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Expertos recomiendan utilizar hasta el 30 % de los ingresos para pagar deudas

El historial crediticio no es más que el registro que se tiene de cómo cada persona se ha comportado con los compromisos financieros que fue contrayendo durante toda su vida. Recomendaciones para quienes están interesados en solicitar un crédito.

26 de octubre de 2021 - 07:00 p. m.
Para mantener un perfil crediticio en buen estado, lo primordial es cumplir con las obligaciones contraídas y ser consciente de la capacidad de pago de cada uno.
Para mantener un perfil crediticio en buen estado, lo primordial es cumplir con las obligaciones contraídas y ser consciente de la capacidad de pago de cada uno.
Foto: Cortesía

Actualmente no son pocos los colombianos que solicitan algún tipo de crédito para concretar diversos proyectos. Solo basta pensar en la idea de contar con la casa propia, cambiar el auto, e incluso emprender algún negocio propio. La realidad es que, lamentablemente, los recursos financieros también suelen usarse para pagar deudas anteriores en atraso, si bien es sabido que es un arma de doble filo.

Una de las causas por la cual un caudal importante de personas busca créditos es por el hecho de que los recursos habituales con los que se cuenta poco alcanzan para ahorrar y/o invertir. Según el propio Departamento Administrativo Nacional de Estadística, 72 % de la población vive bajo la línea de pobreza o con ingresos levemente superiores a ella. Pero aun dejando de lado el alto índice de desocupación, del total de aquellos que sí cuentan con trabajo, 30,6 % no reciben siquiera la mitad de un salario mínimo.

Ahora bien, para quienes están interesados en solicitar un crédito, o no tienen opción, es importante tener en cuenta algunos factores que pueden ayudarles a obtener mejores condiciones de contratación, como mayor número de cuotas para la devolución de la deuda o tasas de interés más bajas.

Prestar atención al historial crediticio

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, para saber dónde estamos parados, se recomienda utilizar un comparador de préstamos personales, o sea sitios web que rastrean y nos permiten conocer las opciones disponibles en el mercado y saber cuáles de ellas se adaptan a nuestras posibilidades.

No obstante, es importante tener en cuenta que las condiciones de un crédito pueden variar dependiendo del historial crediticio de cada persona. Se podría comparar con la carta de presentación que tenemos frente al banco o entidad financiera; mientras más “atractiva” sea, mejores serán las oportunidades financieras disponibles.

Este historial crediticio no es más que el registro que se tiene de cómo cada persona se ha comportado con los compromisos financieros que fue contrayendo durante toda su vida (sea el pago de las tarjetas de crédito o el cumplimiento de un crédito hipotecario). Cada uno tiene un puntaje, y es el que se evalúa para considerar si corresponde otorgarse o no un préstamo.

Ser mesurado con las deudas que se contraen

Para mantener un perfil crediticio en buen estado, lo primordial es cumplir con las obligaciones contraídas y ser consciente de la capacidad de pago de cada uno. En ese sentido, no afecta al perfil el hecho de tener muchas deudas siempre que estas estén al día.

Es fundamental tener un registro, tanto de las deudas que se van contrayendo como de los respectivos pagos de estas, para así conseguir medir nuestra capacidad de pago, es decir, no contraer más deudas de las que puedo afrontar para evitar una avalancha de cuotas y caer en un endeudamiento preocupante.

De hecho, tanto por motivo de la pandemia, como de la posterior reactivación económica, el comportamiento de los colombianos en este sentido ha registrado algunas variaciones. De acuerdo con las últimas cifras del DANE, la tasa de endeudamiento neto, en términos del PIB, pasó a 7,5 %, es decir un incremento de 2,3 puntos porcentuales comparado con el 5,2 % registrado en el mismo período de tiempo del año pasado. Esto demuestra que la población en general ha aumentado sus niveles de endeudamiento.

Para los especialistas, lo ideal es que, del salario o los ingresos de una persona, el porcentaje que se utilice para el pago de créditos no supere el 30 %. Para entenderlo, supongamos que una persona cobra mensualmente el equivalente a 2 salarios mínimos, es decir un valor de $908.526. El 30 % de dicha suma equivale a $272.557,8. O sea que para que la capacidad de pago de este ciudadano no se encuentre afectada, las cuotas por pago de préstamos o tarjetas de crédito no debería superar aquel valor mensualmente.

Considerar las prioridades a la hora de contratar un préstamo

Este consejo está bastante relacionado con el anterior e implica sentarse a pensar si lo que se quiere comprar con el dinero prestado es realmente necesario. Se considera que los recursos financieros están bien utilizados si con ellos se puede obtener una ganancia futura, como invertir en un negocio, o se logra incrementar la capitalización, comprando un vehículo o una casa.

Por el contrario, solicitar dinero para lujos tal vez innecesarios puede no ser una buena idea, en especial si ya me encuentro endeudado con anterioridad.

Tener las cuentas al día y, de ser necesario, comunicarse con la entidad financiera

Para un historial crediticio sano, no hay nada mejor que el hecho de que los pagos de las cuotas correspondientes sean hechos en tiempo y forma. Poco importa si la persona cuenta con muchas deudas o tan solo una, la circunstancia de tener registradas demoras en el pago perjudica fuertemente al perfil ya que los bancos lo ven como una alerta de eventuales incumplimientos. Visto desde el lado opuesto, inclusive una persona con muchas deudas, si todas ellas están al día, puede tornarse susceptible de obtener un crédito con óptimas condiciones.

De todas formas, en el supuesto caso de que las cuentas ya se hayan atrasado, es importante evitar el impulso de “ocultarse”, no responder a los correos o intimaciones de pago. La realidad es que esta conducta de nada sirve ya que a la larga los bancos cuentan con herramientas para perseguir el cobro de la suma no devuelta, incluso de manera judicial, y el cliente solo recibirá consecuencias negativas: tener que pagar montos elevados de tasas de interés por el transcurso del tiempo y una mancha en el perfil crediticio.

Frente a una situación así, el principal consejo es ponerse a disposición y consultar en el mismo banco que le otorgó el préstamo originario, cuáles son las opciones de refinanciación existentes para poder ponerse al día, tal vez mediante extensión de los plazos, o entrega de garantías, por ejemplo.

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James(19592)30 de octubre de 2021 - 07:27 a. m.
Excelente todos los consejos Es mejor tener credito que dinero en el bolsillo
Miguel(22842)29 de octubre de 2021 - 12:03 p. m.
Los gota a gota acabaron con los bancos,las cajas de ahorro y el crédito popular, ya les han comido el 30% del mercado al oligopolio bancario, las prenderías solo toman oro y televisores, ya no se necesitan estos vampiros, las barreras y las discriminaciones del efectivo se las salta el pueblo y el comercio de hoy
Luis(74640)28 de octubre de 2021 - 01:34 p. m.
Está Clase de artículos es tan inútil en un país donde el 70% de la población vive del rebusque y no tienen vida crediticia, otro gran porcentaje vive con salarios ridículos que no alcanzan ni para un arriendo en una vivienda decente. Parq quien va este artículo? Quizás solo para los que ganan más de 5 millones? Solo 3,4 millones de personas gana más de dos salarios mínimos en el país
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