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Las voces de la anorexia

Este miércoles, en el bar El Sitio, en Bogotá, se realizará un concierto para fomentar la autoestima y el amor propio entre los jóvenes.

Mariana Suárez Rueda
23 de junio de 2009 - 11:00 p. m.

Lina dejó de comer a los 14 años. Sentía que estaba muy gorda en comparación con sus amigas del colegio, que su peso era el culpable de que los niños no se fijaran en ella, de las peleas de sus padres, de sentirse tan triste. Había comenzado a hacer una dieta muy estricta, pero como no veía resultados, decidió alimentarse a punta de agua. Era difícil pasar todo el día sin caer en la tentación de llevarse cualquier bocado de comida a la boca, mirar cómo otros disfrutaban de un jugoso pedazo de carne, una hamburguesa o un postre.

Sin embargo, cuando llegaba la noche se sentía satisfecha de haber logrado pasar invicta. Sagradamente antes de acostarse saltaba lazo o trotaba veinte minutos al lado de su cama, sin hacer mucho ruido para que sus padres no la descubrieran. Rápidamente comenzó a perder kilos, sus amigas la felicitaban, le decían que se veía más linda, que tenía que revelarles su secreto para adelgazar en tan corto tiempo. Lina se sentía feliz cuando se vestía y comprobaba que la ropa le quedaba más suelta y con el tiempo también aprendió a soportar el hambre y a engañar a su estómago para que dejara de gruñir. Creía que por fin tenía todo bajo control.

Entre el 1 y 4% de la población mundial sufre de algún trastorno alimentario al igual que Lina. Aunque la mayoría logra recuperarse, por lo menos un cuarto fallece o recae. En Colombia no se ha realizado un estudio que dé cuenta de esta problemática desde 1992, sin embargo, los colegios y universidades han detectado que es bastante común entre los adolescentes y que desafortunadamente aún no se le ha prestado la atención suficiente, pues se ha convertido en una enfermedad silenciosa que consigue pasar inadvertida en una sociedad de consumo que todavía tiene patrones de belleza muy estrictos.

Además, se pueden adquirir fácilmente laxantes, diuréticos y suplementos alimentarios para adelgazar, y muchos jóvenes los consumen de una manera exagerada. La psiquiatra Victoria Pérez y la psicóloga Sandra Beltrán, expertas en este tipo de desórdenes, trabajaron durante meses con los congresistas Luis Barrios y Claudia de Castellanos en la elaboración de un proyecto de ley, que será discutido cuando comience la próxima legislatura, que busca regular la venta de este tipo de productos.

Después de estar tratando durante más de diez años pacientes con anorexia, bulimia y trastornos por atracones, ambas profesionales se dieron cuenta de que había que actuar de una manera más activa y global, no sólo desde el consultorio. “Uno ve que en los colegios hay alarma porque las niñas están en dietas locas y toman pastillas, pero la verdad es que no sabemos a ciencia cierta qué tan grave es la situación”, explica Pérez. Por eso, dentro del proyecto se incluye la contratación de un estudio que permita evaluar qué tan grande es la población del país que padece estos desórdenes y qué ciudades son más vulnerables.

El segundo punto consiste en prohibir la venta libre de laxantes, asteroides, diuréticos y suplementos alimentarios. “He tenido pacientes que han convulsionado y han estado muy mal por tomar estas pastillas, recuerda Pérez. Sin embargo, estos productos se usan para otras enfermedades, así que la idea no es retirarlos del mercado sino comercializarlos bajo fórmula médica”.

El concierto

A las voces de estas dos psiquiatras que luchan por concientizar a la sociedad de la necesidad de establecer nuevos y mejores mecanismos para combatir los desórdenes alimentarios, se suma la campaña que lanza hoy en Colombia la marca de maquillaje y accesorios Cyzone. Se trata de una iniciativa que nació hace tres años en Latinoamérica con el objetivo de fortalecer la autoestima y el amor propio entre los adolescentes. Este año la cantautora ecuatoriana Johana Carreño y el músico colombiano Andrés Gutiérrez quisieron unirse en un concierto en el que les cantarán a los jóvenes invitándolos a quererse tal como son y a no caer en la anorexia o la bulimia.

El evento se realizará hoy en el bar El Sitio, en Bogotá, y además de disfrutar de la música, los asistentes podrán contribuir comprando una línea de joyas de Cyzone, mediante la cual se recogerán fondos para realizar conferencias a lo largo de este año en las principales ciudades del país con expertos en nutrición y trastornos de la alimentación. Johana y Andrés esperan que esta noche su música rompa barreras y logre calar en lo más hondo de su joven auditorio. “Sólo queremos que quienes nos oigan comprendan que no hay seres perfectos, que lo importante es cultivar el espíritu”.

Por Mariana Suárez Rueda

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