Misas en latín y de espaldas al público "dispararon el rating" de Teleamiga

El Espectador habló con el sacerdote que oficia este antiguo rito católico. "Si alguien cree que la misa es para entenderla, está equivocado. La misa no es para uno, es para Dios", dice.

Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto
25 de agosto de 2017 - 12:26 a. m.
Misas en latín y de espaldas al público "dispararon el rating" de Teleamiga

Una advertencia. “Si el camarógrafo es una mujer, debe traer un velo para que se cubra la cabeza. Si no tiene, aquí le prestamos uno”. En el lugar, una capilla del canal Teleamiga en la localidad de Teusaquillo de Bogotá, se percibe un ambiente de extrema solemnidad. Es la celebración de una misa tridentina. Se hace en latín y el sacerdote está de espaldas al público. 

Un acólito, vestido con una especie de bata negra que le llega hasta los tobillos y una suerte de peto blanco con bordados religiosos por encima, hace sonar una campana color oro. Los fieles, cinco mujeres y cuatro hombres, se ponen de pie. Unos miran hacia el piso, otros fijan la mirada en el Jesucristo de madera que está al fondo de la capilla. En el altar. Lea también: La resurrección de José Galat

La misa la oficia el padre Eduardo Achata, religioso peruano que lleva 17 años en Colombia celebrando misas tridentinas.  Se quedó en el país luego de aceptar la invitación de un sacerdote del sur de Bogotá que le pidió ayuda para manejar su parroquia. Antes había estado trabajando en Táchira, Venezuela. 

Las 50 cajas de libros que Achata había empacado para que enviaran de Cúcuta a Lima, nunca salieron de la terminal aérea. "Incluso hasta me regresaron la plata (...) me quedé en Colombia por una señal de Dios".

Desde cuando el Episcopado Colombiano pidió a los fieles católicos no ver Teleamiga, el pasado 25 de julio, ese canal decidió transmitir todos los días - y en directo - misas tridentinas. Se utilizan cuatro cámaras, tres de ellas robóticas. Diez personas hacen parte de la producción.  Orlando Acevedo, jefe de producción, dice que "con todo lo que ha pasado (la polémica entre José Galat y el Episcopado) se disparó el rating. Todo el mundo está a la expectativa de esta misa. Es una forma de llevar al televidente una eucaristía diferente".

Algunos piensan que es un reto que Galat, dueño del canal, le hace a la cúpula de la iglesia. ¿Por qué? Galat considera que el papa Francisco, quien aterrizará en Colombia el seis de septiembre, amenaza las tradiciones más puras de la iglesia; por eso, oficiar una misa en latín, es una forma de llamar su atención.

El padre Achata, un hombre con rostro duro y que poco se ríe, considera que no se trata de retar al Episcopado. "Creo más bien es poner a disposición de los fieles que quieren esta misa, a disposición de ellos, nadie obliga a escuchar esta misa. Hay otros canales que tienen otras. Yo creo que tiene que haber una postura de pastores que quieran a todos los fieles, no solo algunos".

Al finalizar la misa, el padre Achata acepta una entrevista. Se quitó un par de prendas que llevó puestas durante la celebración religiosa, pero se queda con un alba color negro. Luego de la primera pregunta, frunce el ceño: ¿Usted cree que los fieles entienden latín?

"Mire, si alguien cree que la misa es para entenderla, está equivocado. La misa no es para uno, es para Dios. Y la misa siempre es para dar culto a Dios. Siempre en las religiones ha habido un idioma sacro y los hay. Por ejemplo, el sánscrito para los hinduistas, el hebreo para los judíos y para los cristianos siempre fue el latín".

¿Por qué el sacerdote está de espaldas al público?

"No es que la misa se haga de espalda a los fieles, sino que el pastor, el sacerdote, que es pastor de las almas, está de frente a Dios".

En este sentido, José María López, párroco de Nuestro Señor del Buen Consuelo de Yumbo, agrega que antiguamente, "los altares no estaban en el centro de las Iglesias como están hoy, estaban pegados contra la pared. Eso hacía que los sacerdotes lucieran lejanos a los fieles".

Rocha explica que las mujeres que asisten a este tipo de celebraciones, deben hacerlo con un velo sobre sus cabezas y ropajes largos. "Cuando la mujer se arregla el cabello, lo hace para lucirle a un hombre. Cuando la mujer entra a la misa con manto y con mangas largas, lo hace por la dignidad del lugar y la dignidad del sacrificio".

Julio, un joven flaco y alto que hace las veces de acólito, agrega: "El sacerdote no está de espaldas al pueblo, que es lo que todo el mundo piensa, el sacerdote está de frente a Dios. No hay ningún pastor que pastoree sus ovejas mirando hacia atrás".

Julio, ¿usted habla latín?, le pregunto

"Latín, latín, no es que sepa mucho. Sé el latín litúrGico, pero fueron casi dos años aprendiéndome la misa. Pero aprender todo lo que el padre dice en la misa y saber cómo contestarle y qué es lo que dice, porque es que a veces uno se aprende todo el texto como cotorra".

Fabián Sanabria, antropólogo y doctor en sociología de las religiones de la Universidad Nacional, considera que el para que las instituciones de poder, como la iglesia conserven su influencia, deben preservar las costumbres más puras. 

"Entre el rito sea más secreto y depurado, es más eficaz. Cuando la misa dejó de ser en latín, perdió exclusividad. Y por ende, perdió poder (...) entre menos se expliquen las cosas, más poder se tiene".

Por Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar