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Un grupo de seis activistas LGBTI infiltró en Moscú, Rusia, de manera original la bandera que representa a la comunidad. Desde 2013 el presidente de Rusia, Vladimir Putin, promulgó una ley que prohíbe la difusión de cualquier tipo de propaganda de la comunidad LGBTI a menores de edad. Incumplir esa norma puede acarrear sanciones que van desde multas hasta la cárcel.
Cada uno de los jóvenes que promovió esta iniciativa de The Hidden Flag (La Bandera Escondida), vistió la camiseta de su respectiva selección (España, Holanda, Brasil, México, Argentina y Colombia). Después de eso caminaron uno al lado del otro de manera estratégica para representar la bandera por las calles de Moscú.
La imaginación vs la censura. Así ha sido siempre y así seguirá siendo. La campaña activista #HiddenFlag ha llevado a 6 activistas de 6 países distintos hasta Rusia, para pasearse por la ciudad siendo ellos mismos la 🏳️🌈empleando las camisetas de sus selecciones de futbol. pic.twitter.com/ap828MVRNl
— Yaaj México (@YaajMexico) July 7, 2018
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The Hidden Flag expone en su página web la importancia del símbolo que tiene los colores del arcoíris, pues fue creado por Gilbert Baker para que fuera “reconocible en el mundo entero y que la gente pudiera exhibirlo con orgullo”.
Por las prohibiciones que tiene el país anfitrión del Mundial hacia la comunidad LGBTI y, aprovechando que en junio se celebró el mes del orgullo gay a nivel mundial, decidieron hacer su denuncia en ese país. “Sí, a plena luz del día, delante de las autoridades rusas, de la sociedad y del mundo entero. Con orgullo”, explicaron su portal web.
Las normas rusas referentes a la comunidad LGBTI ha suscitado debate en el último mes. Minky Worden, directora de Humans Right Watch, realizó un artículo sobre este tema para The New York Times, pidiendo a la FIFA que exija el respeto de los derechos de esta población durante el evento más importante del fútbol.
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“Establecer políticas en favor de los derechos humanos fue un primer paso fundamental para la FIFA. La parte complicada es implementarlas, en especial con anfitriones que tienen tendencias represivas y que buscan lavar, mediante las competencias deportivas, su imagen internacional”, señaló Worden.
Worden también expuso que el ambiente hostil para la comunidad LGBTI es tan fuerte que la organización FARE (que lucha en contra de la discriminación en el fútbol), le recomendó a los asistentes homosexuales que fueron al Mundial que no se tomaran de la mano de su pareja en público.