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Este estudio le ayuda a repensar lo que el cine le ha mostrado de los tiburones

Un grupo de científicos analizó los archivos globales de ataques de tiburón, que tenían alrededor de 7.000 casos registrados desde 1863. Los resultados ratifican que hemos construido una imagen muy equivocada de estas especies.

25 de abril de 2025 - 08:52 p. m.
Los investigadores se enfocaron en situaciones que acercan a las personas al territorio de los tiburones, como la pesca submarina o recreativa.
Los investigadores se enfocaron en situaciones que acercan a las personas al territorio de los tiburones, como la pesca submarina o recreativa.
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Al hablar de tiburones, siempre hay malentendidos. En el imaginario de muchas personas, son animales parecidos a la película de Steven Spielberg, que atacan y comen seres humanos. Pero nada más alejado de la realidad y un estudio que acaba de ser publicado en Frontiers in Conservation Science muestra por qué.

De acuerdo con los autores, no es lo mismo una mordedura de un tiburón que busca alimentarse, a uno que busca defenderse. En estas últimas, por ejemplo, el animal no busca alimento ni inflige lesiones graves, sino que reacciona ante una situación percibida como amenaza. Es, justamente, lo que sucede con los humanos.

La investigación fue liderada por Eric E. Clua, de la Universidad de Ciencias y Letras de París. En diálogo con el diario El País de España, Clua explicó que él y su equipo se basaron en datos de los archivos globales de ataques de tiburón que tenían alrededor de 7.000 casos registrados desde 1863.

Los investigadores cruzaron esa información con observaciones en la Polinesia Francesa, lugar donde se han documentado 74 mordeduras de tiburón entre 2009 y 2023. Cuatro de esos casos fueron clasificados como defensivos.

En total, señaló Clua, 322 mordeduras en todo el mundo podrían tener este mismo origen, con una tasa de letalidad del 3,2%. Se trata, en su mayoría, de especies costeras de tamaño mediano, como el tiburón de puntas negras o el tiburón gris.

Los investigadores se enfocaron en situaciones que acercan a las personas al territorio de los tiburones, como la pesca submarina o recreativa. En la Polinesia Francesa, por ejemplo, actividades como la pesca con almadraba y con arpón son frecuentes, lo que ha permitido observar con mayor claridad estas respuestas defensivas.

Algunas especies, como el tiburón alfombra, también reaccionan ante el contacto accidental. “Incluso una intención de ayuda puede interpretarse como una amenaza”, explicó Clua en entrevista con El País. Por eso, el estudio sugiere revisar el uso del término “ataque” en todos los casos.

Para los autores, estos resultados refuerzan la hipótesis de que no se trata de conductas predatorias, sino de respuestas automáticas ante una irrupción en su espacio.

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