Colombia, Patricia Jaramillo ha liderado estrategias para la superación de la pobreza gracias a proyectos como las escuelas de formación
de mujeres indígenas, afrodescendientes y urbano-populares. La organización también ha contribuido a formular políticas públicas para la equidad y a la elaboración de informes para relatores de derechos humanos que visibilicen el impacto del conflicto en la educación de las mujeres.

DERECHO A DECIDIR

Beatriz Quintero cree que aún falta mucho por hacer para que la Sentencia C-355 de 2006, que despenaliza parcialmente el aborto en Colombia, tenga un verdadero efecto. Por esto, desde su organización vigila a las entidades prestadoras de servicios de salud para que en los casos establecidos por la ley (malformaciones del feto incompatibles con la vida extrauterina, peligro para la salud o la vida de la gestante y embarazo como resultado de una conducta delictiva), la mujer cuente con garantías para decidir. También brinda asesoría legal y administrativa para que ellas accedan a este derecho.

DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN

Cerca de 21 mil mujeres y niñas víctimas de la violencia y la discriminación en razón de su género han accedido a herramientas jurídicas en busca de la igualdad educativa, laboral y social.
Con una delegación en Colombia y España, Sisma ha liderado proyectos para que mujeres indígenas y afrodescendientes reconstruyan sus proyectos de vida dentro y fuera de sus comunidades. Uno de los avances más significativos, según Claudia Mejía, es su aporte al impacto de la Sentencia T-025 que le exige al Gobierno una atención prioritaria y diferenciada a las mujeres en condición de desplazamiento.