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Las discrepancias del Polo

Un cable diplomático revela la incomodidad de la excanciller con las ideas del entonces senador Gustavo Petro.

El Espectador
17 de julio de 2011 - 11:30 a. m.

A comienzos de 2006, la proximidad de las elecciones parlamentarias tenía en revuelo a todas las colectividades políticas. Y en particular, dentro del Polo Democrático se vivió una tensión especial. Con una de sus máximas figuras de entonces —Luis Eduardo Garzón— en la Alcaldía de Bogotá, la pelea por encabezar la lista al Senado dejaba advertir una pugna cerrada entre los dirigentes Gustavo Petro, Jorge Enrique Robledo, Jaime Dussán y María Emma Mejía. Algunas minucias de esta disputa política quedaron reflejadas en un cable diplomático de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.

El cable, firmado por el entonces embajador William Wood y fechado el 24 de enero de 2006, evidenció la incomodidad de la excanciller y excandidata a la Vicepresidencia de la República María Emma Mejía, respecto al liderazgo que estaba desplegando el ya congresista Gustavo Petro. El documento refiere que, según la exdirigente liberal, Petro estaba tratando de hacer que el Polo Democrático se moviera hacia la izquierda extrema popular, alineando hacia esta vertiente a integrantes moderados de la colectividad política.

En concreto, el cable diplomático dejó constancia de que, en opinión de María Emma Mejía, el senador Gustavo Petro estaba ganando todos los debates internos del partido, en contra de los dirigentes moderados, incluso del alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, pero que ella no estuvo dispuesta a aceptar esa cercanía con la izquierda popular y por eso había retirado su nombre como candidata al Senado en las elecciones del 12 de marzo. Mejía agregó que la influencia de Petro hacía que el partido se identificara con los presidentes de Venezuela y Bolivia, Hugo Chávez y Evo Morales.

El reporte añadió que, en opinión del candidato a la Cámara de Representantes por la misma colectividad, Daniel García-Peña, quien además había oficiado como garante en los diálogos de paz entre el gobierno y la guerrilla del Eln, en otra reunión realizada el 26 de enero, éste había manifestado que la decisión de María Emma Mejía de retirar su aspiración al Congreso por el Polo significaba una pérdida grande para el partido. Pero precisó que la había adoptado después de saber que los miembros del Polo habían votado por Petro para que encabezara la lista al Senado.

Posteriormente, en la primera reunión citada en el cable diplomático del 24 de enero, según el informe María Emma Mejía expuso que sin ella y otros candidatos moderados, el Polo no iba a obtener más de quince escaños en el Senado. Un comentario sustentado con reportes de prensa que daban cuenta de cómo se estaban creando peleas internas entre miembros del partido como el alcalde Luis Eduardo Garzón, el alcalde de Medellín Sergio Fajardo y el gobernador del Valle, Angelino Garzón, con la dirección ideológica que estaba consolidando el entonces senador Petro.

La Embajada de Estados Unidos en Bogotá, referenciando la fuente de su diálogo del 24 de enero, añadió que los dirigentes moderados de la colectividad representaban una perspectiva pragmática de la izquierda, al estilo del entonces presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva. Mientras que la visión del congresista Gustavo Petro se acercaba más a la postura política del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, o de su homólogo de Bolivia, Evo Morales. Según el cable, por eso el alcalde Lucho Garzón había sido quien más había apoyado a Mejía.

La idea del entonces alcalde de Bogotá, exaltada en el cable enviado a Washington, era que María Emma Mejía hubiera sido la persona ideal para encabezar la lista del Polo Democrático al Senado, para de esa manera expandir la influencia del partido y atraer a nuevos votantes. Una aseveración que tenía sustento en la propia evolución política de la excanciller, quien después de participar en el gobierno liberal de Ernesto Samper y aspirar a la Vicepresidencia con Horacio Serpa en 1998, tras dos intentos de aspirar a la Alcaldía de Bogotá, había migrado al Polo.

En el mismo norte de su preocupación, la Embajada de Estados Unidos registró en su cable diplomático que, mientras el informe se estaba enviando, otra líder del Partido Liberal y también candidata al Senado, Piedad Córdoba, estaba promoviendo su campaña en Caracas (Venezuela), para buscar votos de colombianos en el vecino país. El cable agregó que esa candidatura estaba asociada al fenómeno político Chávez y que, en consecuencia, el propósito era detectar los movimientos que estuvieran apoyando esta vertiente, tanto en el liberalismo como en el Polo.

Tras su decisión de no integrar las listas del Polo al Senado en las elecciones de 2006, la excanciller María Emma Mejía lanzó en 2007 su precandidatura a la Alcaldía de Bogotá y paradójicamente quienes más la apoyaron en el Polo fueron Gustavo Petro y Antonio Navarro Wolf. Sin embargo, en la consulta interna de la colectividad, llevada a cabo en julio de 2007, con más del 67% de los votos, fue derrotada por Samuel Moreno, elegido ese mismo año como alcalde de Bogotá. Hoy está suspendido por la Procuraduría y uno de sus principales acusadores fue Gustavo Petro.

Cinco años después de remitido el cable de enero de 2006, los destinos de los citados en el mismo se cruzan. El exsenador Gustavo Petro está aspirando a la Alcaldía de Bogotá. El excongresista Jaime Dussán acaba de asumir la presidencia del Polo Democrático. El dirigente Jorge Enrique Robledo conserva su curul en el Congreso. La excanciller María Emma Mejía, después de buscar por tres veces la Alcaldía de Bogotá, desde el mes de marzo ejerce la secretaría general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La alcaldía de Bogotá la ejerce Clara López.

Por El Espectador

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