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En la noche del 17 de octubre de 1969, dos miembros de la mafia siciliana, del grupo Cosa Nostra, entraron a la iglesia de San Lorenzo en Palermo (Italia) y cortaron un lienzo de más de 2.5 metros con una cuchilla de afeitar y desaparecieron. La pintura no era otra que una de las obras maestras del pintor italiano Caravaggio, la “Natividad con San Francisco y San Lorenzo”.
Desde ese entonces, las autoridades de Italia y hasta el FBI estaban tras la pista de esta obra, la tercera más buscada del mundo y avaluada en más de USD$ 20 millones. Se hablaba que estaba escondida en un establo. Se rumoraba también que los cortes de las cuchillas de afeitar la habían dañado por completo y que no quedaba rastro de ella pues se la habían comido los ratones. Otra teoría que se manejaba es que era usada de alfombra por los grandes capos de la Cosa Nostra.
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Sin embargo, una reciente declaración de un miembro de este clan, podría acabar con todos los mitos que han rodeado por más de 50 años el paradero de esta obra. Se trata de Gaetano Grado quien, ante la la Comisión Parlamentaria Antimafia, explicó que al principio, el lienzo fue utilizado por los capos para ostentar poder y prestigio. Pero más tarde decidieron cortarla en partes para poder venderlo en el mercado negro en el extranjero.
La fragmentaron fue en seis u ocho partes, contó Grado. “El gran capo de la mafia siciliana, Gaetano Badalamenti, ideador de la conocida como Pizza connection, para vender droga a través de pizzerías en Estados Unidos y que murió allí en la cárcel, condenado a 45 años de reclusión, fue el encargado de sacar el cuadro de Italia y llevarlo probablemente a Suiza”, relató la periodista Lorena Pacho en un artículo publicado en El País de España.
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Para concretar el negocio, Grado explicó que días antes del robo de la pieza artística, a Palermo llegó un anticuario suizo, quien ya falleció, para encargarse del traslado y posterior venta del lienzo que fue pintado con óleo a comienzos del siglo XVII. Las autoridades todavía no saben quién o quiénes compraron las piezas rotas del lienzo de más de dos metros.
Esperan, eso sí, que con la información que ha dado Gaetano Grado y rastreando el trabajo del suizo intermediario, puedan dar con las piezas originales para reemplazar la réplica que desde 2015 está en el oratorio de la iglesia de San Lorenzo en Palermo.