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El Lamborghini Huracán, el modelo que el fabricante italiano de coches de lujo le ofreció al pontífice, estaba valorado en una horquilla de entre 250.000 y 350.000 euros en el catálogo, menos de la mitad de lo que se acabó pagando por él.
El papa lo había bendecido y firmado al recibirlo en noviembre.
Sotheby's no comunicó la identidad del comprador que deberá desembolsar, además de los 715.000 euros del precio de remate, una cantidad adicional del 20% del total en concepto de IVA.
El dinero de la venta servirá para financiar un proyecto de reconstrucción de viviendas, de lugares de culto y de estructuras públicas en la llanura de Nínive en Irak, para ayudar a los cristianos expulsados por la guerra a "encontrarse de nuevo con sus raíces y su dignidad", había indicado la Santa Sede en noviembre.
El Lamborghini del papa también permitirá ayudar a una asociación italiana que apoya a las víctimas de las redes de prostitución y a dos organizaciones italianas activas en África.
El pontífice ya recibió hace tiempo una moto Harley Davidson, que también fue subastada para financiar obras caritativas.