El sur de Colombia se ha convertido en escenario de iniciativas comunitarias que demuestran que la sostenibilidad y la innovación pueden ser motores reales de desarrollo económico. La Fundación Impulso Verde Kuaspue, es un ejemplo de esto. Desde hace más de una década lidera procesos que integran restauración ecológica, soberanía alimentaria y emprendimientos verdes. Hoy, dos experiencias concretas evidencian cómo las comunidades de Nariño están construyendo alternativas económicas que fortalecen su autonomía y resiliencia frente al cambio climático.
Cosméticos naturales desde el Resguardo del Gran Cumbal
En el Resguardo Indígena del Gran Cumbal, la Asociación Agroecológica Sinchimaki ha consolidado la transformación de plantas aromáticas y medicinales en productos cosméticos naturales. Desde 2016, gracias a la alianza con Impulso Verde, se fortaleció el vivero comunitario, que hoy produce más de 200.000 plántulas nativas al año, contribuyendo a la restauración ambiental y al bienestar de las familias.
El proyecto dio un salto clave en 2020 con el apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), en el marco de la iniciativa Alternativas económicas a la deforestación en Colombia. Este acompañamiento permitió:
- Fortalecer capacidades técnicas para producir cosméticos naturales con estándares de calidad.
- Consolidar cadenas de valor sostenibles y con enfoque comunitario.
- Iniciar en 2024 la construcción de una fábrica mediante bioconstrucción en Superadobe, con un diseño ovalado inspirado en la forma de una hoja, símbolo de vida y conexión con la naturaleza.
El 21 de noviembre de 2025, la planta obtuvo la certificación de capacidad de producción otorgada por el Invima, convirtiéndose en la primera fábrica de cosméticos indígena certificada en Colombia y la primera en Nariño.
Para Sinchimaki, este logro trasciende lo técnico. “Queremos dejar esta herencia a nuestros hijos, que continúe por generaciones”, afirma Socorro Cuaical, integrante de la Asociación. Los productos como jabones, aceites macerados y otros derivados, no solo generan ingresos, sino que fortalecen la identidad cultural y el orgullo colectivo.
Mujeres que transforman cereales en alimentos saludables
La segunda experiencia tiene como protagonistas a las integrantes de la Asociación Indígena de la Mujer Emprendedora, que también hace parte de la red de viveros comunitarios de Impulso Verde. Las mujeres han encontrado en la transformación de cereales —trigo, cebada, maíz y quinua— una alternativa económica con un fuerte impacto social. En el marco del convenio con la Fundación RAJA y la ONG Humy, la asociación logró adquirir una máquina trilladora que les permite convertir estos cultivos tradicionales en productos con valor agregado, como pastas, panes, harinas y galletas saludables.
El proceso fortalece la soberanía alimentaria y abre nuevas oportunidades de ingreso para las familias rurales. “Con esta alianza sembramos no solo árboles, sino también dignidad y solidaridad en nuestra comunidad”, afirma Mercedes Narváez, lideresa del grupo.
El impacto es tangible:
- Empoderamiento femenino: mujeres lideran la producción, comercialización y toma de decisiones.
- Economía local fortalecida: el valor agregado permanece en las comunidades.
- Prácticas agroecológicas sostenibles: se preservan saberes ancestrales y cultivos tradicionales.
“Nacimos en medio del conflicto armado, pero ahora vivimos en tranquilidad. Transformamos el dolor en vida y sembramos esperanza”, recuerda Narváez.
Estos procesos son ejemplos de cómo la combinación de saber ancestral, innovación tecnológica y alianzas estratégicas fortalece la resiliencia comunitaria frente al cambio climático y los retos sociales del territorio.
Sembrar economía, identidad y paz
Tanto la fábrica de cosméticos naturales de Sinchimaki como la transformación de cereales liderada por las Mujeres Emprendedoras demuestran que las alternativas económicas pueden convertirse en motores de desarrollo sostenible. La combinación de saberes ancestrales, innovación y alianzas estratégicas está posicionando a comunidades indígenas y rurales de Nariño como referentes de resiliencia y construcción de paz territorial.
La Fundación Impulso Verde Kuaspue reafirma que el camino hacia un futuro más justo y sostenible se construye desde los territorios, con proyectos que integran identidad cultural, sostenibilidad ambiental y autonomía económica.
Para conocer más sobre estas iniciativas y sumarte a la red de cuidado comunitario de la biodiversidad, visita: impulsoverde.org