Antonia nació en Yura, Arequipa, el 9 de junio de 1904 y después de más de un siglo de vida pudo cumplir su sueño de “saber lo que es una letra”, gracias al Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización al que se acogió en junio del año pasado.
Así fue como entró en el grupo de estudios “Caritas Pintadas”, donde compartió con otras catorce alumnas, quienes se convirtieron en un gran apoyo durante su aprendizaje. “Mis compañeras me ayudaban a acordarme de las cosas. A la edad que tengo me confundo bastante”, le contó a la Agencia EFE.
Antonia comenzó, como todo estudiante, con los cuadernos de grafía en los que repetía una y otra vez el dibujo de las consonantes y las vocales. Después de cinco meses de lecciones ya era capaz de escribir su nombre y ahora también lee, aunque a veces se le dificultan las palabras y tiene que hacerlo deletreando.
Paz Melgar es un ejemplo del programa de alfabetización que el gobierno peruano ha puesto en marcha con el objetivo de reducir la tasa de mayores de 15 años que no saben leer ni escribir de 8,1 al 4%. Entre tanto, Antonia revela que el motivo por el cual decidió ingresar a la escuela es para comunicarse por carta con sus hijos y para pedirle al presidente Alan García que trabaje también por los más viejos.