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¿Cómo construir el campo del futuro?

La Unión Europea fue invitada de honor de Expoagrofuturo 2022, uno de los eventos más relevantes para el sector agrícola de América Latina, donde hubo reflexiones sobre las necesidades inmediatas y estructurales del campo, y propuestas para mejorar las condiciones de las comunidades rurales.

10 de noviembre de 2022 - 01:00 p. m.
En el evento se abordaron los retos que afronta el sector rural ante las promesas del nuevo Gobierno. / Hugo Bejarano
En el evento se abordaron los retos que afronta el sector rural ante las promesas del nuevo Gobierno. / Hugo Bejarano

Durante tres días, Corferias Bogotá fue la sede de Expoagrofuturo. Miembros de las principales cadenas productivas, más de 300 expositores, representantes de nueve países y organizaciones de cooperación internacional se reunieron para discutir sobre los retos de la agricultura en Colombia. El escenario brilló por la diversidad cultural y la presentación de proyectos productivos que se vienen consolidando en las regiones.

La Unión Europea, invitada de honor de Expoagrofuturo, presentó catorce de los proyectos que desarrolla en el país con varios socios, bajo el lema “Transformando el campo para un futuro sostenible, inclusivo y en paz”. Uno de ellos es el programa Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II), que financia junto con la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con las que, por otra parte, lideró paneles académicos sobre inclusión, innovación, transición agroecológica y construcción de paz.

De acuerdo con Furio Massolino, director del Programa DRET II, la participación en la Expoagrofuturo tuvo un balance positivo en dos perspectivas: en primer lugar, dio a conocer los proyectos que vienen acompañando a nivel territorial, permitiendo así identificar posibilidades de articulación; en segunda instancia, los funcionarios de las entidades de gobierno pudieron socializar los resultados obtenidos con el programa y el trabajo que se realiza junto con el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Agricultura, entidades departamentales y municipales.

Proyectos que cambian vidas

“Nosotras nos proyectamos como una gran empresa que desarrolla el campo, que mejora la economía de nuestro municipio de categoría seis, muy pobre, que queremos fortalecer entre todas. Nos visualizamos a futuro como una empresa cultivadora, transformadora y exportadora de aromáticas amazónicas y sacha inchi, con un comercio muy amplio y con contribución al cuidado del medio ambiente”, contó Clara Inés Hoyos, lideresa del municipio El Doncello, Caquetá, y miembro de la Asociación de Mujeres Emprendedoras Cimientos del Hogar (Asmuech).

Desde hace un tiempo, Clara hace parte, junto a otras 116 mujeres, de uno de los emprendimientos en negocios verdes que impulsa el Ministerio de Ambiente, cuya política e implementación ha sido apoyada técnica y financieramente por el DRET II. Clara tuvo la oportunidad de mostrar sus productos en el stand del DRET II en Expoagrofuturo.

“Somos mujeres campesinas, rurales, de población vulnerable, que nos hemos unido para sacar adelante un proyecto de vida que mejore las condiciones socioeconómicas de nosotras, de nuestras familias y de nuestra región”.

Según relató, el primer paso que dieron para llegar hasta donde están hoy fue acudir a Corpoamazonia, donde aprendieron sobre procesos sostenibles y amigables con el medio ambiente. Después se vincularon con la Oficina de Negocios Verdes y Sostenibles del Ministerio de Ambiente, e implementaron diversas estrategias para lograr que todos sus productos fueran orgánicos y de buena calidad.

“Nos enorgullece que la Unión Europea y el Ministerio de Ambiente vean reflejado en nosotras el trabajo que ellos hacen. Esto desarrolla el campo, productos, agroindustria, y entre todos podemos construir paz”, agregó Clara, quien reconoció los obstáculos que han tenido que superar para llegar hasta este punto.

“El abandono en el que hemos estado en el campo ha llevado a que nuestros hijos, esposos y hermanos ingresen a las filas de grupos al margen de la ley, porque no hay un desarrollo, no hay algo que llene a esta gente para que se queden en nuestras fincas y nuestro campo”, enfatizó, a la vez que mostró esperanza en que los jóvenes se enamoren de estas alternativas, conservando sus raíces y aportando iniciativas de construcción de paz.

