Durante su vida, Débora Arango tuvo que luchar contra la censura de su arte. Las familias de Medellín de la primera mitad del siglo XX cargaban a cuestas una imponente tradición de valores conservadores que se veía punzada, acechada, con cada una de las figuras transgresoras que paría la artista a través de un pincel.
Sus exposiciones fueron destrozadas por los defensores de la moral y las “buenas costumbres”, y fueron catalogadas de pornográficas, grotescas e, incluso, técnicamente incorrectas, con el fin de callar a sus mujeres de piernas robustas que dejaban en evidencia la desigualdad, las injusticias, el dolor y la perversión de la sociedad del país.
Arango pintó prostitutas, mendigos, funcionarios corruptos, obreros marginados y señoras sexuales que se mantuvieron detrás un velo invisible hasta los años ochenta, cuando su obra fue recuperada y concebida como una huella femenina y radical de la historia de Colombia.
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Sin embargo, a más de diez años de su muerte, sus piezas continúan escandalizando. El pasado jueves, la red social Twitter catalogó a una de ellas como “material que puede herir la sensibilidad de algunas personas”, refiriéndose a la imagen compartida por la periodista Mábel Lara de la“Madona del silencio”.
Aunque este mensaje aparece de acuerdo a la configuración de contenido de cada usuario, la periodista expresó su indignación. "Ve, y Twitter nos salió mojigato. Me bloqueó la imagen de la gran #DéboraArango. Ni muerta Débora ha dejado de sufrir la censura por sus desnudos femeninos.”
Ve, y tuiter nos salió mojigato. Me bloqueó la imágen de la gran #DeboraArango.
— Mábel Lara (@MabelLaraNews) March 1, 2018
Ni muerta Debora ha dejado de sufrir la censura por sus desnudos femeninos. #Lamadonadelsilencio pic.twitter.com/kTWmxPJZHB
“Madona del silencio” es un cuadro realizado con la técnica óleo sobre lienzo y hard-board en el que aparece una mujer y un bebé recién nacido desnudos.