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509 represas están en planeación o construcción dentro de áreas protegida

Según un estudio publicado en la revista Conservation Letters, al menos 500 represas estarían siendo planeadas o construidas dentro de áreas protegidas en todo el mundo.

08 de agosto de 2020 - 05:13 p. m.
Al menos 1,249 represas grandes ya se encuentran dentro de áreas protegidas.
Al menos 1,249 represas grandes ya se encuentran dentro de áreas protegidas.
Foto: WWF

Más de 500 represas están en proceso de planificación o en construcción dentro de las áreas protegidas, según un nuevo estudio publicado en Conservation Letters.

Estos hallazgos levantan alertas rojas, ya que las represas pueden tener un impacto negativo en los modos de vida de las comunidades locales, como la pesca y la agricultura en las llanuras inundables, en los movimientos de las especies, en los flujos de sedimentos a los deltas aguas abajo y a las llanuras inundables, y en otras funciones críticas de los ríos.

“Los ríos son la esencia de los ecosistemas. Cualquier política que tenga como objetivo conservar la naturaleza debe priorizar el flujo libre de los ríos”, dijo Michele Thieme, autora principal del estudio y científica líder de agua dulce de WWF. “Las áreas protegidas son una estrategia fundamental para conservar la biodiversidad y los servicios para las personas, pero su diseño y gestión para proteger los ecosistemas de agua dulce deben mejorar”.

La biodiversidad de agua dulce está disminuyendo dramáticamente. Las poblaciones de vertebrados de agua dulce (mamíferos, aves de humedales, reptiles, anfibios y peces) han experimentado una disminución del 83% entre 1970 y 2014. Dentro de las principales causas de esta reducción están las represas y otras infraestructuras hídricas que afectan los hábitats naturales de las especies de agua dulce como delfines de río, nutrias, peces migratorios y decenas de miles de otras especies.

El documento también señala que ya existen más de 1,200 grandes represas dentro de las áreas protegidas. Casi tres cuartos (907) de éstas fueron construidas antes del establecimiento del área protegida. Los casos anecdóticos sugieren que se podría establecer protección para evitar que el sedimento se acumule en el reservorio y afecte el suministro de energía o de agua, así como la existencia de oportunidades recreativas en la represa artificial creada por el reservorio.

También hay casos de gobiernos que redefinen los límites de las áreas protegidas y las actividades permitidas dentro de ellas, para legalizar la construcción de una presa dentro de un área protegida existente. Cuando las regulaciones se suavizan de esta manera, las áreas protegidas pierden su capacidad de conservar los ecosistemas.

La gran cantidad de presas que se planifican dentro de las áreas protegidas es alarmante”, dice Thieme. “Las políticas gubernamentales y de la industria deben evitar el desarrollo de represas dentro de estas áreas. Las represas que ya existen dentro de las áreas protegidas deben priorizarse para su posible eliminación y los sistemas fluviales circundantes deben restaurarse”.

Este estudio se produce en un momento en que los impactos adversos de las represas y embalses son más claros que nunca. Un artículo de 2019 publicado en Nature revela que más de dos tercios de los ríos largos están obstaculizados por represas e infraestructura. Las represas fragmentan los ríos y afectan los diversos beneficios que los ríos saludables brindan a las personas y la naturaleza en todo el mundo.

Según un informe reciente, las represas son uno de los principales factores del colapso del 76% en las poblaciones de peces migratorios de agua dulce desde 1970. El nuevo estudio también subraya la importancia de evitar retrocesos dañinos para las áreas protegidas, incluidas aquellas que aumentan el desarrollo de infraestructura como las represas.

Hemos visto retrocesos incluso durante la pandemia mundial, un momento en que el público no puede participar adecuadamente en los procesos de toma de decisiones. Los gobiernos deben detener estos retrocesos y utilizar los planes de recuperación económica como una oportunidad para aumentar y mejorar la protección a la naturaleza para ayudar a reducir el riesgo de pandemia en el futuro.

Con la caída del precio de la energía eólica y solar, los gobiernos deberían explorar otras fuentes alternativas de energía renovable para satisfacer las necesidades energéticas más allá del represamiento de los ríos. Un informe de 2019, Connected and Flowing, detalla cómo el mundo puede cumplir con los objetivos climáticos y proteger los ríos cambiando una parte de los futuros proyectos de desarrollo hidroeléctrico, hacia una mayor inversión en generación eólica y solar, y ubicando cuidadosamente nuevos proyectos hidroeléctricos.

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