Inclusión e innovación en el agro

La UE, la AICS y la FAO organizaron cuatro paneles académicos que tuvieron como foco recoger puntos de vista sobre los desafíos que enfrenta el sector rural ante los cambios estructurales que promete el nuevo Gobierno.

“Es el momento de reconectar el campo colombiano con lo urbano. Hay que mostrar que el campo tiene muchas oportunidades que ofrecer”, dijo Gilles Bertrand, embajador de la Unión Europea, durante el primer panel “Inclusión: el papel de la agricultura familiar, campesina y comunitaria”, donde se habló de la importancia de fortalecer y rescatar la política de agricultura campesina, familiar y comunitaria, vinculando a las comunidades, especialmente a mujeres y jóvenes, en los procesos de desarrollo rural y transformación del campo colombiano.

En el marco de la discusión, Darío Fajardo, viceministro de Desarrollo Rural, destacó la importancia del primer punto del acuerdo (Reforma Rural Integral) y aseguró que uno de los factores más importantes para lograr que la inclusión en el campo sea efectiva es que la asistencia técnica efectivamente llegue a las familias campesinas y se piense de forma horizontal, valorizando tanto el conocimiento de los técnicos y profesionales como el de las comunidades.

Por otra parte, Marcos Rodríguez, experto sénior en agricultura familiar y mercados inclusivos de FAO, indicó que para buscar la inclusión es vital apoyarse en la resolución 464 de 2017 del Ministerio de Agricultura, ya que derivó en lineamientos de política para la agricultura familiar, campesina y comunitaria, construidos de manera participativa con población campesina de varias regiones del país. Sin embargo, recalcó que “hay que desarrollar institucionalidad, porque no necesariamente las entidades están conectadas con las metas de inclusión que requiere este tipo de enfoque”.

En la conversación también estuvo presente Astrid Mosquera, mujer de 38 años beneficiaria del proyecto “Mujeres rurales participando y apropiando efectivamente instrumentos de política del sector”, liderado por la Fundación Alpina en el marco de la estrategia Rutas Territoriales del programa DRET II, proyecto que busca empoderar a las mujeres en los mecanismos y medios de participación de la oferta del sector agricultura. “Me siento autónoma, cada vez estoy más empoderada. Creo en mí, como mujer. Es un apoyo que no había llegado a las comunidades. Ustedes nos apostaron a nosotras, las mujeres”, señaló Mosquera, quien se ha convertido en un referente para el corregimiento de Olaya, en el municipio de Balboa (Cauca).

El segundo panel, llamado “Innovación para economías verdes: ciencia y tecnología para el agro”, tuvo la participación de líderes de los sectores ambiente, agrario y científico, para conversar sobre los retos y expectativas frente al desarrollo sostenible e integral de las actividades productivas agrarias en el nuevo Gobierno.

“Debemos profundizar y articular los conocimientos tradicionales y científicos, para alcanzar una política transversal, que no solo acerque este insumo a las personas, sino que permita generar valor agregado”, expresó Jorge Cano, jefe de gabinete del Ministerio de Ciencia. Entre tanto, Luz Marina Mantilla Cárdenas, directora del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), hizo hincapié en la idea de que la paz total solo se puede alcanzar si las entidades escuchan a los productores y les ayudan a fortalecer sus capacidades para el mejoramiento de su calidad de vida y la protección del medio ambiente.

Transición agroecológica y construcción de paz

El tercer panel, “Transición agroecológica y rol de los sistemas agroalimentarios”, se enfocó en la importancia de la cadena de valor de la agricultura familiar, así como en la necesidad de llegar a una reconversión ambiental que asegure la salud de los consumidores. También se enfatizó en la relevancia de la transferencia de conocimientos desde un enfoque de trabajo colectivo por sectores.

“Los sistemas agroalimentarios comprenden un universo muy grande y hay que pensar en un abordaje completamente integral. No es solo el tema de la producción, sino también del consumo. Tenemos que pensar cómo el debate sobre la sostenibilidad no termine desplazando el debate sobre la desigualdad”, manifestó Sebastián Vargas, jefe de Asuntos Internacionales del Ministerio de Agricultura, a la vez que insistió en la importancia de impulsar el arraigo al campo y dignificar el papel del campesino en las cadenas de suministro.

