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En la provincia de Pontevedra, comunidad autónoma de Galicia, España, un hombre está señalado de abusar sexualmente de su expareja, así como de maltratarla de forma habitual mientras sostuvieron una relación sentimental. Además del rechazo a lo ocurrido, lo que ha llamado la atención del caso es la particular defensa esgrimida por el acusado durante el juicio. Según él, los mensajes amenazantes que le envió a la mujer fueron malinterpretados por culpa del corrector de Whatsapp.
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El sujeto es señalado por la Fiscalía de los delitos de abuso sexual y maltrato, por los cuales el ente investigador pide 18 años de cárcel. Según la información que manejan las autoridades, la pareja sostuvo una relación durante cinco años, fruto de la cual nació un hijo. En agosto de 2015 se separaron y sería a partir de allí cuando el hombre abusó de ella en varias ocasiones.
Las relaciones sexuales forzadas habrían comenzado en la residencia que compartía la pareja, donde la mujer y el hijo común siguieron viviendo hasta un mes después de la ruptura. Allí la mujer habría optado por no denunciarlo esperando que la situación no volviera a repetirse.
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Posteriormente la mujer se fue a vivir a la casa de sus padres junto con su hijo, pero sería víctima nuevamente de violación. En septiembre de 2015, el hombre le escribió por su celular que fuera “sola” a recoger a su hijo al colegio. Luego de que la víctima recogiera al niño, lo dejaron en la casa de los abuelos y el agresor la forzó a que siguiera con él en el vehículo hasta que llegaron a un lugar desolado y allí habría abusado de ella una vez más.
Entre las pruebas que se aportaron al proceso se encuentran varios mensajes que el acusado le envió a la mujer vía Whatsapp. En algunos se lee “si te veo con alguien, le voy a pegar o a matar”, “Vas a saber quién soy, vas a conocer a un hijo de puta de verdad”. “¿Qué tienes pensado hacer, me vas a denunciar o no?, tranquila que no te tomo más, no te preocupes”.
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La explicación del hombre ante estos mensajes fue que había sido culpa del corrector de Whatsapp. “El corrector mandaba palabras que no quería escribir”, afirmó. Además, dijo que le “pedía perdón” por eso.
Sin embargo, reconoció que algunos mensajes los había enviado por “ataques de celos”, y que siempre le pedía perdón después. Al parecer, durante la relación el hombre la controlaba y la intimidaba de manera constante.