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Aunque bajan poco, los koalas mueren más en el suelo que en los árboles

Un nuevo estudio revela cuán peligrosa se ha vuelto la vida terrestre para los koalas en un hábitat cada vez más fragmentado.

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11 de julio de 2025 - 12:56 p. m.
Imagen de referencia. Australia considera al koala una especie en peligro de extinción a nivel nacional. Las causas incluyen la pérdida y fragmentación del hábitat, atropellos, ataques de perros y enfermedades.
Imagen de referencia. Australia considera al koala una especie en peligro de extinción a nivel nacional. Las causas incluyen la pérdida y fragmentación del hábitat, atropellos, ataques de perros y enfermedades.
Foto: EFE - WWF Australia
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Aunque los koalas pasan casi todo su tiempo trepados en los árboles, sus breves desplazamientos en tierra firme representan un riesgo desproporcionado. Así lo confirma un nuevo estudio presentado en la Conferencia de la Sociedad de Biología Experimental (SEB 2025), en Amberes, Bélgica, por investigadores de la Universidad de Queensland (Australia). Según los hallazgos, menos del 1 % del día de un koala transcurre en el suelo, pero es en ese pequeño margen de tiempo donde ocurre hasta el 66 % de las muertes registradas.

“Los koalas viven principalmente en los árboles, pero debido a la tala extensiva de tierras, se ven cada vez más obligados a desplazarse por tierra, lo que los expone a un grave riesgo de lesiones y muerte”, explicó Gabriella Sparkes, estudiante de doctorado y autora principal del estudio.

Australia considera al koala una especie en peligro de extinción a nivel nacional. Las causas incluyen la pérdida y fragmentación del hábitat, atropellos, ataques de perros y enfermedades. Sin embargo, se conoce poco sobre sus movimientos a pequeña escala, en particular durante los desplazamientos terrestres. El nuevo estudio utilizó collares con GPS y acelerómetros de seis ejes en koalas salvajes de un paisaje rural australiano, altamente transformado por la agricultura.

Las observaciones, que registraban la ubicación cada cinco minutos (y cada cinco segundos cuando el animal estaba en el suelo), permitieron identificar no solo cuándo y por cuánto tiempo bajaban de los árboles, sino también cómo se movían. El análisis reveló que los koalas descienden solo dos o tres veces por noche, con un promedio de diez minutos en el suelo. Durante esos desplazamientos no se comportan con urgencia: más del 90 % del tiempo lo pasan caminando lentamente, haciendo pausas o simplemente sentados. Solo un 7 % lo dedican a saltar.

Para Sparkes, esto puede significar dos cosas: o bien los koalas evalúan cuidadosamente su entorno antes de elegir un árbol para trepar, o bien saltar representa un gasto energético tan alto que prefieren evitarlo. Ambas posibilidades revelan un comportamiento cauteloso, pero que no siempre los salva: esas pausas pueden hacerlos más vulnerables.

Los investigadores esperan que estos hallazgos sirvan para reorientar los esfuerzos de conservación. Algunas medidas podrían incluir la priorización de ciertos tipos de árboles, la mejora de la conectividad del dosel o la reducción de brechas entre árboles seguros. Cualquier estrategia que evite que los koalas tengan que bajar podría traducirse en una menor tasa de mortalidad.

“Si logramos identificar las condiciones que los incentivan a permanecer en los árboles durante más tiempo, podríamos diseñar o gestionar paisajes más seguros para ellos”, concluye Sparkes. A veces, la diferencia entre la vida y la muerte para un koala se mide en diez minutos.

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