En la misma línea, Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) se refirió a la necesidad de saldar la deuda con el agro, así como a la urgencia de “desatrasar” todos los procesos que han quedado pendientes, para que este sector pueda ser rentable de manera definitiva. También subrayó la importancia de la transferencia de conocimiento como vía para optimizar los proyectos diseñados y ejecutados en el campo.

En palabras de Furio Massolino, director del DRET II y moderador del panel “El agro y la construcción de la paz”, en este espacio se sintetizaron ideas de los paneles anteriores y de esta forma se logró englobar la totalidad de conceptos propuestos en el lema que convoca a los proyectos de la UE en la feria. “Se conversó sobre la paz total y el desarrollo sostenible con criterios ambientales en el sector rural, así como la importancia de generar procesos que vayan de la mano de las comunidades y sus territorios, respetando e involucrando poblaciones étnicas y campesinas, mujeres rurales y jóvenes”, precisó.

Según Jhenifer Mojica, directora de Asuntos Étnicos de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), la reforma rural integral es urgente, debido a que el acceso a la tierra es una de las causas fundacionales del conflicto armado en Colombia. Sin embargo, aseveró que para que sea efectiva, se debe reconocer al campesino como sujeto especial de derechos a través de acto legislativo, crear la jurisdicción agraria y fortalecer la institucionalidad, con el fin de que tengan un servicio constante en las poblaciones más afectadas por la guerra.

Por su parte Luis O. Martínez, director de Parques Nacionales, destacó la necesidad de hacer también la “paz con la naturaleza” y para esto es necesario convertir a las familias campesinas, que viven en y de las zonas protegidas, en aliadas de la conservación y la restauración, al tiempo que mejoran sus medios de vida. “La generación de confianza entre el Estado (en su conjunto) y estas comunidades es un primer gran paso en el que estamos trabajando”, aseguró.

Un balance positivo

En el último día de Expoagrofuturo se llevó a cabo un desayuno de trabajo con presencia de la vicepresidenta, Francia Márquez, las ministras de Medio Ambiente y Agricultura, el ministro de Ciencia y Tecnología, el embajador Gilles Bertrand y once embajadores de los Estados miembros de la UE. Durante la reunión se habló de cómo llegar a los territorios rurales con una oferta articulada desde el ámbito nacional, que permita recuperar la confianza en el Estado por parte de los pobladores rurales, particularmente los que viven en las zonas más afectadas por el conflicto. El embajador de la UE señaló la necesidad de “seguir fortaleciendo las sinergias entre Estado, empresarios, cooperación internacional y pobladores rurales. “Nos une un mismo objetivo: el bienestar de las comunidades, la construcción de la paz, la protección de la naturaleza y la integración a la economía nacional”.

Por su parte, la vicepresidenta, Francia Márquez, se pronunció sobre el balance positivo de la reunión en donde recalcó que es necesario lograr la igualdad de oportunidades, incluyendo a jóvenes, mujeres y grupos de población marginados de la oferta pública en las políticas de desarrollo rural. Entre tanto, la ministra Susana Muhamad recalcó la necesidad de trabajar coordinadamente con el Gobierno, las comunidades y la cooperación, para ordenar los territorios alrededor del agua y apostarle a un proceso de agroecología y de recuperación de suelos y biodiversidad, a través de la reforma rural integral. Coincidiendo con lo anterior, Cecilia López, ministra de Agricultura, presentó su propuesta para lograr la “transformación del campo colombiano hacia una agricultura para la vida”, haciendo énfasis en la promoción de sistemas productivos y cadenas de valor sostenibles e inclusivas, asegurando que las comunidades rurales participen de esta transformación. El ministro Arturo Luna coincidió en la urgencia de articular las agendas de los ministerios sobre las oportunidades que ofrecen las economías verdes y la conectividad entre lo rural y lo urbano.

Al cierre del Foro de Innovación de Agrofuturo (FIXA), la ministra López aseguró que, para que Colombia se convierta en una potencia alimentaria, se debe incluir a los gremios productores en la formulación de política pública, hacer que las comunidades étnicas y campesinas dejen de estar al margen de las decisiones del Estado, y desarrollar una agricultura que tenga una nueva concepción sobre el respeto y la conservación de ecosistemas.

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