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A sus 90 años, luego de una larga vida dedicada al periodismo, falleció esta mañana Guillermo Dávila Peñalosa, quien entre sus múltiples vínculos, mantuvo una cercana relación con El Espectador. Hasta la etapa final de su vida, lideró la Asociación Nacional de Linotipistas (Andel), y se dedicó a contar historias y registrar noticias en su revista digital “El Jugador”.
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Nacido en Bucaramanga, hijo de tipógrafo y linotipista, siguiendo los pasos de su padre se trasladó a Cartagena, donde en 1942, a sus 13 años, entró al Diario de La Costa. Cuatro años después viajó a Bogotá en busca de oportunidades, y la suya la encontró en el periódico El Liberal. Pero hacia 1951, volvió a Cartagena, esta vez al diario El Universal.
En ese momento, la redacción la manejaba Clemente Manuel Zabala y, entre los redactores, estaba el joven de 24 años Gabriel García Márquez. Entre los dos nació una buena amistad, y ambos imprimieron cinco números de Comprimido. Después dividieron caminos y Dávila retornó a Bogotá, donde asumió diversas ocupaciones.
Hasta que el año 1954, con ocasión de la inauguración del hipódromo de techo, surgió el juego de suerte y azar conocido como el 5 y 6, y ese escenario significó su proyección definitiva. Aunque pasó por el diario La Paz, en adelante Guillermo Dávila, a quien ya todos conocían como El Mago, se hizo célebre por sus pronósticos hípicos en publicaciones especializadas.
En esa dinámica, conoció a Guillermo Cano y a Mike Forero, con quienes entabló una buena amistad, animada por otros amigos de la hípica. En adelante, El Mago Dávila fue un periodista con el sello de El Espectador. Sin embargo, nunca dejó de promocionar los juegos de suerte y azar, e incluso se inventó para fortalecerlos la revista Loteros y Loterías.
El pasado 25 de junio celebró sus 90 años. Entonces lo acompañaron sus cinco hijos, Sergio, Elsy, Omar, María Lyda y Laura, lo mismo que sus 13 nietos y cuatro bisnietos. Hoy, ellos lo despiden con el orgullo de haber recibido el ejemplo de un hombre pleno en el humor y el trabajo, pues hasta ayer estuvo dedicado a su revista digital. No murió por coronavirus, resaltó su familia. Se fue tranquilo, con el deber cumplido.